El concejal Pablo Petraglia, presidente del bloque de Unión por la Patria, habló con TeleJunín sobre cómo vivió en su infancia la guerra de Malvinas. También analizó el presente escenario político local y la incertidumbre que domina en las relaciones internacionales.
- ¿Cómo recuerda el proceso de Malvinas?
- Lo vivimos de una manera muy especial. Ese 2 de abril nos levantábamos en casa con un radio reloj con el programa Rapidísimo, con Héctor Larrea y escuchamos la noticia de que algo había pasado en Malvinas. Y después cuando volvimos de la escuela -teníamos doble escolaridad en el colegio Marianista-, a la noche, me acuerdo las imágenes blanco y negro en la televisión y mi viejo nos dice: “Miren esto es porque va a ser histórico y se lo van a acordar toda su vida”. Yo tenía 8 años en ese momento y esos dos meses jugábamos a la guerra en el recreo, con todo el triunfalismo que había y la convicción de que “les estamos ganando”. Son pequeñas anécdotas que me han quedado de ese 1982 que parece lejano, pero en realidad está muy cercano en muchos de corazones.
- ¿Y cómo impactó en su familia?
- Recuerdo una pelea familiar por esa jornada de las 24 horas que se hizo por ATC (n. del r.: el nombre de entonces de la TV Pública) para juntar fondos para la guerra. Íbamos a donar los anillitos del bautismo y las cadenitas, pero mi mamá no estaba muy de acuerdo y mis abuelas que decían que sí. Y después todo se mezcla: con la visita del Papa, el Mundial 82… uno tenía 8 años y después reflexiona lo que vivió, lo que significó para el país, y en definitiva es una gran tragedia.
- Pero sigue siendo la única cuestión de Estado que tenemos.
- Hasta por ahí no más. Hay algunas voces desagradables por ahí que nos hacen ruido. Pero la Cláusula Transitoria Primera de la Constitución dice que es un reclamo irrenunciable de todo el pueblo argentino la soberanía de las islas Malvinas, Sandwich y Georgias del Sur, y es un anhelo que no puede dejarse. Por eso cuando sale un movimiento de desmalvinización creo que deberían reflexionar sobre lo que significó Malvinas para todos. Entender que es un deseo colectivo y esperemos que recuperemos la soberanía sobe nuestras Malvinas. Por ahora pagamos las torpezas, porque Hong Kong volvió a China…
- Usted fue radical, ¿qué opina del presente del radicalismo?
- No, no quiero opinar sobre la formalidad del Partido Radical del cual no soy más parte. De hecho soy parte del Frente Renovador y aprovechó para saludar a Valeria Arata, la vicepresidente a nivel nacional del espacio en el que nos formamos junto a Mario Meoni.
- Pero siempre queda algo en el corazón de las viejas convicciones, ¿o no?
- En el radicalismo, como en buena parte del peronismo, como en quienes estamos en el Frente Renovador, hay una serie de valores -que yo diría que son entre el 80% y el 100%- compartidos, como la causa Malvinas, al contrario de otras experiencias políticas que hoy están gobernando.
- Además de en Malvinas, ¿en qué se expresarían esas coincidencias hoy?
- Casualmente, el Concejo Deliberante realizó una reunión en donde el bloque libertario propone que los empleados municipales sean libres de elegir obra social. Y hay un consenso muy grande entre quienes venimos del radicalismo, del peronismo y otras fuerzas en principios que vienen del artículo 14 bis, del radical Crisólogo Larralde, de la Constitución peronista del 49, que tiene que ver con si la salud es un derecho o un negocio. Y así con cada una de las cuestiones que tienen que ver con esta ideología que vemos palmaria hoy en día. Se está discutiendo si se levanta o no la frecuencia diaria del tren ¿Hay algo más simbólico para Junín que el servicio de tren? ¿Otra vez vamos a discutir el servicio diario? Algunos estamos de un lado y otros de otro.
- Ahora, ¿se viola la Constitución cuando, por ejemplo, en Educación se plantea si es paga o no?
- La Constitución en el año 94 dijo que la educación superior es gratuita. Entonces, cuando se lanzan este tipo de debates, lo que tendría que hacer primero es abrir la Constitución. O revisar la Convención Interamericana de Derechos Humanos, cuando se habla de “progresividad”. O sea, si se logran sistemas de mayor dignidad, de protección de las personas, no se puede retroceder. Hoy se está desmontando ese estado de bienestar que tiene sus falencias –obviamente- pero no podemos retroceder.
- ¿Cómo es que se vulneran, así como así derechos consagrados en la Constitución?
- Para evitarlo tendrían que estar los jueces. Por eso nuestro sistema tiene el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial. Si hay conflicto de normas, si el DNU viola mi derecho, ¿quién lo va a resolver? Un juez. Por eso la importancia del Poder Judicial y de quien integra la Corte, la cabeza de ese Poder Judicial.
- Hay una constante en los discursos iniciales de nuestros presidentes: siempre hablan de “emergencia”, de la necesidad de “unidad nacional” … ¿Qué análisis hace de esto?
- Es un completo dejavú la Argentina. Se puede tomar cualquier discurso presidencial de apertura de sesiones de cualquier año y se va a encontrar esos conceptos. Y no todos son momentos fundacionales. Hay procesos, obviamente, en que uno no se da cuenta que está en el medio de cambios profundos.
- ¿Este es un momento de cambios profundos?
- Es como dijo (el filósofo italiano marxista Antonio) Gramsci: “Lo antiguo no se termina de ir y lo nuevo no termina de venir”, y se extiende mucho esta situación. Las nuevas tecnologías que cambian la forma de expresarse, la incertidumbre… En la Guerra Fría había dos bandos. Ahora no se sabe por la indefinición propia de las grandes potencias. Estados Unidos no se sabe si se retira de ser el policía del mundo o no. En China, ¿qué va a pasar? India, ¿va a ser la nueva potencia? ¿Dónde van a ir nuestras exportaciones? Si los chinos terminan de plantar soja en África, nosotros no le vendemos un poroto de soja a nadie más. Entonces ¿hacia dónde va el mundo? ¿Adónde vamos nosotros? Se parece bastante a la década del 30: ante la incertidumbre, los demagogos son los que toman el poder con cantos de sirena.
- Ha escrito varios libros, ¿trabaja en alguno ahora?
- Tengo escritos sobre todo de historia local y regional. Sobre personajes de Junín que participaron de la Primera y la Segunda Guerra Mundial y qué significaron esas guerras para ciudades como la nuestra. Por ejemplo... cuando entran los nazis a París, en 1940, hay unos atentados en Mar del Plata y hay alarma porque dicen que van a atentar contra la red ferroviaria. Junín –dicen documentos que conseguí- se convierte en foco de interés: al ser un nudo ferroviario, era clave para las exportaciones de cereal que necesitaba Inglaterra. La comunidad británica -bastante fuerte en ese momento- tenía acá un centro de reclutamiento que juntaba donaciones. Hubo algunos ferroviarios que fueron a la guerra –tenían apellidos Howell o Waring- y tengo la suerte de que fueron jefes de mi abuelo y él dejó cosas escritas. Quizá lo convierta en un libro.
- Volviendo a la sesión, el Concejo trató un tema polémico por centro Casa de Abrigo ¿Cómo quedó ese tema?
- Salió por unanimidad. Fue un pedido que se hace a la Provincia para que intervenga y ejecute las obras que faltan. En realidad la polémica era respecto de los tiempos y la asistencia que puede llegar a tener el municipio (o no) a través algunos programas. No estaban los que libertarios, dicho sea de paso: presentaron una nota diciendo que tenían una reunión... Aparte, hubo pedidos que tienen que ver con los accesos a algunas localidades, la aprobación del convenio urbanístico para el Progresar 5 (salió por unanimidad también). E hicimos un homenaje –donde tomé la palabra- por Cecilia Serrano, cronista parlamentaria que siempre nos acompañó en las sesiones y lamentamos su fallecimiento.
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