Las precipitaciones que vienen cayendo en Junín y en la cuenca del río Salado, desde marzo, le siguen dando respiro a la intensa sequía que atraviesa la zona. En efecto, con las lluvias que se registraron entre el sábado y ayer, de unos 200 milímetros, el agua ganó terreno y volvió a llegar a la altura del espigón de la laguna de Gómez, según pudo constatar Democracia en una recorrida.
Cabe recordar que, ese reservorio de Junín había sufrido una bajante histórica entre fines de enero y principios de febrero, donde se podía cruzar caminando, ya que no había una gota de agua.
Actualmente, y gracias a las lluvias sostenidas, el agua volvió a brillar en la superficie, al igual que la laguna Mar Chiquita en Agustina, que se encuentra situada río arriba y que se encarga de enviar excesos hídricos, donde “está subiendo el caudal y hay más agua”, afirmó a este diario el funcionario municipal Manuel Llovet, oriundo de esa localidad del distrito de Junín.
Al respecto, el ingeniero Alejandro Signorelli, jefe del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Junín expresó: “Muy contentos por las lluvias, principalmente todos los que son los productores ganaderos porque viene muy bien para el tema de pasturas”, y agregó "parte de estos 140 milímetros que aproximadamente se acumularon en la Región, obviamente que se infiltró y otra parte escurrió hacia la cuenca del Salado y ha llenado un poco los espejos de agua”.
En ese sentido, señaló que “no tenemos que ser ansiosos y esperar a tener condiciones similares para que la laguna de Gómez vuelva a tener su caudal histórico, y para eso va a hacer falta más tiempo”, y afirmó que "todo esto tiene que ver con un balance entre lo que llueve, lo que se infiltra y lo que se evapotranspira. Mientras entre más de lo que se va, el caudal se va a ir recuperando”.
“Hay que ver los próximos meses cómo viene evolucionando, y sería fundamental tener muy buenas lluvias después de la cosecha, o sea todo lo que es mayo, junio, para principalmente tener una buena siembra de trigo, teniendo en cuenta que está firme el fenómeno La Niña (sequía) para primavera”, concluyó.
Por su parte, el concejal Marcelo Balestrasse afirmó que “todo suma, pero todavía no alcanza para llenar la laguna. Yo calculo que se necesitan cinco eventos como el del fin de semana para poder regularizar más o menos la Laguna de Gómez, donde todavía no entró agua al Club Náutico”.
En la misma línea, el presidente del Club Náutico Junín, Amilcar Rustici, dijo que “esta lluvia aportó una buena cantidad de agua. La Laguna habrá subido unos 15 o 20 centímetros”. Y aclaró: “Nosotros no podemos darnos cuenta si entra agua hasta que vayamos al Puente de Lincoln, en Ruta 188”, y añadió: “Todo es bueno. Y ojalá haya algunas lluvias más y se empiece a recuperar caudal. La verdad que fue una lluvia extraordinaria. Y quizás, a lo mejor tenemos agua para el verano”.
La Cuenca del Salado
Tímidamente, como se dijo, las lagunas de Junín, como la de Gómez, que sufre la peor sequía de su historia, recuperan caudal, pero todavía no ingresan excesos hídricos de río arriba.
Cabe destacar que, la Laguna de Gómez forma parte de la Cuenca del Salado superior y recibe agua del Río Quinto, la parte sur de Córdoba; del sur de Santa Fe; y algo de San Luis y La Pampa. “Hoy, el gran afluente de todo eso es la laguna La Picasa que está con un 60% o 70% de agua, es decir, no está desbordando ni está mandando agua”, aseguró Signorelli.
Así, en detalle, explicó el sistema de funcionamiento de las lagunas: “La Picasa se llena y tiene dos vertientes, o dos bombeos, uno hacia el lado bonaerense y otro hacia Santa Fe; uno que viene por el canal de Las Horquetas, que lo cruzamos en la Ruta 7 y el otro va por las lagunas encadenadas, que va hacia la laguna El Chañar en Teodelina y ambos van a la laguna Mar Chiquita de Arenales, y de Arenales viene a la laguna de Gómez y sigue todo su recorrido hasta desembocar en la Bahía de Samborombón”.
Así, el ingeniero sostuvo que “todo depende si se dan lluvias sostenidas, si se va recargando la cuenca. Primero se tiene que llenar arriba”. Además, indicó que “la Laguna de Gómez puede recibir agua local, porque toda la divisoria de agua la tenemos por Rojas, hacia el norte y drena hacia el Paraná por la cuenca del río Arrecifes, y para acá la del Salado. Es decir, recibimos agua localmente, pero necesitamos que llueva bien en toda la cuenca del Salado para que se recupere la laguna rápidamente”.
Extensa sequía
La sequía extrema que viene afectando a Junín y la región había transformado a la laguna de Gómez en un gran desierto.
Es preciso recordar que entre septiembre y octubre de 2023 se había registrado una pronunciada bajante, a tal punto que en algunos sectores de Gómez ya se podía cruzar caminando de costa a costa.
Luego, con las últimas lluvias registradas entre fines de octubre de 2023 y enero de este año, coincidentemente con la llegada de El Niño, la Laguna había recuperado parte del caudal de agua y se abría una esperanza en que recobre su caudal. Pero, tras una segunda quincena de enero con calor y pocas precipitaciones registradas, el panorama volvió a ser desolador, agravando la ya complicada situación hídrica. Además, cabe destacar que durante el verano se produce mayor evaporación de agua debido a las altas temperaturas.
“Las lagunas de Junín están sufriendo la mayor sequía de los últimos 60 o 70 años que se tenga memoria. Son dos años consecutivos y tres de La Niña, que es un periodo seco -y en este caso fue extremadamente seco-, donde no se pasó la mitad de la media anual y han llovido por año 400-500 milímetros, teniendo en cuenta que llueve de 900 a 1100”, había dicho en una nota reciente a este medio Marcelo Balestrasse.
“Si se suman los tres últimos veranos, tenemos una faltante hídrica por la época estival de 1.200 metros cúbicos. Con lo cual realmente al sistema lo ha afectado, tal como se ve, una sequía de las más grandes que se recuerda”, indicó. Y rememoró que “del 47 al 51 hubo sequía, en el 63 hubo sequía, en el 85, 86 hubo sequía, en el 2009 hubo sequía, y ahora actualmente en los últimos dos años hay sequía, pero ninguna fue tan grave como la de ahora, porque siempre en Gómez se mantuvo el agua en el medio y ahora directamente no está”.
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