Gran caudal de agua a la altura del puente de Lincoln.
Gran caudal de agua a la altura del puente de Lincoln.
TRAS LA EXTENSA SEQUÍA

El caudal volvió a llegar a las compuertas en Mar Chiquita y ya pasa agua hacia la Laguna de Gómez

Así lo afirmó a Democracia el funcionario municipal Manuel Llovet, oriundo de la localidad de Agustina, por lo que este diario realizó una recorrida por los puentes de Lincoln y Morote, donde el agua volvió a brillar en el tramo que conecta ambos reservorios.

Las precipitaciones que vienen cayendo en Junín y en la cuenca del río Salado, desde marzo, le siguen dando respiro a la intensa sequía que atraviesa la zona. 

En efecto, tras las intensas lluvias registradas en abril, el caudal volvió a llegar a la altura de las compuertas en Mar Chiquita (Agustina) por lo que el agua empezó a pasar con destino a la Laguna de Gómez, que también empezó a recuperarse, como ya fue informado.

Así lo afirmó a Democracia el funcionario municipal Manuel Llovet, oriundo de esa localidad del distrito de Junín, por lo que este diario realizó una recorrida por los puentes de Lincoln y Morote, donde el agua volvió a brillar en el tramo que conecta ambos reservorios situados en el partido de Junín.

Cabe recordar que la Laguna de Gómez (la más afectada) había sufrido una bajante histórica entre fines de enero y principios de febrero, donde se podía cruzar caminando, ya que no había una gota de agua.

Actualmente, y gracias a las lluvias sostenidas, el agua cubrió gran parte de la superficie y llegó a la altura del espigón, al igual que la laguna Mar Chiquita, que se encuentra situada río arriba y que se encarga de enviar excesos hídricos.

Al respecto, el ingeniero Alejandro Signorelli, jefe del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Junín expresó: “Si bien se ve un poco más de agua en la cuenca, la verdad es que todavía falta un montón para recuperarse”. 

“Si bien llovió hace 15 días atrás bastante, todavía estamos en una situación en la que necesitamos un poco más de lluvia, principalmente para tener un buen cultivo de invierno ahora que ya estamos próximos a la siembra de todo lo que es trigo y cebada principalmente”, señaló. 

“Si uno va a los lotes y va con la pala, justo ahora estuvimos haciendo un muestreo de suelo, se ve humedad en el perfil, estamos en una buena condición para sembrar pero faltaría un poquito más de agua”, explicó. 

“Y obviamente para que las lagunas se compongan, si bien el agua llegó a la compuerta, va a ser falta mucha más agua”, informó. 

“Yo creo que capaz si tenemos una primavera normal o lluviosa, vamos a ver una recuperación, pero sin embargo estamos entrando en una situación en donde se espera para primavera con La Niña, con precipitaciones por debajo de lo normal. Esperemos que los modelos no se cumplan y se dé el agua que tanto necesitamos para recuperar nuestras lagunas”, concluyó.

La Cuenca del Salado

Tímidamente, como se dijo, las lagunas de Junín, como la de Gómez, que sufre la peor sequía de su historia, recuperan caudal, pero todavía no ingresan excesos hídricos desde río arriba, como desde la laguna La Picasa que está medio metro abajo del vertedero.

Cabe destacar que, la Laguna de Gómez forma parte de la Cuenca del Salado superior y recibe agua del Río Quinto, la parte sur de Córdoba; del sur de Santa Fe; y algo de San Luis y La Pampa. “Hoy, el gran afluente de todo eso es la laguna La Picasa que está con un 60% o 70% de agua, es decir, no está desbordando ni está mandando agua”, aseguró Signorelli. 

Así, en detalle, explicó el sistema de funcionamiento de las lagunas: “La Picasa se llena y tiene dos vertientes, o dos bombeos, uno hacia el lado bonaerense y otro hacia Santa Fe; uno que viene por el canal de Las Horquetas, que lo cruzamos en la Ruta 7 y el otro va por las lagunas encadenadas, que va hacia la laguna El Chañar en Teodelina y ambos van a la laguna Mar Chiquita de Arenales, y de Arenales viene a la Laguna de Gómez y sigue todo su recorrido hasta desembocar en la Bahía de Samborombón”. 

Además, indicó que “la Laguna de Gómez puede recibir agua local, porque toda la divisoria de agua la tenemos por Rojas, hacia el norte y drena hacia el Paraná por la cuenca del río Arrecifes, y para acá la del Salado. Es decir, recibimos agua localmente, pero necesitamos que llueva bien en toda la cuenca del Salado para que se recupere la laguna rápidamente”.

Extensa sequía 

La sequía extrema que viene afectando a Junín y la región había transformado a la Laguna de Gómez en un gran desierto. Es preciso recordar que entre septiembre y octubre de 2023 se había registrado una pronunciada bajante, a tal punto que en algunos sectores de Gómez ya se podía cruzar caminando de costa a costa.

Luego, con las últimas lluvias registradas entre fines de octubre de 2023 y enero de este año, coincidentemente con la llegada de El Niño, la Laguna había recuperado parte del caudal de agua y se abría una esperanza en que recobre su caudal. 

Pero, tras una segunda quincena de enero con calor y pocas precipitaciones registradas, el panorama volvió a ser desolador, agravando la ya complicada situación hídrica.

Además, cabe destacar que durante el verano se produce mayor evaporación de agua debido a las altas temperaturas.

“Las lagunas de Junín están sufriendo la mayor sequía de los últimos 60 o 70 años que se tenga memoria. Son dos años consecutivos y tres de La Niña, que es un periodo seco -y en este caso fue extremadamente seco-, donde no se pasó la mitad de la media anual y han llovido por año 400-500 milímetros, teniendo en cuenta que llueve de 900 a 1100”, había dicho en una nota reciente a este medio el concejal Marcelo Balestrasse. 

“Si se suman los tres últimos veranos, tenemos una faltante hídrica por la época estival de 1.200 metros cúbicos. Con lo cual realmente al sistema lo ha afectado, tal como se ve, una sequía de las más grandes que se recuerda”, indicó. Y rememoró que “del 47 al 51 hubo sequía, en el 63 hubo sequía, en el 85, 86 hubo sequía, en el 2009 hubo sequía, y ahora actualmente en los últimos dos años hay sequía, pero ninguna fue tan grave como la de ahora, porque siempre en Gómez se mantuvo el agua en el medio”.

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