Faustina Arce, la impulsora de Feria Circular Junín.
Faustina Arce, la impulsora de Feria Circular Junín.
VENTA DE ROPA USADA, UNA PRÁCTICA QUE SE CONSOLIDA

La moda circular se expande: renovar el placard de manera económica y responsable

Democracia dialogó con tres emprendedoras que están al frente de negocios y ferias de ropa de segunda mano en Junín. Se trata de una tendencia que gana adeptos y adquiere cada vez más visibilidad, ya sea como una forma de ahorrar o por un consumo ambientalmente responsable.

Desde hace unos cinco años, comenzaron a proliferar en la ciudad, locales, ferias, showrooms o sitios de venta online de indumentaria y calzado de segunda mano. Pero, en los últimos meses, se multiplicaron y hoy es posible encontrar varios locales similares a pocas cuadras de distancia. 

Al respecto, Democracia dialogó con tres juninenses al frente de tiendas que comercializan este tipo de productos para conocer más sobre este fenómeno que se expande.

Ello se debe, entre otros factores, a que el contexto actual de aumento general en los precios de la ropa contribuyó a que más personas busquen alternativas económicas.

“Nosotros defendemos fuertemente lo que es la moda circular por un tema económico. La gente trae la ropa, el calzado y saca un rédito económico y a su vez nosotros también”, explicó Eugenia Saad, de El Roperito Junín, ubicado en Mariano Moreno 368.

Y agregó: “También iniciamos con este proyecto porque veíamos una necesidad en las familias de no acumular las prendas en la casa, sino por el contrario, hacerlas circular; y después, con esa plata volver a comprar algo”. 

Si bien este no es un fenómeno nuevo, en la actualidad, el diferencial de estos comercios es la selección minuciosa que privilegia la calidad y el buen estado de prendas, calzado y accesorios. “La ropa tiene que llegar impecable, limpia, lista para la foto, sin roturas, sin manchas, no tiene que estar estirado. Esas son las condiciones. Acá el régimen es traer las prendas como te gustaría comprarlas”, señaló. 

Una de las premisas que defiende la moda circular, a nivel nacional e internacional, es extender la vida útil de las prendas de marcas reconocidas, permitiendo que un mayor número de personas disfrute de su calidad y valor, a lo largo del tiempo. “Creemos que es una buena posibilidad para las familias de acceder a precios económicos que, en el mercado, quizás, no podes conseguir; y seguir manteniendo la calidad que tienen las prendas de marcas que vendemos”, indicó. 

Y destacó: “Solo vendemos ropa de marca, tiene que ser sí o sí de primeras marcas, tales como Cheeky, Little Akiabara, Grissino, Paula Cahen D'Anvers, Tommy Hilfiger, H&M, Zara, si no, no la tomamos”.

En cuanto a valores, en estas tiendas de segunda mano se puede renovar el placard por precios que van entre un 40% y un 70% por debajo de los que se encuentran en locales de ropa de primera mano. “Una prenda en El Roperito la podes conseguir a un 30%, 40% menos, si son cosas de abrigo. Por ejemplo, una campera en el mercado sale $70.000 y con nosotros la conseguís por $28.000”.

En esa misma línea se expresó Paulina Fernández, de Store Tía Coca, ubicado en Carlos Pellegrini 114: “La diferencia es un 70% menos. Una remera acá la vendemos a $5.000, mientras que una nueva la estás pagando entre $20.000 y un poco más también. En mi caso tengo dos canastos con ofertas en $500 y $2000. Realmente los valores son muy accesibles”. 

Las modalidades de operación varían entre los negocios que aceptan prendas en consignación y los que sólo las compran; las que pagan en efectivo y las que otorgan crédito para canjearlo por prendas en el mismo negocio. “Desde El Roperito Junín, y a partir de este año, trabajamos bajo el sistema de consignación 50-50, 50% para el dueño de las prendas, 50% para nosotros. Antes trabajábamos diferente. Y también empezamos a implementar la compra del lote de ropa. Si es algo que nos interesa y la persona no es de acá o no quiere trabajar a porcentaje, se le compra el lote de ropa”, explicó Saad.

Por su parte, en Store Tía Coca, la ropa se toma en consignación, y se pacta un monto de antemano con los propietarios de dichas prendas. “Las mismas tienen que estar en excelentes condiciones, de otra manera, no las tomamos”, destacó Fernández, y detalló: “Los agendamos en un grupo de difusión de WhatsApp, donde se hacen los reportes de ventas del mes y donde se habla en caso de que exista alguna inquietud; también preguntamos si están de acuerdo en donar o no las prendas que están fuera de temporada o bien aquellas que no tuvieron salida”. 

Una ayuda al bolsillo del juninense 

La vigencia de estos proyectos de moda circular tiene un fuerte componente en la necesidad económica, es decir, personas que visitan en estos lugares para encontrar opciones más accesibles para vestirse.  

“Nuestro lema es que siempre hay un roto para un descosido. Entonces solo pedimos que la ropa que traigan esté en buenas condiciones. Porque la gente nos alcanza lo que tiene y lo principal es que sea económico. La idea es hacer que toda la ropa circule”, aseguró Alfonsina Arce, de Feria Circular Junín, ubicada en Uruguay 217. 

En ese sentido, explicó que un pantalón en su local puede llegar a salir $3500, mientras que uno de primera mano está cerca de $35.000 o más. “Cuando abrimos en agosto de 2023, las personas estaban sorprendidas con la propuesta y después ya empezaron a llevar ropa a consignación. Lo que dicen es que antes de regalarla prefieren sacarle un dinero para algunos gastos”, relató. 

También aclaró que en la feria predomina el boca en boca para acercar ropa, calzado o accesorios: “La persona que lleva la ropa le pone un precio accesible y una vez vendida se paga. Solo tomamos de gente que conocemos y tiene que estar impecable”, aseguró Arce.  

Cada vez son más los que compran ropa usada 

En el último tiempo no solo ha crecido el número de ferias, sino también la cantidad de personas que se animan a sumarse a la moda circular. “La gente, actualmente, viene decidida a comprar. Antes solo venían a ver qué onda, pero ahora ya vienen directamente a buscar una campera, un buzo, un jogging, lo que sea que necesiten”, indicaron desde El Roperito Junín. 

Entre los principales motivos de este cambio estaría la situación económica del país, y el poco uso que tiene la ropa de los niños, según remarcó Saad. “Mi negocio surgió en pandemia con una necesidad que vi en las mamis de ver qué hacíamos con la ropa que nos sobraba de nuestros nenes. Y qué hacíamos también un poco con el resto que va quedando chico, que no lo usaron, que no les gustó”, subrayó. 

El Roperito Junín tuvo sus inicios en el domicilio de su dueña y desde hace un año y medio tuvo la posibilidad de inaugurar su actual local, “apuntando siempre a la ropa de niños de 0 a 12 años”, aclaró. 

En ese sentido, destacó la importancia de las redes para la venta y el contacto con los clientes. “Se vende mucho por Instagram, por WhatsApp, hacemos envíos al interior del país, así que bueno, la gente viene decidida a comprar”, indicó.

“Sin dudas, a lo largo de estos últimos cinco años, hubo una crisis grande en la ley de oferta y demanda, los valores de las prendas son exorbitantes. A esto se le agrega el cambio de conciencia en cuanto al consumo. Entonces hoy comprar una prenda nueva pasó a ser un privilegio para pocos y no una necesidad”, sostuvo Paulina Fernández de Store Tía Coca. 

En su local, que abrió en 2020, se rigen por el lema “creado para el cuidado del planeta Tierra. Reciclemos y hagamos un mundo más consciente”. Actualmente se dedican a la venta de ropa, calzado y accesorios para adultos. “Por una cuestión de espacio no sumamos ropa para niños, pero no lo descarto para más adelante”, concluyó.

COMENTARIOS