LOS QUE EMIGRARON A EUROPA

Para no sentirse lejos de casa: juninenses y vecinos de la Región se reúnen en una peña en Barcelona

Empanadas, pastas caseras, milanesas, carne al horno, chocotorta, panqueques con dulce de leche o tiramisú son los principales platos que no faltan en la mesa. “Esa necesidad de juntarse es bien nuestra, pero en Europa no es tan así, y se hace muy necesario”, dijeron.

Cortaron raíces en busca de otro suelo. Inseguridad, hartazgo y futuro son algunas de las palabras más repetidas por los argentinos que deciden mudarse a otro país. A diario se ven fotos desde Ezeiza, posteos de despedida y hasta blogs sobre cómo emigrar.

En este contexto, son muchos los juninenses que decidieron dejar el país atrás para buscar una mejor estabilidad principalmente en Europa, con el desarraigo como principal sentimiento.

Y para no sentirse tan lejos de casa, y así mermar la pérdida de las raíces sociales y las costumbres, un grupo de vecinos de nuestra ciudad y la Región formó una peña en Barcelona, ciudad donde hay una argentinidad latente constante.

“En el año nos juntamos siempre, y más que nada en verano tres o cuatro veces por mes seguro”, afirmó el juninense Marcos Baro a Democracia. 

Empanadas, pastas amasadas, milanesas, carne al horno, canelones, chocotorta, panqueques con dulce de leche o tiramisú, entre otros, son los principales platos que no faltan en la mesa típica argentina, a orillas del Mar Mediterráneo.

“Está bueno haber armado un grupo de Junín porque por más que nos conocimos con la mayoría acá, igual son caras conocidas”, expresó el juninense.

“Reunirse, y más con argentinos, te hace acordar a las juntadas de allá, de los asados. Esa necesidad de juntarse es bien nuestra, pero en Europa no es tan así, y se hace muy necesario”, indicó. 

En las charlas, “siempre se recuerdan cosas de Argentina, de la infancia, y cuando te empezás a conocer empieza el típico a ‘a vos te conozco de la escuela’ o ‘tu viejo y el mío fueron a la escuela juntos’ y esas cosas”, agregó Baro.

“El grupo acá es como una familia en Barcelona. Y tratamos de apoyarnos y ayudarnos en lo que necesitemos. Como emigrar es un proceso difícil con muchos altibajos, siempre una mano amiga, y que esté en la misma que vos, viene bien”, subrayó. 

“Nos juntamos siempre en alguna casa distinta, vamos rotando y lo mismo los cocineros. Aunque cada vez es más difícil porque cada vez somos más, vamos a tener que buscar un lugar más grande”, concluyó con risas.