Nieto e hijo de médicos. Desde hace varias décadas, fue él quien eligió la misma carrera para desarrollarse y, hoy, es una referencia en el mundo médico.
Federico Cintora es médico cardiólogo, especialista en Imágenes cardiovasculares y, actualmente, trabaja en el Sanatorio Junín, Clínica La Pequeña Familia y Famyl.
A lo largo de su trayectoria como profesional, supo recibir numerosas distinciones como el Diploma de Honor en la Universidad de Buenos Aires, además de realizar dos residencias en el Hospital de Clínicas de Buenos Aires; ser médico de cardiología de Hospital de Clínicas; ser docente en la Sociedad Argentina de Cardiología; y haber sido el presidente de Imágenes Cardiovasculares de Argentina en 2020.
“Nacido y criado en Junín. Viví toda la vida donde vivo ahora, cerca de la cancha de Sarmiento, en el barrio Prado Español. Hice la escuela en el Marianista y a los 18 me fui a estudiar en Buenos Aires”, introdujo en diálogo con Democracia.
Al momento de contar los motivos de su elección académica, señaló que “decidí la vocación tarde, en la secundaria, casi a los 18. Antes, había pensado en hacer algo con matemática y economía, pero en quinto año me di cuenta que lo mío era por el lado de humanidades o biología”.
“Dos cosas me llamaban la atención: el interés académico por la biología; y la parte humanista, que calculo que por esa inclinación lo hacemos la mayoría de los médicos: la vocación del servicio, ayudar al otro. Siempre me vinculé en los grupos sociales y humanistas en la escuela”, continuó.
Cardiología
Según la Real Academia Española, el término “medicina” significa “Conjunto de conocimientos y técnicas aplicados a la predicción, prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades humanas y, en su caso, a la rehabilitación de las secuelas que puedan producir”.
Tal definición, llevada al mundo de la cardiología, es la que cabe a la perfección a Cintora, quien se constituyó como una palabra autorizada en estudio de imágenes cardiovasculares a nivel nacional.
Si bien las enfermedades transmisibles se resuelven mediante las vacunas y los medicamentos antibióticos o antivirales, la enfermedad cardiovascular requiere de recursos más complejos para el tratamiento preventivo primario y secundario y a los estudios de alta complejidad para el diagnóstico.
En esa área se especializó Cintora. Al respecto, compartió: “Entré a la carrera pensando que quería hacer medicina interna, clínica médica. Tuve la suerte de formarme en un lugar tope de gama para eso, que es el Hospital de Clínicas, y ahí vas pasando por distintos lugares y las que más me atraparon fueron las de cardiología”, recordó.
“Tras 4 años de especialización, concursé para la residencia en cardio y fueron tres años más en eso”, detalló sobre el camino que lo llevó a este presente.
Acerca de lo que es su trabajo explicó que “la cardiología es una especialidad súper amplia, abarca desde la prevención en consultorios controlando factores de riesgo, controlar la diabetes, presión, construir hábitos saludables, chequeos del paciente para descubrir si tiene algo relacionado al corazón”.
Y enfatizó: “Casi el 90% de mi tiempo hago estudios de diagnóstico por imágenes”.
Además de su desarrollo profesional como médico, Cintora también es docente. “He creado cursos para la Asociación de Cardiología. Me atrapa mucho lo académico para dar el mejor servicio. Veo la medicina como una tarea de servicio al otro con una enorme responsabilidad de formarme continuamente”, consideró.
En tal sentido, abordando a lo que hace a un factor vital como el sistema nervioso, el cual está en íntima relación con la cardiología, señaló que “es un desencadenante de muchas de las enfermedades que se pueden encontrar a través del estrés. Puede generar muchas cosas: desmayos, presiones, síncopes. Lo emotivo tiene que ver mucho con la enfermedad, quizás un gatillo”.
“Todos los órganos son fundamentales: otros pueden dejar de funcionar, y tenemos reemplazo para casi todos, menos en lo que hace a la actividad del corazón: si se para, se para el partido”, resaltó.
Para eso, agregó que “la gente pone la carga de las cuestiones emocionales ahí”.
Por otra parte, y aunque ya hayan pasado más de dos años de aquel momento, recordó que “la pandemia generó muchísimos trastornos de ansiedad. Eso trajo síntomas cardiovasculares o dolencias y palpitaciones que son atribuibles a esto”.
Día a día
En lo que hace a su cotidianeidad, Cintora comentó que “en general, hago consultorio: estudios de diagnóstico. Arranco a las 8 dejando a los chicos en la escuela y trabajo hasta el mediodía. Luego, retiro y almuerzo con mis hijos”.
“A eso de las 14 arranco un segundo bloque de trabajo en otro lado, ya que, por suerte, estoy en distintas instituciones. A veces trabajo de 8 a 20 ininterrumpidamente”, siguió.
En esa perspectiva, cuando tuvo que abordar la metodología laboral que emplea, describió: “Le dedico bastante tiempo a cada consulta y sé de mis pacientes si tienen problemas personales o de otra índole, como por qué fuman o dejan de fumar, por ejemplo. Un enfoque integral más que lo meramente técnico y eso no hay que perderlo”.
“No soy de atender a seis pacientes en diez minutos, hay que escucharlos y prestar atención. Nunca doy turnos de menos de 30 minutos. Mis pacientes me conocen y saben hasta los nombres de mis hijos”, añadió.
Sin embargo, aclaró: “Mi fuerte no es el consultorio, porque me dedico a hacer imágenes. Dediqué mi vida a formarme para hacer estudios de imágenes de calidad”.
Sin embargo, no todo es trabajo, ya que, además de ser médico y padre, también tiene su lado social. “Entreno muy poco, es una cuenta pendiente. Tengo episodios donde la encaro regularmente y otras en la que el tiempo me consume”, comentó.
Una de sus pasiones, como él mismo indicó, es la docencia. Por eso, cuando tiene un momento, le gusta dedicarse a eso. “Gran parte de mi tiempo lo dedico ahí: enseñar e investigar me gratifican mucho”, afirmó.
Recomendaciones
Haciendo uso de la importancia de su palabra como médico, al tener que citar algunas recomendaciones sobre hábitos saludables, esbozó: “Actividad física saludable, descanso, alimentación, consultar a su médico de cabecera. Como las mujeres van al ginecólogo, todos tenemos que ir al médico para que chequee la presión, el azúcar en sangre, el colesterol y ver si necesitamos hacer algún estudio más”.
Sin embargo, Cintora, siendo consciente de la importancia de su palabra y conocimiento, reconoció: “Sé de mis límites y hasta donde puedo llegar con el tema, por eso, después de escuchar y no tener respuesta o desconocer, derivo o recomiendo”.
En torno a la actividad física, fundamentó que “cada sesión genera en el cuerpo sustancias que favorecen a las arterias entonces tener varias dosis de eso en la semana”.
“Bici, trote, natación: sumar 160 minutos de actividad aeróbica a la semana. Lo ideal serían cuatro estímulos fraccionados en bloques de 40 minutos para hacer todos los días”, recomendó.
Por ende, y para resaltar la importancia de la actividad física, como medio y fin en sí mismo, puede citarse la expresión en latín clásico de “Mens sana in corpore sano”, cuya traducción es “una mente sana en un cuerpo sano”.
Visión de Junín
Tras haberse formado académicamente en la Ciudad de Buenos Aires, y haber iniciado su trabajo como profesional allí, Cintora eligió y elige a Junín como lugar para vivir. Al respecto, opinó: “Me encanta. Desde que me fui, siempre pensé en volver (a Junín)”.
“Ofrece buena calidad de vida: distancias cortas, mucho espacio verde, se pueden hacer varias cosas en el mismo día, hay mucha cultura de amistad, reunirse”, enumeró y remató: “Poder almorzar en familia es impagable”.
Sin dudas, que el bagaje realizado fuera de donde nació, le permite tomar tal distancia y poder reflexionar acerca de los pro y contras que cita.
No solo el aspecto social, sino que también puntualizó en lo médico/profesional: “Es un lugar espectacular para la medicina de la región, tiene la atención de referencia en la zona.
En cardio somos la única ciudad que tiene tomografía y resonancia cardiaca, eco estrés. Somos lugar de derivación de la Región”.
“Junín no escapa a la realidad provincial y nacional en lo que hace a lo mal pago a la actividad médica, las obras sociales y prepagas han denigrado muchísimo a la profesión. No estoy de acuerdo al bastardeo de las obras sociales. Por eso en pandemia dejé de atender por obras sociales”, concluyó.
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