Sofía y Juan están en pareja desde 2016.
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Subrogación de vientre: la historia de la pareja juninense que lucha por ser padres

Sofía Goyena y Juan Martínez están muy cerca de cumplir el sueño de sus vidas luego que una mujer cercana a ellos se ofreciera a ser la gestante de su bebé. En diálogo con Democracia, ambos contaron cómo fue el recorrido que los llevó a tomar esta decisión.

Sofía Goyena, de 32 años, y Juan Martínez, de 34 años, son los protagonistas de una historia que inició en 2016 cuando comenzó su vínculo de amor como pareja y desde 2019 buscaron cumplir el sueño de ser padres. Ambos transitaron tres embarazos y fue tras perder a su primer hijo, Genaro, -quien nació de apenas 24 semanas-, que los médicos le diagnosticaron a ella un cuadro de trombofilia. 

En diálogo con Democracia, Sofía contó que el segundo embarazo ocurrió en enero de 2021. “Al saber que tenía trombofilia, hago un tratamiento con enoxaparina y un montón de medicamentos más. En la semana 12, empiezo con dolores muy fuertes y tras ir a la guardia, descubro que eran contracciones. Luego de hacerme una ecografía, me cuentan que el bebé no tenía latidos hacia una semana. Me vuelvo a hacer análisis y ahí me entero que aparte de trombofilia hereditaria también tenía la adquirida”, relató.

El tercer embarazo llega en 2023 y la indicación médica había sido “reposo absoluto”. “No me podía levantar de la cama ni para ir al baño. Me duplican la medicación, pero también estábamos más preparados; sabíamos de las probabilidades de no poder transitar el embarazo a término, pero sentíamos que con toda la medicación había posibilidades de poder lograrlo”, explicó.

En la semana 22, los médicos le indican a Sofía que volvió a tener el síndrome de Hellp –que había tenido durante su primer embarazo– y por tal motivo, queda internada. “Los últimos días, el bebé ya no estaba creciendo. Mis arterias, que tenían buen flujo, se estaban empezando a tapar y los glóbulos no subían. Me mandaron a terapia intensiva, para tratar de estabilizarme y luego al quirófano”, detalló. 

Finalmente, Felipe nació de 23 semanas y media y “a los tres días volví a tener niveles normales de glóbulos”, agregó Sofía. 

El giro en la historia 

Fue su obstetra la primera profesional de la salud que le informa a la pareja que Sofía no podía ser mamá gestante. 

“No tengo problemas para quedar embarazada. Es importante aclarar que el 95% de las mujeres que tienen trombofilia pueden llevar su embarazo a término. De ese porcentaje, el 5% restante usan la medicación que yo utilicé en el último embarazo, que se llama inmunoglobulina; y de ese 5% hay un número que aun así no lo logra; yo estoy dentro de ese porcentaje”, explicó.

A pesar de todo, la pareja no bajó los brazos e intentó buscar otros caminos para poder ser padres. Tanto la obstetra como la hematóloga - que habían atendido a Sofía-, coincidieron en la idea de buscar otros métodos; fue allí que surge la opción de la sustitución de vientre. 

Es entonces cuando aparece la propuesta altruista de una pariente de Juan. “Un día nos tocó la puerta y nos dijo ‘yo los amo con todo mi corazón, son mi familia y quiero acompañarlos en este proceso; quiero ser la gestante de su bebé’. Nuestra obstetra nos dio el sí y ahí fue cuando decidimos tomar la decisión de empezar a averiguar por este tratamiento”, contó Sofía.

Las consultas se dieron tanto en una clínica de Capital Federal como de Rosario. “Los precios son más o menos iguales y el tratamiento no lo cubre la obra social”, añadió. 

La legislación en Argentina 

En nuestro país, ante la falta de legislación expresa en la materia, quienes intentan llevar adelante la gestación subrogada en Argentina deben hacer una presentación judicial para pedir autorización. “Para la ley, la mamá es la que lo gesta, no la biológica. Porque el tratamiento consiste en una fertilización in vitro: a mí me sacan los óvulos, a mi marido los espermatozoides y forman el embrión. Ese embrión, en lugar de ponérmelo a mí; se lo colocan a la mujer gestante”, detalló Sofía.

Respecto al tratamiento, explicó que hay “tres etapas”. “La primera es con los padres de intención, que somos nosotros. Nos hacen análisis, me hacen una punción y se realiza la fertilización in vitro. Luego, se forman tres embriones de los cuales se analizan a través de un estudio que tardan más o menos, entre 30 y 45 días”, indicó. 

En la segunda etapa, “se analiza a la gestante”, apuntó Sofía. “Incluye un análisis médico, psicológico y después se firma el contrato legal donde ella accede al tratamiento. Luego se le hace una estimulación ovárica y ahí se le coloca el embrión ya formado; se esperan 20 días hasta que se obtenga el resultado del estudio y si da positivo, se pasa a la tercera etapa”, sostuvo.

“La última parte vendría a ser todo el tratamiento de los nueve meses de embarazo; lo cual conlleva ecografías, consultas médicas y análisis de sangre”, contó y agregó que “nosotros podemos acompañar en todo el proceso”. 

Sofía destacó el “enorme gesto de amor” de la mujer gestante. “Lo hace de corazón, no pretende nada a cambio. No cualquiera hace algo así”, aclaró. 

Comienza el desafío

Tras haber tomado la decisión de ser padres gracias a la subrogación de vientre, los gestos de amor y solidaridad se empezaron a multiplicar; por parte de familiares, amigos y gente cercana a la pareja que tienen como principal objetivo colaborar con la parte económica del tratamiento.

“Una amiga y mi hermana armaron un video donde cuentan todo el recorrido que pasamos y un amigo organizó una ‘hamburgueseada’ con la idea de juntar plata”, contó Sofía, quien aseguró que el video se hizo “muy viral” y que “llegó a muchísimos lugares y personas”.

“Nos ha contactado mucha gente diciéndonos que también pasaron por esto y que quieren ayudar porque saben lo que se siente lucharla de mil maneras y que las cosas salgan cada vez peor”, expresó. 

“La idea es organizar, cada 15 días, distintas iniciativas. Nos ofrecieron, por ejemplo, organizar un campeonato de truco y otras actividades relacionadas con la gastronomía. El objetivo es ir haciendo cosas para ir recaudando la plata y una vez que contemos con un 70% ya arrancarlo”, agregó. 

Sofía es consciente que se trata de un tema muy tabú “que nadie quiero abordar o hablar”; y también es complicado “tomar una decisión así”, subrayó. “Somos conscientes que el deseo de ser papás y el estar unidos son las dos cosas que nos permiten seguir hacía adelante”, concluyó. 

Aquellos que deseen colaborar con Sofía y Juan, pueden hacerlo donando dinero a través del Alias Sofia.Juan.Futuro; cuenta del Banco Provincia.