Al poco tiempo de que el Gobierno nacional lograra blindar el veto al aumento de los jubilados, el Congreso redobló la apuesta y le dio impulso a otra iniciativa opositora: la Ley de Financiamiento Universitario que terminó aprobada a la madrugada de ayer con una contundente mayoría opositora.
Fueron 57 votos a favor contra solo 10 en contra y una abstención. Además el Senado también rechazó por amplia mayoría (49 votos), el rechazo del DNU de la SIDE. Para el gobierno de Milei fueron dos derrotas legislativas, aunque apenas 24 horas antes celebraba haber podido bloquear el aumento a los jubilados con los votos radicales que, ahora, se alinearon con el peronismo para aumentar los fondos de las universidades.
El segundo golpe vino por el lado de las universidades. La ley no solo incrementa el presupuesto, sino que incluye una recomposición para los docentes y no docentes. Esto generará un impacto fiscal de 735.598 millones de pesos, lo que implica el 0,14 por ciento del PBI, según informó la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC).
El texto sancionado establece que el Poder Ejecutivo tendrá que actualizar desde el 1 enero de 2024 y hasta el 31 de diciembre de 2024, de forma bimestral, el monto de los gastos de funcionamiento de las universidades nacionales por el Índice de Precios al Consumidor informado por el INDEC.
De acuerdo a la OPC, la actualización de partidas del 2023 según el IPC es de 210.742 millones de pesos; el ajuste bimestral de los recursos para 2024 es de 86.254 millones de pesos, en tanto que para salarios los fondos oscilan en los 441.600 millones de pesos.
De todos modos, el Gobierno ya advirtió que podría vetar esta ley como sucedió con el aumento de las jubilaciones. Ante esta posibilidad también podría obtener como respuesta otra masiva movilización a favor de la universidad pública como sucedió a principios de abril.
Desde la Unnoba
En diálogo con Democracia, el doctor Guillermo Tamarit, rector de la Unnoba, destacó la votación a favor de las universidades públicas que hubo ayer en el Senado de la Nación, que incluyó además votos de radicales y el PRO.
“Lo que se aprobó es positivo, es una actualización. Nosotros no estábamos pidiendo un aumento de Presupuesto sino que se nos mantenga el presupuesto del año pasado pero a los valores actuales. Esta fórmula que se aprobó, fue justamente una iniciativa de Danya Tavela en Diputados, lo que permitirá es que tanto salarios como gastos tengan la actualización de la inflación, con eso podríamos avanzar en lo que resta del año garantizando el funcionamiento de las universidades”, dijo.
A la pregunta si eso significará que efectivamente haya un aumento salarial para los docentes universitarios, el doctor Tamarit lo confirmó. “Está planteada en la ley la actualización por inflación de los salarios, salvo el caso que la paritaria mejore la situación. Lo que establece la ley salarialmente es un piso. Y está la posibilidad que también, tomando todo el año se actualicen los salarios para que no haya pérdida del valor adquisitivo. Si además en las paritarias hubiera aumento salarial, por supuesto prevalece lo que se resuelva en paritaria. Pero si no esto hace volver el salario a valores constantes del poder adquisitivo que tenía en enero”, explicó el rector.
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