Banfi en pleno ejercicio docente.
Banfi en pleno ejercicio docente.
DOCENTE Y EXCONCEJAL

José María Banfi: “Orgulloso por el crecimiento de la universidad”

Estudió el profesorado de historia en La Plata y se convirtió en el primer universitario de la familia. Mientras preparaba su partida al sur del país, donde iba a desarrollarse profesionalmente, comenzó a dar clases en el CURJ, donde inició su trayectoria y terminó participando activamente en la evolución universitaria local.

Históricamente, Junín ha sido una localidad cabecera de la Región y referencia en distintos aspectos. Y, ciertamente, corresponde hacer un lugar en tales puntos a la arista educativa universitaria: inicialmente a través del Centro Universitario Regional Junín (CURJ) para devenir en la Universidad Nacional del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires (Unnoba). 

En tal aspecto es cuando cobra relevancia la figura de José María Banfi, docente y exconcejal, quien contribuyó al ser coordinador del CURJ y también participar activamente en las gestiones que implicaron la creación de una universidad nacional en nuestra ciudad.

“José era el nombre de mi abuelo y María de mi abuela. En aquella época nos ponían los nombres de ambos”, referenció en una rápida e inicial alusión de la historia y las costumbres.

Su infancia en nuestra ciudad, los años de estudio en La Plata; el lugar que ocupa la universidad en nuestro municipio; y su mirada sobre Junín: todo eso, y más, abordó en diálogo con Democracia.

Infancia 

“Mis padres fueron panaderos cuando vinieron a Junín. Desde el año 63 empezaron con ese rubro, por donde está la fábrica Fratamico, en Primera Junta y Pellegrini. Ellos eran socios con unos tíos y después, mis papás compraron una propiedad a una cuadra de donde está actualmente la panadería, que ya era ´Banfi´, en Primera Junta e Hipólito Yrigoyen”, introdujo. 

Acerca de su infancia recordó: “Me crié en el barrio de Sarmiento y La Loba. Fui al colegio Marianista e hice parte de la secundaria en el colegio pupilo de Ferré hasta el 82 que egresé con el título de Experto Agropecuario. Terminé mis estudios como Perito Mercantil en O'Higgins”.

Asimismo, definió como “absolutamente diferente” la infancia que vivenció y describió: “Si no era el horario escolar, estábamos todo el día en la calle. Mis padres se levantaban 4:30 y terminaban a las 22, es decir, estaban todo el día laburando. Mi madre era la que más se ocupaba de las tareas domésticas, pero trabajaba a la par de mi padre”. 

“Jugábamos a la pelota, andábamos en bicicleta y los amigos eran más los del barrio que los de la escuela, como puede pasar ahora. No existía la computadora ni el celular.

Apenas la televisión y no había cable, por lo que, se veía muy poco y siempre que no lloviera o hubiera interferencia”, describió. 

Y remató: “Una infancia feliz de compartir con amigos que siguen siendo amigos”.

Historia

Al finalizar el colegio, llegó el momento de definir qué haría de su futuro: continuar con el comercio familiar o elegir una carrera universitaria. De tal forma, y pese a que sus padres no habían podido estudiar más allá de la escuela primaria, optó por la segunda opción. 

“Me fui a estudiar a La Plata porque mi familia tenía un departamento. Siempre me gustó mucho la lectura, creo que es algo que me inculcó mucho mi mamá”, expresó. 

En el año 1985 desembarcó en La Plata, precisamente en el barrio El Mondongo, para iniciar la etapa académica. Al respecto, comentó que “fue una época interesante porque salíamos de la dictadura y las universidades tuvieron el proceso de normalización y planes de estudios nuevos”. 

“Terminé la carrera en el 90 y ya estaba de novio con quien hoy es mi señora, que ella estudiaba allá informática. La idea que tenía era ir al sur porque había mucha necesidad de docentes”, continuó su relato. 

Siguiendo con el plan que había ideado, Banfi regresó a Junín, a la espera del regreso de, por aquel entonces, novia y comenzó a trabajar en la panadería junto a sus padres.

“Había empezado a funcionar el CURJ y me contacté con unos amigos de la militancia platense que iban a Junín a una actividad y los fui a ver”, contextualizó sobre el momento que torció su destino. 

Y compartió: “En ese encuentro, Abel Miguel me ofreció trabajo y, después de pensarlo, acepté coordinar del CURJ. Recién empezaba y yo tenía 23 años. Eso cambió mi perspectiva y destino. Empecé como docente en el 92, pero, en el 94, me pidieron que me dedicara exclusivamente al CURJ”. 

Al detallar lo que significó aquel rol indicó que “era coordinar los aspectos administrativos y académicos. Por ejemplo, se fueron incorporando carreras de modo gradual y eso requería un proceso de implementación, contactar docentes, la parte administrativa e íbamos tratando de optimizar todo lo que teníamos”.

Pese a que terminó cumpliendo un rol complementario al área de su estudio, el hecho de ser docente le posibilitó a Banfi entender y potenciar las necesidades de cada paso que daba el espacio formativo. 

En tal sentido, como palabra autorizada de la materia, al abordar la figura de lo que significa ser “docente” explicó que “implica enseñar y aprender. Además, implica generar un vínculo de empatía con los alumnos: que sientan que uno está compenetrado y comprometido con su aprendizaje”. 

“Tengo más de 30 años de docente universitario y me sigue atrapando. Es algo maravilloso y es tener la oportunidad de que los alumnos aprendan a pensar. No es que piensen como yo, sino que puedan hacer un pensamiento autónomo a partir del encuentro e intercambio”, opinó.

Unnoba

Paso a paso, Banfi fue siendo un testigo y partícipe del desarrollo institucional acumulando más de 15 años en el sector. Al ser consultado acerca de qué análisis le merece el desarrollo de la universidad consideró: “De Saladillo e inclusive del Sur venían a ver nuestra experiencia. Fuimos haciendo una hoja de ruta donde mirar. Llegamos a ser incluidos en el presupuesto nacional como centro universitario”.

Y resaltó: “Presentamos el proyecto de ley en 2001 que tuvo media sanción en el Senado para que se creara la universidad de Junín que devino en la Unnoba. Éramos 15 personas que trabajábamos arduamente en esto y que pudo prosperar”. 

Dicho trabajo se inscribe en el desarrollo y potencial del municipio. Por eso, expuso: “Junín ya era una ciudad cabecera de región, que tenía algunas cuestiones diferenciales con otras ciudades, pero decíamos que la diferencia cualitativa la iba a dar una universidad y que se creaba para siempre”. 

También analizó: “Si bien hoy no tengo contacto con la universidad, lo que evalúo es positivo: un proceso de crecimiento y expansión que es inicial porque tiene apenas 20 años. Es un orgullo el crecimiento”. 

“La gente valoraba mucho lo que era el CURJ y ya en aquel entonces se le decía la universidad. Cuando se termina transformando en la Unnoba es otra cosa por presupuesto, infraestructura y otras cosas naturalmente”, siguió.

En cuanto a la relación entre el juninense y la universidad consideró que “la Unnoba está muy presente en la vida juninense y se la valora muchísimo. Es algo a lo que cualquier persona puede acceder y la universidad sigue siendo un vehículo de movilidad ascendente”. 

Sin embargo, el vínculo laboral, pero no personal ya que mantiene un gran afecto por la institución, continuó hasta el 2006 cuando termina en la Unnoba y, en paralelo, comienza en la Universidad de Buenos Aires.

“Al día de hoy, estoy como profesor titular en algunas materias en la Facultad de Ciencias Económicas: historia económica y social general, en el CBC; y como docente adjunto en historia económica y social argentina de la carrera de económicas”, reseñó.

Asimismo, es docente de la materia Historia americana II en el profesorado de historia en el Instituto Superior de Formación Docente N° 129 de nuestra localidad.

Visión de Junín

Sobre el desarrollo de Junín, Banfi, consideró que “ha crecido y cambiado muchísimo en distintos puntos, no solo en términos urbanísticos o demográficos. Me acuerdo que, en el censo del 80, Junín tenía 76 mil habitantes y hoy tiene más de 100 mil. Es una ciudad interesante para vivir y, en comparación a otras ciudades similares, se vive bien y tranquilo”. 

“Hoy no estoy participando, pero lo he hecho en el Plan Estratégico. Nunca se tuvo que haber abandonado la visión a mediano y largo plazo. Desde lo local, si se lo hace sistemáticamente, se puede generar esa movilización de recursos endógenos que pueden incidir en mejor calidad de vida, fomentar el empleo y la actividad económica”, desarrolló.

Y explicó: “Pensar qué podemos hacer desde lo local, es decir, en el desarrollo de la ciudad: para dónde crece, cómo quiere crecer, qué le falta. Cuando uno mejor se prepara, mejores posibilidades para afrontarlo. Además, obvio que ayuda más si el gobierno nacional y gobierno provincial están alineados, pero poder impulsar las cosas más allá de eso”. 

Finalmente, más allá de las cuestiones técnicas acerca de lo local, al abordar lo que representa Junín a nivel personal dijo: “Es el lugar donde vivo, donde nacieron mis hijos y donde espero que se desarrollen”. 

“Significa muchísimo y me toca porque he hecho una pequeña parte para que ese Junín sea mejor tanto para los míos como para todos. Quiero que siga creciendo y siga siendo un lugar de oportunidades. No que sea expulsora, que atraiga gente en busca de oportunidades para un mejor futuro”, concluyó.

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