Marcelo junto a su esposa y sus tres hijos.
CIRUJANO CARDIOVASCULAR

Marcelo Eduardo Lerda: “Agradezco haberme quedado por todo lo que hice”

Tras realizar una beca de posgrado en Francia, decidió volver a la Argentina, y específicamente a Junín, para desenvolverse profesionalmente. Acumula 45 años en el área de la salud donde supo ser director en Región Sanitaria III y trabajó en el Sanatorio Junín y La Pequeña Familia. Además, formó su propia familia y hoy disfruta de sus hijos y nietos.

De Arenales a París. Del estudio en un colegio pupilo a elegir la medicina para desarrollarse, como así también a Junín como la ciudad para asentarse. La historia de vida de Marcelo Lerda es muy interesante por la experiencia cosechada tanto a nivel nacional como internacional.

En diálogo con Democracia, Lerda recordó su infancia, abordó los años de estudio en medicina en Buenos Aires, cómo se gestó su vínculo con nuestra ciudad y realizó un balance de su trayectoria.

Infancia 

“Hasta los 12 años viví en Arenales: un pueblo chico. Mi padre era médico cirujano y mi madre era profesora de inglés”, inició.

Sin dudas, Lerda estuvo influenciado directamente por la profesión paterna, ya que, años después, decidiría elegir la misma carrera para formarse. Al respecto, indicó: “Mi padre era médico de familia. Los médicos de pueblo hacían todo. Por ejemplo, en el año 56 hubo una urgencia tuvo que hacer una cesárea y recibirme a mí”. 

Sin embargo, la adolescencia de Lerda en Arenales duraría poco. “Decidieron mandarme a un colegio pupilo para tener una educación distinta. Era un colegio mixto, americano, y estuve hasta terminar el secundario”, describió.

Acerca de la nueva etapa lejos de casa valoró: “Tengo grandes recuerdos del colegio y grandes amigos que aún hoy mantengo”.

“Los primeros meses fueron difíciles porque no había teléfonos y nos manejábamos con cartas. El hábito era romper el cordón lumbrical. Después uno se acostumbra, como todo”, contextualizó.

Sin embargo, al ser consultado sobre lo que implicó aquel desarraigo a los 12 años de su Arenales natal, respondió: “Me costó mucho irme. Sí o sí tenía que hacerlo. Mi padre fue parte de la fundación y hoy la escuela lleva su nombre ´Doctor Marcelino Domingo Lerda´”.

En torno a la experiencia capitalizada en aquella institución, Lerda, hizo foco en el “concepto de amistad, de orden y educación. Era una educación muy liberal, no te decían nada si íbamos o no con corbata, el pelo largo o corto, pero era norma el respeto a la bandera, el himno y a las autoridades”.

Medicina

Con el correr de los años, Lerda, se volvería una referencia en el mundo médico de Junín y la zona. Sin embargo, hay que volver algunas décadas en el tiempo para poder rastrear la génesis de su gusto por la medicina.

“Primero iba a estudiar ingeniería química. De hecho, me anoté e hice el ingreso. En el 74 entra al gobierno Perón y decide sacar todos los ingresos. Yo ya había empezado el ingreso y pasé por la Facultad de Medicina y me anoté. Comencé anatomía y otras materias y no le dije nada a mis padres porque uno tenía mucho respeto y no me parecía algo acorde”, narró. 

Y continuó: “Hice abril y mayo de ambas carreras, y luego no fui más a ingeniería. Un día, un amigo de mi padre viene a casa y me vio estudiando anatomía y me pregunta qué estoy haciendo. Le comenté y les dijo a mis padres. A los pocos días fallecen en un accidente de tránsito”.

“Seguí en medicina y todavía sigo ejerciendo después de 45 años”, remató.

En tal sentido, y con más de cuatro décadas de camino transitado, Lerda resaltó su gusto por la profesión al decir que “siempre me incliné a la cirugía. Fue mi vocación por mi padre que era médico, mi madre estuvo a punto de recibirse. Empecé con cirugía general y luego me dediqué a cardiovascular”.

Tras realizar la residencia en el Hospital Ferroviario Central y su paso por el Hospital Italiano, tendría la posibilidad de cruzar el charco y realizar una beca en Europa.

“La embajada de Francia saca unas becas para profesionales de la salud, averigüé y me postulé. Fue una experiencia muy buena en un país muy desarrollado”, señaló acerca de aquella experiencia transitada en el año 84. 

Asimismo, describió que “todo el mundo tiene acceso a la salud por parte del Estado: es realmente pública en hospitales públicos. Aprendí mucho y creo que fue muy importante para, luego, poder desarrollarme en Junín”.

Respecto a lo que fue el hecho de estar varios meses en el viejo continente detalló: “Vivía con otro cirujano cardiovascular que era un amigo mío y la pasamos bien. No me costó el cambio cultural porque nunca me hicieron sentir como extranjero. Los parisinos son secos, como los porteños, pero me adapté bien”.

La historia no termina ahí, ya que, se podría decir que Lerda fue un repitente en el gusto por Francia. “Volví a la Argentina en el 86 y me sale la posibilidad de irme a otro hospital de allá. Fui otros seis meses más en el 87 para, después, volver y radicarme acá definitivo”, contó.

Tanto la residencia en instituciones de Buenos Aires de gran envergadura, como así también las realizadas en París, fueron parte de la preparación y especialización de Lerda como cirujano.

“Me gustaba la parte cardiovascular. Hubo grandes popes como Favaloro. Antes era toda quirúrgica y hoy es muy poco lo que operamos. En aquella época, empecé en el 91 con mi primera cirugía cardiaca en Junín y arrancamos”, expresó. 

Y opinó: “Nada que ver lo que hacíamos en aquella época a lo que hacemos hoy. El avance tecnológico ha sido abismal respecto a lo que se hacía décadas atrás. La gente que se forma ahora, la cirugía abierta, considero que es muy poco lo que puede acceder”. 

Recomendaciones

Haciendo uso de la palabra como referencia médica, al ser consultado acerca de cuidados generales que debe tener toda persona, Lerda resaltó la importancia de la “prevención”. 

“Fundamentalmente, en lo cardiovascular uno puede cambiar muchos hábitos: el hecho de fumar, la hipertensión, el colesterol alto, el sedentarismo. Uno puede prevenir muchas cosas”, indicó.

También informó: “Después hay cosas hereditarias: gente que a los 40 años tiene algo por una carga genética difícil de revertir. Hoy lo que se hace, sobre todo en cirugía coronaria, uno va tirando la pelota para adelante”. 

Al comenzar a divagar en torno a la temática, se puede ver la pasión que despierta en Lerda. Y con ello, la información. Al respecto, trajo a colación un dato no menor. “Juan Carlos Parodi, un doctor argentino, fue el primero que colocó una endoprótesis, por dentro de las arterias, un stent forrado por así decirlo, en el año 91. El Instituto Cardiovascular de Buenos Aires representa el cambio de paradigma en la cirugía cardiovascular del mundo”, dijo.

A su vez, citó la figura de Julio Palmas y contó que “fue el que hizo el primer stent en el mundo en el 88. Hubo una evolución terrible en 30 años. En este campo, existieron 3 hitos en el mundo y los tres argentinos: Favaloro, Parodi y Palmas”.

Visión de Junín

Acerca de su lazo con Junín manifestó: “Mi padre era médico en Arenales y en el Sanatorio Junín. En mi caso, en Arenales era imposible desarrollar la especialidad que elegí.

Tenía que elegir una ciudad con apoyo logístico y en mi pueblo eran cinco mil personas y necesitaba todo un marco que no estaba. No es solo operar al paciente, sino acompañarlo y asistirlo en lo que es el después”.

“Vine a Junín y me costó mucho porque había que cambiar la mentalidad de ciertos médicos antiguos. No fue fácil empezar con el Instituto de Cirugía Cardiovascular, pero gracias a algunos profesionales pudimos volverlo realidad. Hoy la ciudad tiene tres centros de cirugía cardíaca”, compartió. 

E indicó: “La gente viene acá a atenderse y a todo tipo de intervención. La parte de salud es un polo que atrae a un millón y pico de personas”.

No solo brindó su mirada en lo que es el mundo de la salud, sino también, en términos generales. “A nivel comercial sigue creciendo y, en lo que hace a seguridad, comparado al Conurbano, estamos bastante bien. Tengo amigos en Ramos Mejía, por ejemplo, y viven con mucha inseguridad”.

“Agradezco haberme quedado acá porque tengo amigos y hago actividades que en Buenos Aires es difícil hacer: juego al golf, voy a pescar, entre otras. El tema de la distancia en Buenos Aires es complejo, otra forma de vivir”, cerró.

Familia 

Por último, abordó el lugar ocupado por su familia. Al respecto, comentó: “Tengo tres hijos: dos ingenieros agrónomos que están trabajando en el campo, que son Franco y Matías; y la más chica, Valentina, que estudió recursos humanos”.

Así como Lerda emigró de su ciudad natal para estudiar, experiencia que valora y destaca, transmitió el mismo mensaje para sus hijos. “Todos estudiaron en Capital. Siempre los impulsé a que vayan a una gran ciudad, que corten el cordón umbilical y aprendan afuera. No veían la hora de recibirse para volver a Junín”, señaló.

Además de expresar el orgullo por sus hijos, otra figura que lo emociona e hizo mención es la de su esposa. “Siempre me acompañó en todo esto y formamos una linda familia”, definió. 

“Estamos todos en constante contacto que es lo que te da la ciudad chica como Junín porque en cinco minutos nos podemos encontrar”, enfatizó.

Finalmente, al hacer un balance en función a lo que ha sido y es su trayectoria, Lerda, analizó: “Agradecido a la vida por todo lo que he podido hacer a nivel profesional y personal.

Estoy muy satisfecho. Pude hacer todo lo que me propuse a nivel profesional. No hice trasplante porque pienso que no se justificó”. 

En la actualidad, además de disfrutar del día a día laboral, el cual es su pasión, también goza del tiempo en familia junto a sus hijos y sus dos nietos, improvisando en la nueva figura que ocupa como abuelo.