“Una cosa es que nosotros ahora podamos transitar y vivir en un sistema democrático. Otra es su calidad: como se va degradando y lo que puede suceder cuando uno lo termina analizando desde un contexto internacional”, afirmó Juan Manuel Sequeira, integrante de Unión por la Patria como dirigente del socialismo y del partido vecinalista Junín Bicentenario.
El dirigente apeló a estos términos para definir la situación que se define en la Argentina con el balotaje del próximo domingo que definirá al futuro presidente: entre el actual ministro de Economía, Sergio Massa, y el fundador de La Libertad Avanza, Javier Milei.
Para Sequeira, lo que se define se inscribe –en parte- en un contexto internacional “porque la derecha y la ultraderecha ya están instaladas. Primero se instaló en Europa, después fue en América del Sur con Brasil y ni hablar de Estados Unidos con Donald Trump. Me parece que van por los derechos y realmente rompen con la calidad democrática”, postuló.
El dirigente socialista también hizo un análisis sobre cómo se estuvo interpretando la campaña en los grandes medios y su eventual impacto en la calidad democrática. “Veo algunos comunicadores que dicen ‘la democracia no se pone en juego porque en realidad estamos en un proceso democrático. Pasamos las PASO, fuimos a la General y ahora vamos al balotaje… no habría ningún problema en la democracia’. Y creo que es al revés: creo que eso esconde algo que tiene que ver con lo que se dice que se va a hacer y eso me da mucho miedo”.
Pero Sequeira dedicó parte de la entrevista en el programa Reporte Especial de TeleJunín para la autocrítica y analizar porqué se dio el avance de estas ideas de tipo rupturistas. Y admitió responsabilidad de su espacio en el éxito de esos discursos que cuestiona. “Me parece que en un momento nos estancamos y no pudimos seguir avanzando con una gran cantidad más de ideas y de políticas públicas que pongan en tema cosas que tenían que ver con los jóvenes. Cuando hoy hablamos con los más jóvenes que hoy empezaron a votar y les queremos hablar de Néstor y de Cristina, nos miran con caras raras diciendo que ‘no lo viví, ni a Néstor ni a Cristina’”.
A nivel político general, para Sequeira lo que sucedió es que la continuidad de “esa sociedad de bienestar” no se pudo dar “por no volver a irrumpir con aquellos debates y lugares donde había que realmente discutir, que eran los senos de los partidos políticos. Después nos transformamos en frentes y fuimos un país bifrentista y ahí no tuvimos lugares de debate” por el disciplinamiento que exige la propia dinámica de esas alianzas, explicó.
Una derecha “neofascista”
Inmersos en esa dinámica de manejarse en su propio entorno y no darles respuestas a las exigencias de la sociedad les hiciera perder de vista al dirigente “que esa corriente internacional y que venía fuerte” también llegó a la Argentina y “empezó a aparecer y a emerger esa ultraderecha, que en algunos casos –yo diría- es neofascista”.
En el análisis de Sequeira sobre estas nuevas expresiones radicalizadas cumplieron un papel importante las plataformas electrónicas. ”Han aprendido a debatir por las redes sociales, lo cual y la pandemia aceleró aún más el proceso en la Argentina. Lo aceleró tanto que nosotros tampoco lo vimos venir, porque emerge muy rápidamente después de la pandemia y esa cuestión de no poder responder preguntas y ellos acumular enojos” terminaron de redondear ese escenario favorable a discursos que se apoyan en expresiones violentas.
Sequeira sin embargo no evitó apelar al menú de argumentos del oficialismo para explicar algunos déficits en la gestión que lideró Alberto Fernández. “También hubo tres cosas que le pasaron al país que son graves: el endeudamiento, después la pandemia y después la sequía”. Pero completó: “Y errores… Grandes errores que tuvimos mientras gobernamos en estos últimos cuatro años”.
Respecto de la reivindicación de la dictadura, Sequeira analizó que es algo que “no empezó el año pasado”, sino que “esto viene desde hace mucho tiempo planteado así y tiene que ver con una mirada filosófica e ideológica que ya venía transitando en la Argentina”. Y consideró que también pesa mucho la cuestión generacional. “Muchas veces no nos entienden los jóvenes cuando decimos ‘cuidado que esto ya lo plantearon en 1976 cuando comenzaba la dictadura... Pero no entienden porque nacieron del 2000 para adelante, o sea que cuando uno se pone a charlar con ellos les cuesta entender y debatir sobre esas cosas”.
El dilema del estancamiento
Para concluir, Sequeira en su análisis también mencionó como un disparador del malestar social la vara alta que habría dejado el auge de consumo que se vivió durante la década kirchnerista. Desde su mirada socialista, sostuvo: “Creo que también tiene que ver: comenzamos con una etapa de mucho viento de cola donde fuimos generando muchísimas políticas públicas que tenían que ver con volver a obtener derechos; volvimos a estar en uno de los mejores momentos de ese estado en el que uno podía ir a trabajar y después volver a ir a su casa y hacer alguna cosa más: irnos de vacaciones, comprarnos un auto, tener una casa a través del Procrear… Fueron muchas cosas juntas y como toda sociedad que va a una velocidad muy rápida, eso una vez que ya lo tenés es un derecho conquistado. O sea: tenés que ir avanzando”.
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