La ubicación es, en ciertas oportunidades, central para la búsqueda de un lugar para vivir. Así, cuando se privilegia estar en determinado sector del casco urbano, la opción de encontrar lotes baldíos disponibles es cada vez más reducida. Y, ante ello, se apela a casas para demoler o, también, para remodelar íntegramente.
En Junín, gran parte de la oferta de inmuebles está centrado en este tipo de propiedades: viviendas de más de 50 años, en regular o mal estado y ubicadas en barrios céntricos. La gran oferta y los valores relativamente estables para la venta de tales inmuebles redundaron en un interés para compradores que apuntan a inmuebles bien ubicados.
Al respecto, el presidente del Colegio de Martilleros y Corredores Públicos del Departamento Judicial de Junín, Daniel Di Palma, afirmó a Democracia que “el mercado ha dispuesto y hay búsquedas de propiedades con algunos años, priorizando la ubicación para reciclar y refaccionar o remodelar”.
“Esta es una modalidad que se viene dando en los últimos tiempos, producto de que los valores de los inmuebles usados, con algún deterioro ya producido por el tiempo, han tomado un valor aceptado o convalidado por la demanda y en ese contexto toma razonamiento la oferta y la probabilidad de incorporación de mejoras para finalmente dejar un producto terminado para uso, disposición, locación o reventa”, explicó.
“Esto lo vemos habitualmente en distintas zonas de la ciudad, como en el centro o en la zona de Pueblo Nuevo, en donde contamos con propiedades con algunos años, ya de más de 50”, subrayó. En este contexto, “la probabilidad de precio que ha tomado el mercado hace que la demanda convalide esta valoración y se puedan realizar operaciones para reciclado y remodelación. Esto es un movimiento real del mercado en los últimos 12 meses”, concluyó.
Los permisos de obra
En cuanto a las demoliciones, la arquitecta Graciela Arbues, directora de Obras Particulares, dijo que “hay una reglamentación, que está dentro del Reglamento de Construcción, donde solo se permite demoler cuando hay una factibilidad, un proyecto de construcción nueva, o en todo caso, cuando existe riesgo de caída, de derrumbe”.
Cabe destacar que para demoler tiene que haber un permiso municipal, y “siempre tiene que haber un responsable de la demolición y tiene que estar al tanto del control ciudadano, por el tema del camión que sale con los escombros, o la pala, y el control de tránsito”, informó.
“Todo esto está dentro del reglamento de construcción donde dice para qué se necesita permiso, para qué se necesita aviso y cuándo no se necesita aviso ni permiso”, cerró.
En este contexto, Franco Plassa, responsable de Viales Junín, empresa especializada en la demolición de propiedades con el fin de realizar nuevas edificaciones, informó a Democracia que a su entender “se empieza a ver una luz tenue” en el rubro de la construcción.
“Hay muchos factores que están dando señales de una recuperación lenta, lo cual da una esperanza. Hay muchos paradigmas que cambiaron y si hay reglas claras me parece que es por ese camino”, expresó. “El que construye o el que hace edificios, no espera cobrar a fin de mes para hacer un edificio, espera otras señales, previsibilidad, y un montón de cosas más”, sostuvo.
A su entender, hoy por hoy, por ejemplo, “estar apalancado en dólares tampoco es bueno, porque perdés plata y sucede como antes cuando se estaba apalancado en pesos. Hoy el dólar va a tener que traccionar a la construcción, o sea, lo van a tener que inyectar”, dijo.
“La gente que lo tiene que inyectar es la que tiene sobrante, y para que esa gente lo haga, de arriba tiene que tener una señal de estabilidad y de que las reglas no van a cambiar y que las cosas van a mejorar”, opinó. “El que tiene el dólar grueso, el que va a hacer un edificio, que va a hacer una construcción, o dos construcciones para alquilar, o para revender, o para lo que sea, todavía está esperando un poquito, pero algo van a tener que hacer”, manifestó.
“El que tiene cierta cantidad de dólares va a tener que hacer algo con esa plata, porque el dólar a nivel mundial también se está depreciando. El tema de la construcción está raro. Antes era lo que primero se resentía y lo que primero se recuperaba”, concluyó.
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