Bissio repasó su trayectoria con Democracia.
Bissio repasó su trayectoria con Democracia.
DOCENTE, ESCRITOR Y DELEGADO

Jorge Luis Bissio: “Le dediqué mis mejores años a la gestión pública”

Oriundo de Morse, se desempeñó durante dos décadas como delegado municipal. Escribió siete libros y trabajó como docente en más de veinte instituciones educativas distribuidas entre Agustina; Bragado; Morse; Junín y Saforcada. Destacó las influencias de Cánepa Leiva, como escritor, y Juan Román, como primer empleador. Actualmente es director en la Escuela N°1 de Irala y está enfocado en “disfrutar del tiempo en familia”.

Jorge Bissio es una persona multifacética: vecino, delegado, escritor y docente. Y, precisamente, fue su proactividad lo que lo impulsó a tener un variado desarrollo, tanto profesional como personal, para contribuir desde el lugar que le toque ocupar. 

En diálogo con Democracia, recordó su infancia en Morse; compartió su relación con la docencia; realizó un balance de su trayectoria como profesional; y resaltó el lugar ocupado por su familia.

Infancia 

“Fui hijo único de padres grandes. Cuando nací mi madre tenía 40 años y mi padre 45, y llevaban 16 años de casados. Eso marcó una impronta en mi educación en la que mis padres fueron muy protectores y cariñosos. Fui el benjamín de toda la familia: el nieto más chico y sobrino más chico”, introdujo. 

En torno a la vida familiar contó: “Mi papá trabajaba en tareas rurales y yo solía frecuentar esas tareas rurales. Recorría campos de la zona, reparaba alambrados y se encargaba del movimiento de ganados. Trabajó muchos años en una firma consignataria de ganado”. 

“Mi mamá era una mujer muy dulce y agradable y que siempre estaba en casa. Recibía mucha visita porque, tras vivir en el campo, nos mudamos a la ciudad y la gente pasaba a saludar y conversar”, siguió. 

De tal forma, al momento de hacer foco en aquellos tiempos valoró: “Tuve una infancia muy linda en contacto con la naturaleza y la vida rural en Morse. También fue rodeada de gente grande”. 

“Después fui socializando a través del jardín y la escuela. Siempre fui creativo y autodidacta, e inventaba cosas para jugar y divertirme”, describió y citó una diferencia con las infancias del presente: “Mis hijos hoy tienen televisor y celular, pero nosotros no teníamos eso. Al atardecer volvíamos a casa y teníamos tele en blanco y negro, que no siempre tenía señal y estábamos solos”. 

“Entonces, eso me permitió dedicarme a la lectura a través de Patoruzú y Condorito. Luego descubrí el Gráfico a los 11 años y leía referente al deporte y entré en contacto con libros que me regalaban”, reflexionó. 

Además de las vivencias en la calle, las anécdotas con amigos de barrio, la lectura doméstica y el aprendizaje escolar, Bissio potenció su formación con cursos de dibujo y pintura.

Al terminar el secundario, llegó el momento determinante de qué hacer y dónde seguir con su formación. Al respecto, comentó: “En ese momento entendí que como proyecto de vida tenía que planificar una carrera terciaria para tener un desenvolvimiento que me permitiese un crecimiento”. 

En complemento al estudio, Bissio comenzó su trayectoria laboral de la mano de Juan Román, conocido como “Canilla”. En tal sentido, indicó: “En nuestras infancias ya teníamos también algunas actividades laborales. Quizás no eran reglamentadas o permanentes, pero siempre hacíamos cosas. Desde una huerta y vender verdura; mandados a vecinos; podábamos los árboles y cobrábamos por unidad podada”. 

“Trabajé en la cooperativa de electricidad de Morse casi dos años y ahí aprendí todo el manejo administrativo”, resumió sobre su experiencia laboral. 

Trayectoria 

“Camino se hace al andar”, sostiene un famoso refrán y, a través de esa frase, es que puede sintetizarse el recorrido laboral de Bissio que, al finalizar sus estudios secundarios, comenzó la formación terciaria en Junín.

Respecto a aquel momento compartió: “En un principio iba a estudiar veterinaria y me anoté en la Universidad de Buenos Aires. Nunca empecé y no pude ir por una cuestión económica que fue determinante”. 

“Me volqué a la historia por mi ambición política. A los 15 años, cuando considero que era una época dorada de los políticos y su oratoria, me incliné hacia la historia. Además, me gustaba la parte intelectual, el pasado, las referencias historias y personajes históricos”, contó. 

Sus gustos y, precisamente, la lectura fue algo sustancial al momento de definir. Al respecto, indicó: “Siempre revaloricé el acto de leer. Admiraba a la gente que veía leyendo y me imaginaba leyendo yo”, agregó”. 

Como consecuencia de la misma, el ejercicio de escribir comenzó a ganarse un lugar en el campo de intereses de Bissio. “Empiezo a tener inquietudes en la escritura y, tímidamente, escribo cosas. Un día le muestro algunas cosas a Daniel Drughieri, profesor de filosofía, y me recomienda que haga talleres”, narró. 

Y continuó: “Me acerqué a un taller de Roberto Cánepa Leiva y me generó una gran impronta y admiración por sus formas y conceptos. Uno en la vida siente ciertas influencias de personas y él fue un hombre influente en mi como, al igual que fue Román como mi primer empleador”. 

Al momento de formarse en un nivel terciario, eligió el Instituto Terciario de nuestra ciudad, donde se terminó recibiendo como docente de historia y, a partir de ahí, desandar su trayectoria política.

“Cuando me recibí no sé si tenía muchas aspiraciones de ser docente y surgió una oportunidad para ejercer en Irala en 1994. Inició mi carrera docente en la cual todavía continúo y hoy soy el director de la Escuela N° 1”, comentó.

Tal como data su currículum profesional, Bissio supo desempeñarse como docente en más de 20 establecimientos educativos distribuidos entre las localidades de Agustina; Bragado; Morse; Junín (donde se incluyen el Comercial, Industrial, Nacional y Normal); y Saforcada. 

Asimismo, trabajó en diversas sociedades de fomento, en la Unidad Penitenciaria 13 y como parte del plan Fines. Al día de hoy, acumula 30 años ininterrumpidos como director de la Escuela N°1 de Irala.

Su carrera podría tener un único enfoque en el campo educativo, lo cual no es poco ni nada sencillo. Sin embargo, en forma simultánea, también se desenvolvió en el campo de la política. 

“A la par fui ejerciendo mi cargo como delegado municipal hasta julio de 2014, es decir, acumulo casi 19 años”, sintetizó. En tal sentido, vale resaltar, que Bissio comenzó a una edad temprana a ocupar una función de tal índole en el ámbito público.

Acerca de lo que significó aquella instancia señaló que “era algo desacostumbrado que alguien tan joven ocupara ese rol. Sentía una gran ambición por hacer cosas y progresar”.

A la experiencia como delegado municipal hay que sumarle sus casi dos años como concejal. De tal forma, desde 1996 hasta 2015, estuvo ligado a la gestión pública.

Como referente en la materia, explicó: “Tenemos que entender que la política tiene que ser una herramienta para solucionar potenciar y trabajar”. 

También supo ser durante diez años el presidente del club Atlanta y secretario del club Belgrano, dos entidades deportivas muy reconocidas en la región. 

Su vínculo con Morse no se agota en el afecto ni en la experiencia política reseñada hasta al momento. Además, fue uno de los precursores de la popular Fiesta del Cosechero y escribió siete libros que tienen una relación directa con sus raíces. 

“Son cuatro novelas que hacen foco en la historia de Morse y la infancia en década del 70; y tres ensayos sobre el origen del pueblo de Morse, lo que es la vida cotidiana en zonas rurales y el tema de la ciudadanía”, reseñó.

Visión de Junín

Hace unos años, Bissio viajaba inclusive dos veces por día para hacer distintas cosas en nuestra ciudad. Hoy sigue vinculado, pero ha perdido esa cotidianeidad. 

Sin embargo, eso no lo imposibilitó de hacer un análisis del municipio. “Tiene grandes potencialidades, ha crecido muchísimo y está en un lugar estratégico muy destacado”, valoró.

Por eso, resaltó la “oferta cultural y gastronómica”, como así también el lugar deportivo que ocupa nuestra ciudad a través de las distintas disciplinas como fútbol, básquet, rugby y hockey.

Quizás por su relación con la docencia, lo que destacó fue a la universidad y consideró: “Es un polo de atracción y representa una gran oportunidad para todos los jóvenes de la región. Va adquiriendo un prestigio muy importante por sus años y trayectoria. Hoy ya no hay excusas como me pasó a mí que no pude estudiar lo que quería y no pude ir a Buenos Aires”. 

Con la mirada en el continuo progreso deseó: “Ojalá pueda seguir creciendo en ofertas de carreras que no hoy están como psicología o medicina”. 

Cierre 

Al abordar su trayectoria analizó: “Estoy conforme con lo que he hecho. Le dediqué mis mejores años a la gestión pública sin perseguir un rédito”. 

“Era empleado municipal, pero sin mi actividad docente paralela no hubiera podido vivir ni conformar mi familia”, aclaró y enfatizó: “Me queda un capital importante que es la trayectoria y la gente en la calle reconoce lo que uno ha hecho”. 

Finalmente, más allá de su carrera profesional, hoy el foco de importancia está depositado en otra institución. “El capital con que cuento es mi familia: una esposa; mi hija mujer licenciada; y dos hijos varones: uno en universidad y otro terminando el colegio. También tengo un nieto”, concluyó.

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