Ayer se llevó a cabo el acto oficial de homenaje y conmemoración a Eusebio Marcilla, “El Caballero del Camino”, al cumplirse un nuevo aniversario de su fallecimiento, en la plaza que lleva su nombre y donde se halla la escultura icónica del piloto juninense. Participaron del evento autoridades del Gobierno de Junín, concejales, familiares y miembros de la Agrupación Eusebio Marcilla y distintos grupos automovilísticos, como también “Estrellas Amarillas” y vecinos de la comunidad que guardan siempre a Marcilla en sus corazones.
La banda militar Curupaytí musicalizó el acto, se realizó la entrega de ofrendas florales por parte de distintas instituciones y la jornada contó con la presencia especial de la Agrupación Clásicos e Históricos del Turismo Carretera, quienes resaltaron la importancia y el gran recuerdo que Marcilla dejó en todas partes de Sudamérica.
El primero en tomar la palabra frente a los presentes fue Edmundo Marcilla, presidente de la Agrupación Eusebio Marcilla, declaró: “Pasan los años y cada vez nos sorprende más la gran de cantidad de gente que nos acompaña, como así también personas de distintos lugares con llamadas de municipalidades como Recreo, Esperanza, Rafaela, entre otras”, y añadió que “nos apabullan las llamadas de distintas partes del país por parte de gente que tiene el mejor recuerdo de Eusebio y estamos felices de contar en esta oportunidad con la presencia de la Agrupación Clásicos e Históricos del Turismo Carretera”.
“En cada homenaje que se hace a Eusebio a través del tiempo se van incorporando distintas agrupaciones de marcas, autos, competidores, jóvenes y eso nos da mucha tranquilidad sobre el legado que queda, sobre todo para quienes estamos de vuelta”, afirmó Marcilla. Luego, expuso que “La historia de vida que dejó Eusebio caló hondo en toda la familia y la sociedad, porque hay muchos presentes en el acto que lo conocieron por medio de sus abuelos, tíos o padres y hablan de él como si hubieran vivido la época”.
Seguidamente, el directivo manifestó que “la figura de Marcilla se agiganta cada vez más por su forma de vida, por su solidaridad, humildad, trabajo, talento y el trato con la gente, siempre con buena predisposición para lo que precisaran”, y amplió: “Esta ciudad hizo las gestiones para que esta plaza que era del Club Junín se utilice para homenajear a Eusebio y contamos con el talento de Mario Chiérico que nos dejó esta hermosa escultura para la posteridad”.
Además, el sobrino de “El Caballero del Camino”, expresó: “Es un eterno reconocimiento hacia Eusebio, todavía hay algunas casas que mantienen el cuadro colgado de él junto a Miguel Salem y es realmente muy emocionante”, y agregó: “Tenemos un ejemplo marcado de cómo hay que comportarse en la vida con las distintas actitudes que uno puede tomar, él se ganó el afecto de toda la gente y eso no se va olvidar nunca”.
A su turno, Jorge Bonomo, presidente de la Agrupación Clásicos e Históricos del Turismo Carretera, dijo: “Adhiero a todas las palabras que mencionó Edmundo, para nosotros es un placer enorme estar aquí, tuvimos el orgullo de recorrer la Buenos Aires-Caracas en el año 1988 y no tienen idea de cómo se lo recuerda a Eusebio allí”. También, comentó que “es un gran orgullo para nosotros poder seguir con estos reconocimientos, venimos desde Buenos Aires y siempre nos vamos impactados por cómo lo quieren a Eusebio en el recuerdo”.
“Cuando Eusebio ayudó a Urrutia en aquella recordada carrera, tuvo que bajar 40 kilómetros para atrás hasta Trujillo y luego volver, y cuando terminó la carrera salió segundo por 12 minutos de diferencia, por lo cual si no hubiera parado para ayudar a un competidor, hubiese sido el ganador”, recordó y recalcó que “me parece muy bueno que Junín rinda homenaje al ‘Caballero del Camino’ y estamos muy felices de haber participado de este acto”.
Por su parte, Juan Fiorini, presidente del Honorable Concejo Deliberante, dejó el saludo a todos los presentes en nombre del intendente Pablo Petrecca y sostuvo: “Es un placer para nosotros participar de un nuevo acto y escuchar todas las palabras emocionantes y las anécdotas sobre Eusebio. Me siento honrado de estar cada 14 de marzo en este lugar para homenajear a la figura de Eusebio Marcilla, una persona que llevó el nombre de Junín a lo más alto y que siempre estuvo orgulloso de su pertenencia esta ciudad, tal como lo demostraba con la insignia en el auto en cada lugar donde competía”.
“Sin dudas había que tener un gran coraje para correr en estas máquinas que no tenían las medidas de seguridad que hay ahora y sin dudas que Eusebio era muy valiente, y tenía sin un talento enorme que le permitió competir y ganar en reiteradas oportunidades”, señaló Fiorini y recalcó: “Más allá del objetivo de llegar a la meta, la principal virtud que tuvo fue ver para el costado y notar que había otras personas que necesitaban ayuda, lo que habla ni más ni menos de su enorme empatía y calidad humana”.
Asimismo, el presidente del Legislativo juninense dijo que “sus valores fundamentales como el compañerismo y la solidaridad hoy deben estar más presentes que nunca en la sociedad”, y complementó: “Eusebio fue un gran corredor, pero considero que su mayor triunfo fue su comportamiento y estilo de vida que hizo que hoy 71 años después de su muerte estemos todos acá para recordarlo y homenajearlo”.
“Felicito a la Agrupación Eusebio Marcilla por este homenaje como también al resto de las agrupaciones presentes, a quienes vinieron de otras ciudades y a todos los vecinos amantes de los fierros y que tienen el mejor de los recuerdos de él”, finalizó Fiorini.
Legado
El 17 de diciembre de 1939, disputó por primera vez una carrera de automovilismo, en Salto, en la categoría Fuerza Limitada, con un auto que había preparado en su casa, sobre la base de una cupé Chevrolet 27. La largada lo encontró en el puesto 32 y terminó clasificando cuarto. Al año siguiente, participó en otras dos competencias de Fuerza Limitada: el 10 de marzo, en Totoras, Santa Fe, en donde clasificó 4°; y el 8 de septiembre, en la pista del Aero Club de Junín; en donde clasificó 2°.
Con el anhelo de verlo en un Gran Premio, un grupo de seguidores de Eusebio conformó una “Comisión Pro Participación”, para recaudar fondos por medio de veladas, rifas y bailes. Así, consiguió hacerse de una cupé Chevrolet, con la que, el 27 de septiembre de 1940, participó del Gran Premio Internacional del Norte.
En una etapa de la prueba, Marcilla se detuvo a auxiliar a los hermanos Oscar y Juan Gálvez, que habían desbarrancado en la montaña. Luego, entre Arequipa y La Paz, fue el propio piloto juninense el que volcó y debió abandonar. Su primera victoria llegó el 12 de enero de 1941, en las 12 horas de Rafaela. El 31 de agosto, también venció en la Vuelta de Añatuya. Su siguiente triunfo llegó el 18 de julio de 1948, en la Vuelta del Chaco. En 1948, Marcilla disputó el Gran Premio de América del Sur, conocido como “la Buenos Aires - Caracas”, acompañado por Miguel Salem.
El 29 de octubre, el multicampeón mundial Juan Manuel Fangio, junto a su acompañante Daniel Urrutia, sufrieron un grave accidente y Marcilla se encargó de socorrerlos. Aquella decisión impidió a Marcilla conseguir la que hubiese sido la mayor victoria deportiva de su carrera, pero le valió el reconocimiento como “el Caballero del Camino".
Ente 1949 y 1952, registró 6 triunfos más: el 2 de octubre de 1949, en la Doble Vuelta de Rojas; el 11 de junio de 1950, en la Vuelta de La Pampa; el 2 de julio de 1950, en la Vuelta de Córdoba; el 2 de marzo de 1952, en la Vuelta de Santa Fe; el 6 de julio de 1952, en la Vuelta de Córdoba; y el 12 de julio de 1952, en la Vuelta del Oeste.
Su muerte
El 14 de marzo de 1953, Marcilla y Salem lideraban la Quinta Vuelta de Santa Fe, cuando atravesaban la Ruta Nacional 166 (hoy Ruta Provincial 70). Al llegar al empalme con la Ruta Nacional 11, en la localidad de Recreo, el auto chocó de costado contra una columna de hormigón. El accidente provocó la muerte de Marcilla, mientras que Salem resultó herido. La noticia conmovió a todo Junín, que se unió en un multitudinario sepelio, cuyo cortejo se extendió desde la Plaza 25 de Mayo hasta el Cementerio Central.
Terminaba así la vida del ídolo deportivo y nacía la eterna leyenda del "Caballero del Camino".
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