El dueño de Catalinda afirma que “trabaja a pérdida desde hace meses”.
El dueño de Catalinda afirma que “trabaja a pérdida desde hace meses”.
COMPLEJO CONTEXTO ECONÓMICO

La lucha de los comercios de barrio de Junín para sobrevivir ante las bajas ventas y los altos costos

Las ventas acumulan una baja del 17% en lo que va del año, dato que no hace más que confirmar la situación que atraviesan los comerciantes. Democracia consultó para conocer cómo afrontan la difícil actualidad económica los negocios barriales.

El último relevamiento elaborado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) vuelve a mostrar una fuerte caída de las ventas minoristas pymes en julio, al retroceder 15,7% interanual, a precios constantes.

Los números no hacen más que confirmar la situación que atraviesan los comercios en Junín, con gastos fijos que afrontar -como alquileres y tributos-, servicios que llegaron con altísimos aumentos -como gas o luz-, y una situación que remite de manera constante a la necesidad de sostenerse y subsistir en un contexto muy complejo.

Democracia consultó a comerciantes de barrio de distintos rubros, quienes día a día tratan de hacer frente a la caída de las ventas, muchas veces manteniendo precios y absorbiendo costos o lanzando promociones para atraer a los clientes. 

Subsistir “como se pueda”

Según el Índice de Ventas Minoristas Pymes, los comercios evidenciaron una contracción en el consumo del 1,6% en julio frente al mes previo, mientras que en los primeros siete meses del año acumula un declive del 17%. Frente a este panorama, desde CAME sostienen que “las pymes están intentando mantenerse a flote en un contexto económico financiero muy complejo” y revelan que las empresas piden por la reducción de impuestos.

Walter González, quien junto a su esposa está al frente del local de venta de ropa unisex Modas Laura -en Rivadavia 868-, asegura que la situación se viene manejando “como se puede”. Además, refirió un aumento del 200% de alquiler, que en este momento impacta de lleno en la economía del comerciante.

“Trabajamos los dos, mi mujer y yo. Se viene piloteando como podemos”, aseguró y advirtió sobre un gasto fijo clave: “Nosotros pagamos alquiler en el local, y pasamos de 90 mil a 300 mil pesos, un aumento del 200% de golpe”, refirió sobre lo que debe afrontar en su comercio.

En ese sentido, destacó “la ayuda del Municipio, con 160 mil pesos por el corte de Rivadavia por la obra del paso bajo nivel, pero tampoco alcanza”.

Según González, si bien cuentan con una clientela de 20 años, hoy la gente compra lo justo y necesario. 

“Es menor la compra hoy. Está muy difícil, por lo que tratamos de subsistir. Viajamos nosotros a comprar y se trae lo que se va vendiendo, ya no para stockearte”, aclara. 

Sobre los impuestos que tiene como comerciante, aseguró que “el monotributo se atrasa y cuesta mantenerse al día. Hoy es subsistir”, reiteró. 

Impuestos y luz

Los costos que generan los impuestos y las fuertes subas en los servicios, especialmente de energía eléctrica, generan un cimbronazo en la economía de los comerciantes.

Un relevamiento realizado por Comercio e Industria en distintos locales de Junín asegura que entre los gastos fijos que más afectan al sector se encuentran de hecho los impuestos nacionales, destacados por un 22% de los asociados, y en la misma dimensión la energía eléctrica; luego los sueldos y cargas sociales, mencionados por un 21%; y el alquiler, en un 19%.

A su vez, consultados sobre las ventas en julio 2024 respecto de las de 2023, un 43% aseguró que se mantuvieron similares; un 42% indicó que disminuyeron; y un 15% aseguró que aumentaron.

Altos costos que afrontar

Heber Domínguez, dueño de Catalinda, local de venta de ropa para bebés y niños -en Italia 925 y sucursal de Benito de Miguel 349-, reconoció que la situación está compleja y trabaja a pérdida desde hace meses por la fuerte caída de las ventas y los gastos fijos que enfrenta en su comercio.

“Las cosas están muy mal. Estoy sosteniéndolo nada más”, advirtió, a la expectativa de cómo devienen los próximos meses. 

“Estuve a punto de cerrar el local de Benito de Miguel porque en los últimos meses me dio pérdida. Me decidí por renovar el contrato hasta fin de año y ver qué pasa, pero es un gran problema, yo vivo de eso”, señaló.

“El local de calle Italia hay meses que da algo, como para sostenerlo, y hay meses que da negativo. Nunca me pasó esto”, explicó con preocupación.

Desde la Ferretería la Nueva Posada -en Posadas 149-, Walter Cavallotto reconoció que “han caído mucho las ventas, pero algo se sigue comprando. Hay gente de paso, pero también muchos del barrio” que, por una cosa u otra, terminan haciendo sus compras en el rubro.

Según Cavallotto, “el aguinaldo ayudó mucho en las ventas, pero ahora volvieron a caer”.

No obstante, reconoció: “No nos podemos quejar, lo diario de siempre sale, una canilla, piezas de inodoro, teclas, barrales, tenemos también algo de cerrajería”.

Asimismo, destacó la ventaja de que el local sea propio: “Si tuviera que pagar el alquiler, sería imposible”. 

A pesar de las fuertes subas en los gastos fijos, como la luz, aseguró que trata de mantenerse al día con los tributos para evitar mayores problemas.

El esfuerzo de mantenerse

Al trabajo cotidiano del comercio se le suma hoy la búsqueda constante de herramientas para mantenerse y generar ventas. Evelyn Álvarez, de Frigia Perfumería - en avenida República 732-, aseguró que trata de subsistir, “pero es un trabajo terrible, buscar estar en redes también muy presente”. 

“Hace seis años que tengo el comercio, cuatro empleados, un contador. Es muy complejo”, señaló.

“Mayo fue el peor mes de todos. Yo hoy trato de mantenerme pese a la situación, pese al alquiler que aumenta, la caída de las ventas que se notó mucho. Y sobrevivimos”.

Álvarez destacó que trabaja “muchas marcas para todos los públicos, hay económicas, intermedias, premium”. Pero tal vez lo más importante es la política que aplica para mantener sus ventas: “Los aumentos los congelamos. Si aumentan un mes, los dejamos como estaban. Y hay marcas que se mantienen en el mismo valor. Pero es un trabajo terrible, buscar estar en redes también muy presente y lanzando promociones en peluquería, perfumería” para hacer frente a la situación.

Por su parte, Romina Santillán, dueña de Monas, local de venta de ropa de mujer -en Intendente de la Sota y Belgrano-, reconoció la compleja situación y aceptó que los clientes hoy “compran lo justo y necesario” y que mucho de lo que se recauda se va en impuestos.

“Hay momentos, semanas mejores o peores. Se nota más a fin de mes, y se ve también que se aprovecha el cierre de tarjeta, se nota que se usa”, señaló Santillán. 

“Aprovechan también las promociones, las cuotas sin interés, descuentos del 20% con efectivo o transferencia”. 

También refirió que muchos clientes tienen cuenta, “porque la gente no llega. La rema mucho”.

En cuanto a los impuestos, reconoció que trata de “mantenerlos al día lo que más puedo. Cuesta mucho, es muy difícil y me quedo sin un peso, pero trato de mantenerlos al día.

Hoy en gastos se nota mucho lo que subió el postnet, los costos fijos. A veces el ingreso se lo lleva el banco y la Afip. Y ni hablar que para reponer nos encontramos con aumentos y se pierde más de lo que se gana”.

Menos ventas, más impuestos

El informe conviene que “el principal problema de los comercios minoristas en julio fue la falta de ventas”, en tanto que “luego, le siguieron los altos costos de producción, donde las empresas reclaman la necesidad de reducir impuestos nacionales, provinciales y municipales para devolver la rentabilidad al sector”. 

Al respecto, en la consulta de la entidad gremial-empresaria sobre qué medidas podría implementar el Gobierno en el corto plazo para ayudar a las pymes, el 51% indicó que deberían reducir impuestos, 15,5% considera que habría que bajar las tasas municipales y otro 13,1% cree que tendrían que estimular la demanda interna. 

Ante los obstáculos que vienen enfrentando en el sector, el relevamiento precisó que “el 34,3% de los encuestados tuvo que reducir gastos operativos en los últimos 6 meses, otro 31,8% diversificó sus productos y 10,5% tuvo que achicar la cantidad de horas laborales”.

La mayor retracción anual se detectó en perfumerías (-32,6%), seguida por farmacias (-26,4%).

En cuanto a alimentos y bebidas, las ventas bajaron 20,9% anual en julio, a precios constantes, y acumulan una caída de 21,7% en los primeros siete meses del año frente al mismo periodo de 2023. En la comparación intermensual disminuyeron 2,5%. 

Bazar, decoración, textiles para el hogar y muebles sufrieron un declive en julio del 16,1%, siempre a precios constantes, y lleva una caída de 17,5% en los primeros siete meses del año frente al mismo periodo de 2023. En el contraste intermensual el retroceso fue 0,4%. 

Calzado y marroquinería afrontó un descenso del 8,8% anual y suma así una caída de 11,6% en lo que va del año, frente al mismo periodo de 2024. En la comparación intermensual retrocedieron 0,9%. 

En cuanto a farmacia: las ventas retrocedieron 26,4% anual en julio, y acumulan una disminución de 29,2% en los primeros siete meses, frente al mismo periodo de 2023.  En la medición intermensual, descendieron 2,8%. 

Perfumería sufrió un descenso del 32,6% anual, a precios constantes, y acumulan una caída de 32,5% en los primeros siete meses del año. En la medición intermensual, la merma fue de 2,4%. 

En cuanto a ferreterías, materiales eléctricos y materiales de la construcción: las ventas disminuyeron 11,1% en julio, y registra una caída de 19,1% en los primeros siete meses del año comparado al 2023. En el intermensual se midió una suba del 1%. 

Textil e indumentaria sufrieron caída de ventas del 3,8% anual en julio, a precios constantes, pero aún acumulan un incremento de 3,7% en los primeros siete meses del año, siempre contra el mismo periodo de 2023. En la comparación intermensual, retrocedieron 2,6%.

Una baja que continúa y hasta se profundiza

Carlos Cappelletti, vicepresidente de la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires (FEBA), se refirió a la caída de las ventas y la situación de la actividad en la provincia.

“Hay una caída que se viene profundizando después de varios meses. Se viene repitiendo en los siete meses de este año, por lo menos frente a los volúmenes de caída del año pasado”.

Según Cappelletti, esta caída tiene una explicación en el consumo porque “hay cada vez menos dinero para el consumo, habida cuenta de que las erogaciones tienen actualizaciones y las entradas no tienen la misma actualización. Con lo cual pasan los meses y el comercio se reciente más”.

En detalle, sobre el panorama aseguró que “empiezan a aparecer locales vacíos, cambios de rubros, empiezan a aparecer moras en los pagos, y todo son señales de que la actividad va en el mismo sentido. La actividad industrial ha caído también en toda la provincia”, y advirtió que lo único positivo “es que la inflación siga bajando”.

En cuanto a las expectativas para la actividad, refirió que “parecía que iba a ponerse en marcha, pero vemos que pasan los meses y el signo sigue siendo negativo”.

La vestimenta, el consumo de alimentos y bebidas y materiales de la construcción, siguen todos en caída.

“Si cada día las ventas son menores y los gastos mayores, la ecuación no cierra. Es una cuenta fácil”, advirtió y destacó en ese contexto que todo se dificulta si “lo impositivo, los servicios y las paritarias de empleados de comercio suben y la caja, el ingreso, va disminuyendo”.

Cappelletti indicó que “no hay expectativa de que en los próximos meses la situación cambie notoriamente” y remarcó que esto conlleva otra dificultad “que tiene que ver con la pérdida de puestos de trabajo”.

“La desocupación es una combinación letal y hace incluso que el consumo sea menor. Es un círculo vicioso”, cerró.

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