Romina Sauro, rectora del Colegio Marianista.
Romina Sauro, rectora del Colegio Marianista.
IMPORTANTE INICIATIVA

Un proyecto en el Colegio Marianista restringe el uso de celulares en la institución

La rectora, Romina Sauro, dialogó con Democracia y dio detalles del acuerdo que convoca a las familias, los docentes y los alumnos para poder llevar adelante la acción, ya vigente en la secundaria básica de la institución. Una medida que comienza a replicarse en muchas escuelas bonaerenses.

Los intentos por lograr el uso responsable de los teléfonos celulares en las escuelas de Junín son infinitos y constantes. Con voces que defienden su inclusión en el aula y otras que abogan por su restricción, lo cierto es que el debate lleva largo rato sobre la mesa y los resultados no convencen a nadie.

En el Colegio Marianista, en búsqueda de hacerle frente a los desafíos que trae aparejada la presencia del móvil en el ámbito educativo, trabajan desde hace tiempo en un proyecto que convoca a las familias, los docentes y los propios alumnos para restringir su uso. Ello, sin que afecte en absoluto la promoción de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en la institución, una cuestión clave en la educación. 

La rectora del colegio, Romina Sauro, se refirió a las preocupaciones y los antecedentes que impulsaron el proyecto que ya está en marcha en la secundaria básica de la institución. Sin dudas una iniciativa que se replica en otras escuelas bonaerenses. 

 

Primeras estrategias 

Canastas en los escritorios para dejar el móvil al ingresar al aula, pasando por talleres con alumnos -dictados por especialistas- para lograr un uso estrictamente pedagógico/didáctico de los dispositivos fueron algunas de las estrategias, según Sauro, nada fructíferas, que llevaron a estudiar en profundidad otras posibilidades.

“Decidimos como institución educativa sentarnos a estudiar las variables implicadas y que se ponen en juego a la hora de analizar la relación existente entre los estudiantes y el uso de telefonía móvil en el Colegio”, detalló.

En ese sentido, no solo se abordó una y otra vez la normativa vigente sino la lectura de especialistas en el tema. 
También el informe presentado en Montevideo, Uruguay (2023) por la Unesco, las conclusiones de la Sociedad argentina de Pediatría y las voces de pedagogos y psicólogos que se han pronunciado respecto del tema.

 

Preocupación y puntapié inicial del proyecto

Sauro se refirió a las escenas cotidianas, tanto en patios, galerías y en el aula: “Estudiantes absortos, zambullidos en jueguitos, Facebook -aunque ya pocos-, Instagram, Tik Tok -muchísimos-, grabaciones, fotos de docentes y compañeros, transmisiones en vivo, memes de diferentes actores, creación y envío de stickers, grabación de diálogos y publicación de éstos, llamados directos a las familias, sin diálogo previo con docentes y/o tutores, creación de perfiles falsos utilizados luego con intención de lastimar a otros estudiantes”. 

A todo ello, se suma una nueva problemática, el acceso a los sitios de apuestas online.

“Nos hemos encontrado a partir de este año, estudiantes apostando en sitios a los que acceden muchas veces con falsas identidades”, señaló la rectora.

En esas imágenes cotidianas ahondó: “Jóvenes con la atención puesta en lo que ocurría en el mundo virtual, desatentos a cualquier propuesta pedagógica, por interesante que fuera. Estudiantes retraídos socialmente y con tendencia a comunicarse a través de WhatsApp, aún, teniendo al destinatario del mensaje en el propio patio del Colegio. Jóvenes que no charlan, no juegan, no se miran”.

Así comenzó a pensarse la nueva propuesta: “Planificamos, rezamos y nos arriesgamos a gestar un Proyecto de Acuerdo con las familias, docentes y alumnos, que restringe el uso de teléfonos celulares en la Institución”.

No obstante, Sauro aclaró: “Nuestra Institución, promueve el uso de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación, de hecho, cada aula cuenta con conexión a internet, computadora, parlante, micrófono, cámara, proyector y pantalla. Esta digitalización de las aulas y varios otros espacios es lo que nos ha posibilitado llevar adelante la ‘descelularización’ de las jornadas. Podemos desarrollar las más diversas propuestas y actividades, sin solicitar a los alumnos el uso de teléfonos”.

 

Implementación

En principio, el diálogo con los padres fue clave para avanzar.

“Llevamos adelante reuniones con los padres socializando los fundamentos de la propuesta. De este modo, generamos un acuerdo con las familias. Luego se llevaron adelante reuniones personales con los docentes y por supuesto, ingresamos a los cursos para que los estudiantes comprendan o al menos intenten comprender el porqué de lo resuelto”, explicó Sauro.

“Actualmente, y siempre con esta secuencia de acciones, tenemos a la Secundaria Básica, ya hoy, respetando el acuerdo y avanzaremos luego del receso invernal con 4to año de Superior. De este modo, aspiramos a tener todos los cursos respetando lo acordado para fines de 2025. No es un proceso simple ni rápido, pero estamos convencidos de que la situación tal como estaba no podía seguir”, resaltó la rectora.

Es así como actualmente los estudiantes no llevan sus dispositivos celulares al Colegio, excepto que por motivos de organización familiar lo necesiten. En ese caso, el dispositivo debe permanecer apagado y en el interior de sus mochilas. Durante los recreos tampoco lo utilizan.

“El Acuerdo Institucional de Convivencia ha incorporado en los compromisos este acuerdo y hemos informado y trabajado de forma conjunta con nuestra Supervisión. Se han cubierto la mayor cantidad de aristas para llegar a los resultados favorables que ya se visualizan”, adelantó Sauro, y agregó que “constantemente estamos monitoreando los resultados con docentes, familias y con los propios alumnos. No es simplemente tomar una decisión bastante antipática para los estudiantes y ya. Se trata de que ellos confíen en que lo que decidimos es bueno para ellos”.

 

Voces de estudiantes y docentes

En la evaluación de corto plazo, según Sauro, los estudiantes se han expresado de forma positiva, con reflexiones como: “Estamos más atentos en clase”, “hablamos con los chicos nuevos para que no se sientan solos”, “no nos caemos por bajar las escaleras mirando el celular”, “no nos hacemos videos ni memes”, “jugamos en el recreo”, entre otras. 

“Si consultamos respecto del deseo personal de los estudiantes, manifiestan que quisieran traerlo y usarlo, aunque reconocen con mucha honestidad los aspectos positivos de la medida”, refirió.

Por otro lado, también los docentes se han expresado con definiciones como: “Me parece perfecto el acuerdo, el celular es el mayor distractor en el salón”, “han mejorado los vínculos entre los chicos”, “el acuerdo era muy necesario, el celular ha generado dependencia y tiene componentes adictivos en jóvenes y adultos”, “los alumnos conectan más conmigo y con la propuesta áulica”, “si necesito nuevas tecnologías, las tengo disponibles en el aula, el celular no condiciona mis prácticas. Hay que buscarle la vuelta y colaborar con el acuerdo que es muy beneficioso para todos”.

Por último, Sauro destacó que “la regulación del uso de dispositivos celulares en el colegio es una decisión necesaria que hemos tomado, los estudiantes no podían solos, necesitaban políticas institucionales situadas, claras sobre lo que está permitido y lo que no, y esas decisiones deben basarse en evidencia sólida e involucrar a todos los interesados en el proceso educativo”.

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