El Kiosco de Beba, ubicado en Rioja casi esquina Sarmiento, en barrio Belgrano, cerró sus puertas.
Después de 50 años de trayectoria comercial Beba Racosta decidió retirarse del rubro lo cual provocó que varios vecinos decidieran hacerle un agasajo especial, en agradecimiento por la atención recibida durante tantos años.
Pasaron cinco décadas de tener sus puertas abiertas al público, en un local comercial que como es un kiosco, que siempre está abierto, teniendo a disposición artículos de los más diversos, como así también de librería y juguetería.
Cerró, pero antes vecinos del barrio autoconvocados hicieron una reunión especial, una mateada, donde también estuvieron familiares muy queridos por Beba como su nieta y su bisnieto Valentín, y así también Werner Becerra su compañero de vida.
En diálogo con Democracia, la agasajada dijo emocionada que iba a extrañar mucho a la gente “porque me quieren mucho”, apuntó. Hace 55 años que ella llegó al barrio Belgrano y desde hace 50 tiene el kiosco, al que muchos solían acudir cuando les faltaba algo y Beba los atendía amablemente.
En esta ocasión, ella recibió flores y una poesía dedicada a ella, que siempre estuvo dispuesta de brindar atención.
“Agradezco a la gente que me ayudó tanto. Los vecinos son rebuenos. Ya me hicieron otra fiesta alguna otra vez, a los 30 años del kiosco. Se hizo en la calle, con músicos y una orquesta”, recordó contenta y emocionada por el afecto recibido por parte de la comunidad del barrio.
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