Preocupación por la fuerte caída en la aplicación de las vacunas pediátricas
Un ejemplo es el caso de la BCG, cuya cobertura sólo alcanzó un 69% de la población que la debía recibir en 2023. Gabriela Franchi, aseguró que "la problemática se replica en la ciudad" y destacó algunas estrategias en las que trabajar para hacer frente a la situación.
En los últimos días, un informe de inmunización de Unicef y la Organización Mundial de la Salud puso en evidencia las cifras que confirman una preocupante situación en torno a la vacunación pediátrica. Se trata del fuerte descenso en las tasas de cobertura de las vacunas esenciales, que vienen decayendo desde el 2019 en Argentina.
Si bien es necesario que al menos el 95% de la población se encuentre inmunizada contra una enfermedad para evitar su circulación, hoy ninguna de las vacunas pediátricas establecidas por el calendario nacional alcanza ese nivel.
Democracia dialogó con la subsecretaria de Salud del Municipio, Gabriela Franchi, quien se refirió a la problemática, que no es ajena a los Centros de Atención primarios de la Salud (CAPS).
Preocupante descenso
La cobertura de la vacuna BCG, destinada a prevenir la tuberculosis, sólo alcanzó el año pasado al 69% de la población que la debía recibir. Si bien ya en 2019 la tasa de inmunización con dicha vacuna no era óptima (rondaba el 85%), al año siguiente bajó a 75% y luego lo hizo al 69%, en 2023.
Un caso similar se registra en torno a la vacuna Triple Viral, que además de proteger a los niños contra la rubéola y las paperas, previene el sarampión, una infección altamente contagiosa que puede provocar la muerte en algunos casos. Mientras que la cobertura de la primera dosis rondó el 80%, la segunda apenas fue aplicada el año pasado en el 54% de los niños de 5 años que debían recibirla.
Igualmente alarmante es el caso de la Quíntuple, que previene la difteria, el tétanos, la tos convulsa, la infección por la bacteria Haemophilusinfluenzae y la Hepatitis B. Según los datos de Unicef y OMS, la cobertura de esta vacuna estaba en el 83% en 2019, bajó al 74% en 2020, subió a 81% y 84% en los dos años siguientes, pero volvió a descender el año pasado. Solo el 66% de los niños que debían recibirla accedieron a la dosis.
Desde la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) ya habían advertido este año que, desde el inicio de la pandemia de Covid, la cantidad de personas que recibieron vacunas disminuyó en el país; y que si bien esta situación es generalizada, afecta más que nada a los niños menores de un año.
En Junín
“La situación en Junín coincide con el informe general, con lo que pasa a nivel mundial y el país. Es un espejo”, advirtió Franchi en torno a la publicación que se conoció y la realidad local.
En todo el partido de Junín actualmente funcionan 24 CAPS: “El calendario se aplica en todas. Sólo tenemos la salvedad para Fiebre Hemorrágica Argentina y Fiebre Amarilla que se coloca únicamente en el vacunatorio de El Picaflor y las vacunas de Covid que se colocan en El Picaflor, CIC del Cuadrante Noroeste, CIC de Alvear, en Emilio Mitre, Los Almendros, Villa del Parque y en Primera Junta y Alvear”.
Según la profesional “ya en 2019 se notó a nivel mundial una baja en la cobertura y en la intención de vacunar a los chicos. Por supuesto que con la pandemia de por medio, primero por el obstáculo y las barreras de accesibilidad a los sistemas de salud. Pero después que se bajaron esas barreras la gente siguió con el temor de acercarse estando sana. El estigma de pensar me voy a vacunar y tal vez me contagio algo”.
“Ahí se profundizó esa tendencia, en la medida en que fue aumentando la población que debía vacunarse, y de la mano de la no intención de vacunar a los chicos, todo se va notando. Por eso año a año es cada vez más grande la brecha entre los que deberían vacunarse y los que realmente se han vacunados”, explicó Franchi.
A raíz de esto, está latente “el temor a la reaparición de algunas enfermedades que se habían considerado erradicadas o como el caso del sarampión que estaba perfectamente controlado y bueno, en la segunda dosis de la vacuna contra el sarampión es donde se ve la caída”, refiere la funcionaria de Salud.
Franchi entiende que tal vez, “como no se veía el sarampión se interpretó que no existía pero no existía porque estaba la gente bien vacunada”.
La importancia de llegar a un número alto de vacunados tiene que ver con lo que se conoce como inmunización de rebaño: “Si vos tenés un 95% de la población vacunada podés inferir que el 5% que no está vacunada, va a tener de todos modos cobertura porque circula menos la enfermedad”.
Vacunas “incuestionables”
Durante la pandemia por Covid, Franchi destacó que “aunque no se sabía la seguridad de la vacuna, todo el mundo se quería vacunar y luego cuando se empezaron a cuestionar las vacunas del Covid, se cuestionaron todas las otras vacunas”.
No obstante aclaró que “las vacunas del calendario son incuestionables". "Son vacunas viejas, y las nuevas son mejores que sus antecesoras. La verdad que no se entiende por qué, pero es un fenómeno social que se está analizando”, incorporó.
Según Franchi, “los movimientos de gente que está en contra de las vacunas, también hacen su ruido. En Europa es una tendencia bastante marcada y si sumamos eso al hecho de que la gente se moviliza de un lado al otro, es muy probable que una persona que no esté vacunada pueda contraer la enfermedad y luego se traslada, va a un lugar donde la cobertura de vacunación no es la óptima y ahí está el problema”.
Promoción y campañas, la clave
Desde el Estado se debe hacer promoción constante, “se trata de educación para la salud”, afirma Franchi.
Durante la pandemia, una de las problemáticas fue el atraso de las campañas que estaban previstas, “se dejaron de hacer y con esas campañas de vacunación se ponen al día muchos calendarios incompletos”. Franchi consideró importante “la búsqueda activa y también desde los centros de salud aprovechar las oportunidades cuando, por ejemplo, una gestante va a atenderse con el odontólogo se puede aprovechar la ocasión para hacerle colocar la vacuna antigripal en este momento”.
“También cuando van los niños a control de niño sano, lo primero que se hace es mirar la libreta y poner al día el calendario. Pero a veces van con la mamá, por una consulta de ella y también se deben aprovechar esos momentos”, enfatizó.
Si bien las campañas bajan siempre del Ministerio de Salud, de las CAPS cuentan con distintas iniciativas: “Nosotros igualmente tenemos proyectos propios, incluso algunos CAPS tienen su propia estrategia”. “Algo que se hacía antes y en lo personal creo que daba buen resultado son las campañas en las escuelas, era muy buen recurso que al ingreso escolar se exigiera el calendario de vacunación completo. Ahora el término exigir resulta un poco antipático pero también es una responsabilidad social”.
Es por ello que la falta de vacunación en los niños “se puede subsanar poniendo al día el calendario, dependiendo de la vacuna que le falta. Pero es una de las cosas que se propone como buena estrategia”.