Oscar llegó a Junín hace unos 50 años.
Oscar llegó a Junín hace unos 50 años.
UN AMANTE DE LAS TRADICIONES DE SU TIERRA

El tucumano que prepara y vende panchuques en Junín, una típica comida del norte argentino

Esta delicia, comenzó hace dos años a hacerse un nombre entre los juninenses gracias al esfuerzo y la pasión de Oscar Navarro, quien no sólo cocina, sino que también la vende, compartiendo así un pedacito de su historia y cultura con cada bocado.

A lo largo de todo el país, incluyendo Junín, pueden encontrarse diferentes puestos de comida al paso. Y, en el centro de la Ciudad, ya sea en el Paseo de Sáenz Peña o en la Plaza de los Niños, un sabor del norte argentino encontró un nuevo hogar, de la mano de un tucumano que se encuentra radicado en Junín hace más de 50 años.

Se trata de Oscar Navarro, un amante de las tradiciones de su tierra, quien, con su carrito gastronómico, trajo consigo una joya culinaria que conquista paladares: el panchuque. 

Podría decirse que es un alimento similar al pancho, por lo que el principio o función es la misma, una comida al paso y económica. En lugar de pan, lo que acompaña a la salchicha es una mezcla similar a la de un waffle.

Esta delicia, típica de Tucumán, comenzó hace dos años a hacerse un nombre entre los juninenses gracias al esfuerzo y la pasión de Oscar, quien no sólo cocina, sino que también la vende, compartiendo así un pedacito de su historia y cultura con cada bocado.

Esa provincia del norte argentino es pionera en esto de la preparación de panchuques, una comida perfecta para niños y adultos. Es popular en las calles, pero también en muchos hogares.

“Para las personas del norte es un aperitivo. A las 10 u 11 de la mañana no van a buscar un restaurante para comerse un sándwich, sino que se comen un panchuque, que cuesta mucho menos, acompañado por un vaso de gaseosa y solucionan el problema y siguen trabajando”, explicó el emprendedor a Democracia.

“Más que nada a esto lo hago como un evento para que la gente conozca lo que es el panchuque, ya que gracias a Dios estoy bien”, dijo Navarro, quien llegó a Junín hace medio siglo, junto a su señora, por un traslado del Ejército, donde trabajaba como técnico por imagen. 

“Llegué a Junín, desde Buenos Aires, por el Ejército y ahí me quedé porque mi señora, que falleció hace dos años, se enamoró de Junín, donde ahora ya tengo a mis nietos”, recordó. 

Atraído por la oportunidad de dar a conocer las tradiciones gastronómicas de su provincia, Oscar decidió empezar a ofrecer el panchuque hace dos años. Desde entonces, su pequeño puesto se convirtió en un punto de encuentro para aquellos que buscan algo más que una simple comida rápida. 

Con ingredientes frescos y una receta que guarda celosamente, el tucumano ofrece una experiencia que evoca los sabores y aromas del norte argentino, despertando la nostalgia en los paisanos y la curiosidad en los nuevos comensales.

Sobre la preparación, Navarro destacó que se trata de una masa, tipo la del panqueque, que se cocina envolviendo una salchicha de viena, en unos moldes especialmente diseñados para la receta.

“Me jubilé del Ejército en 2004 y ahí dije de traer el panchuque a Junín”, agregó, para luego terminar: “Me costó mucho traerlo por la economía, y luego llevé esta comida a la gente de la Municipalidad que me autorizaron a venderla”.

El origen y cómo se prepara

Hay muchas provincias argentinas que se disputan este invento. Algunos aseguran que fue en Córdoba que se creó esta delicia, mientras que los jujeños, santiagueños y tucumanos también se adjudican este logro. De hecho, en Tucumán esta comida tiene su nombre propio: panchuque. 

En cuanto a la preparación, la salchicha va cruda dentro de una masa al estilo de un panqueque sobre un artefacto similar a la waflera, pero más alargado. Una vez colocado debe cerrarse y en cuatro minutos la comida ya estará lista. 

Posteriormente, en caso de que el comensal lo desee, puede agregarse algún aderezo por encima y papas. En cuanto a su precio, en Junín, por ejemplo, tiene un valor de $1000, una cifra relativamente económica para un snack callejero, que es rico e ideal para comprar de paso en un momento de descanso o previo a entrar a trabajar.

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