Nada se tira, todo se transforma o, en este caso, se arregla. Los costos de los electrodomésticos, dispositivos electrónicos y automóviles nuevos son inalcanzables para muchos juninenses y por eso los talleres de reparaciones tienen cada vez más trabajo.
Heladeras, lavarropas, microondas, televisores y aires acondicionados, así como notebooks, netbooks y tablets, son algunos de los artefactos que más reciben los técnicos para reparar y darles una nueva oportunidad ante la imposibilidad de que sean reemplazados por uno nuevo.
“Se está trabajando mucho”
La técnica en mantenimiento de PC, notebooks e impresoras, Ornella Ragno, responsable del local Tecno Ragno, explicó a este diario: “Me está pasando que la gente prefiere reparar las computadoras porque cuestan caro, ya que es un poco más barato reparar una computadora que comprar una nueva”.
“Hay casos en los que las computadoras son tan viejas que ya no se pueden actualizar, como en el caso de las notebooks. Por ahí le podés agregar más memoria RAM o un disco sólido que las hace un poco más rápidas, pero mucho más que eso no se puede hacer”, informó.
“Entonces, cuando las notebooks ya son muy viejas, el Windows 7 ya se vuelve obsoleto y no actualiza, quizás les ponés Windows 10 y andan más trabadas. En el caso de las computadoras de escritorio es más fácil actualizarlas, ya que se pueden cambiar muchos componentes para que se actualicen a lo que es Windows 10 u 11”, destacó.
“Pero sí, se está trabajando mucho con la reparación y mantenimiento, cambios de teclados y pantallas, ya que conviene más que comprar una nueva. He recibido muchos mensajes estos últimos meses y he tenido muchos arreglos”, señaló Ragno.
En resumen, “si la computadora se puede reparar, la gente lo va a hacer. En el caso de que ya no se pueda, no les queda otra que comprar una nueva”.
“La gente recicla todo”
Fernando Irazabal lleva adelante la Zapatería Rulo, de arreglos de calzado, que por muchos años estuvo al frente de su padre Atilio.
“Hoy todo el mundo arregla los calzados, bolsos, mochilas y todo lo que se relaciona a la zapatería”, afirmó a este diario.
“Estamos con mucho más trabajo debido a la situación del país. Y la gente recicla todo para volver a usar y cuidar la plata”, subrayó.
“Se lo quedan unos años más”
“En diciembre y en enero hubo mucho trabajo, mientras que febrero se ve que tendremos también la misma cantidad. Por lo que hablamos con los otros colegas, por ahí cuando empiecen las clases en marzo y la gente termine de irse de vacaciones, va a bajar”, afirmó a Democracia el mecánico Martín Zinani.
“Yo veo que hoy muchos se fueron de vacaciones igual, cuidando más el bolsillo. Pero todo el mundo se hizo la 'escapadita'. Por ahí, en vez de 15 días se fueron una semana. Y al irse todo el mundo de vacaciones, siempre al auto una revisión hay que hacerle”, destacó.
También, “notamos que la persona que cada un par de años cambiaba el auto, ya no lo hace porque hoy no llega. Entonces busca cambiar las cubiertas, le hace un servicio general y se lo queda unos años más”, sostuvo.
Además, “notamos que el cliente que tenía el auto más antiguo o que menos podía, dejó de venir al taller porque no tiene, y hoy no puede mantenerlo”, subrayó.
Entonces, sucede que “agarramos clientes nuevos, que eran las personas que antes iban al concesionario. Y el que estaba con lo justo ya no va más directamente, ya que por ahí agarra la moto y no usa el auto”, concluyó.
“Siempre fue importante”
Al respecto, el técnico Mauricio Gómez afirmó a Democracia: “Para mí la reparación siempre fue importante en este país porque nunca las cosas fueron demasiado accesibles.
Siempre cuesta comprar algo. Nunca pasó de tirar un electrodoméstico para comprar otro porque salen baratos”.
“La reparación siempre fue algo necesario. No creo que haya habido alguna época donde se podía comprar fácilmente algo y se decidía por comprar otro auto porque se rompió el que ya tengo”, ejemplificó.
“Las cosas acá siempre costaron mucho y hoy no es la excepción. Para mí siempre fue medio parejo el tema de la reparación. Por ahí calma un poco cuando la gente usa menos las cosas. Por ejemplo, ahora en verano se calma un poco porque la gente está más en la pileta o de vacaciones. En otro service pasarán otras cosas, pero a mí me funcionó siempre de esa manera”, indicó.
“Yo hice servicio técnico toda la vida. Tuve servicio técnico, imaginate, en la época de Menem, que las cosas eran, dentro de todo, más económicas, donde un televisor en el supermercado salía 200 pesos. En esa época también se reparaba”, explicó.
“Y hoy más o menos pasa lo mismo. Sale 200 dólares un televisor nuevo y repararlo te sale 40 o 50 mil pesos, y entonces la gente lo repara”, cerró su opinión Gómez.
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