Septiembre cerró con un 12,7% de inflación, rompiendo el récord y convirtiéndose en la más alta en 32 años. De esta forma, la inflación interanual alcanzó el 138,3%. Y en lo que va del año acumula un 103%. El panorama de las economías familiares se complicó esta semana por la suba del dólar y las remarcaciones inesperadas de muchos supermercados.
Democracia recorrió los dos grandes supermercados de Junín y algunos mercados de cercanía para charlar con los vecinos. Qué compran, cuánto gastan, cómo pagan y qué dejaron de comprar fueron algunas de las preguntas realizadas a los vecinos que se apuraron para llenar sus alacenas antes de los aumentos de precios.
Entre la inflación que no da tregua, la suba del dólar y la especulación que se vive antes de las elecciones, esta semana muchas familias decidieron abastecerse de alimentos para poder ganarle a la suba de los precios, aunque cada vez es más caro llenar un carrito de supermercado con mercadería de la canasta básica. Hoy eligiendo alimentos de segundas marcas, llenar un chango cuesta alrededor de $30 mil. Y para muchas familias esta compra dura apenas una semana.
Hoy con mil pesos se puede comprar leche y un paquete de galletitas. Fideos y puré de tomate. En cuanto a carne, nada sale menos de mil pesos el kilo. “Hace poco venía con $10 mil y llenaba el carrito. Hoy gasté $27 mil y compré: leche, arroz, arvejas, choclo, papel higiénico, enjuague para la ropa, servilletas de papel, unos productos de limpieza, mayonesa, galletita y todavía me falta comprar la carne”, expresó Marta (55) a la salida de un supermercado local.
Hábitos de consumo
Muchos juninenses esperan los días de ofertas. Ya sea para aprovechar los beneficios de Cuenta DNI, el descuento de algún banco o los días con mayores ofertas en los supermercados. Hay dos casos bien marcados, quienes pueden realizar una compra a principio de mes y quienes van comprando de a poco, según las promociones. Entre los entrevistados predominó la segunda opción, la mayoría dejó de hacer la gran compra mensual y prefiere ir adquiriendo productos de a poco.
Como es el caso de Sandra González (47), quien vive con sus dos hijos y su marido. “Compramos poco, lo básico. Casi siempre compramos acá porque vivimos cerca, pero la carne la compramos en alguna carnicería con ofertas. Las compras las vamos haciendo cuando podemos. Con la inflación dejamos de comprar unas cuantas marcas y ahora buscamos las más baratas. No nos alcanza para llegar a fin de mes. Cuando venimos gastamos alrededor de $10 mil y nos dura menos de una semana”.
Para abastecerse la mayoría elige buscar y comprar en diferentes locales de la ciudad siguiendo las promociones. Oscar (72) vive con su esposa jubilada “recorro como cinco lugares en busca de precios”, aseguró Oscar al salir del mercado sin haber comprado nada. “Vine a mirar las ofertas”, aclaró.
No todos llegan al supermercado con una lista. Hay quienes entran a mirar las ofertas y si hay productos que les convienen, compran. Ese es el caso de Estela Racca (52). “Vengo para aprovechar los descuentos, a ver las ofertas. Llevo comestibles, alimentos básicos. Con la inflación me volví más selectiva, dejé de darme gustos tan seguidos. Hoy por hoy, por mes estoy gastando $40 mil en alimentos”, aseguró.
Las primeras marcas para muchos se volvieron un lujo y los productos más baratos son los más buscados. En una recorrida por uno de los supermercados más grandes de la ciudad de Junín, los productos elegidos se repiten entre los changos: galletitas en oferta en cantidad, gaseosas, aceite, papel higiénico, puré de tomate y fideos son los más llevados. La mercadería más elegida es la que está en oferta o con 50% de descuento en la segunda unidad.
Los supermercados de barrio, almacenes y pequeños locales quedaron relegados, según los entrevistados para compras menores: “Lo que me falta en el día a día, lo compro cerca de casa. Por ejemplo, si estoy cocinando y me falta algún condimento, voy de una escapada. Pero si no, todo lo que puedo lo compro en los grandes supermercados porque la diferencia de precios es enorme”, mencionó Marta.
Por otro lado, otro hábito que se repite: todos eligen comprar las carnes y verduras por fuera de los supermercados. En ambos casos por el precio y la calidad. Y es que las carnes fueron de las que más aumentos sufrieron en este último tiempo. Si comparamos con los precios del último relevamiento realizado por Democracia en febrero de este año, los cortes de carne vacuna son los que más aumentos acumulan, observándose una gran diferencia de precios entre los supermercados.
El asado con hueso fue uno de los cortes que más aumentó en estos seis meses: de $1279 pasó a costar $2.859. Lo mismo el cuadril que pasó de $3.289 a $4.935 y el vacío saltó de $2.579 a $3.349. En el caso del matambre que costaba en febrero de este año $2.049, ahora ronda por los $3.419 aunque en muchos establecimientos ya supera los $5 mil el kilo. El pollo que en febrero costaba $399 hoy ronda en los $949 el kilo.
El bolsillo de los jubilados
Oscar (72) es jubilado y vive con su esposa. “Nosotros no llegamos a fin de mes”, afirmó. “Buscamos ofertas, compramos un poco en cada lugar. Pero las carnes por ejemplo nunca en el supermercado, siempre en la carnicería que es mucho más barato”, agregó.
Y al igual que otros adultos mayores, para ellos los ingresos son menos y el gasto es mayor. Se calcula que la canasta básica total de un jubilado ronda entre los $170 mil y los $200 mil, contemplando medicamentos y servicios básicos del hogar.
Silvia (78) viaja con su hijo Esteban una vez al mes a realizar las compras a Junín. “Venimos desde Ascensión. Compramos los artículos más caros acá y lo que voy necesitando en el día a día, lo compro en mi pueblo. Llevo jabón en polvo, enjuague, aceite, puré de tomate, leches, papel higiénico, galletas, algunas gaseosas, alimento para el gato, algunos productos de limpieza y algunas cosas dulces para cuando me visitan mis nietos. Con esto voy tirando, pero mi hijo me ayuda con la compra de carne y verduras”, señaló.
Formas de pago
No sólo los hábitos de consumo cambiaron. También, las formas de pagar las compras. Aparte de la búsqueda de ofertas, los consumidores eligen buscar descuentos por bancos, apps, ofertas y mayoristas. A la hora de pagar, Marcela (54) calcula “si es principio de mes y cobré, pago con débito, pero ya me pasó varios meses de no llegar a fin de mes y tener que comprar con la de crédito para poder pagar el mes próximo. Por lo general utilizo una cuota para que no me cobren intereses. Pero si tengo la tarjeta muy cargada, voy en cuotas, aunque me salga más caro”, explicó.
Por su parte, Héctor Caiazza (65), elige hacer las compras en lugares de cercanía. “Por suerte tengo este supermercado enfrente. Compro todo acá, menos la carne”, detalló. Al igual que el resto de las personas, hay muchas primeras marcas que ya no elige: “como todo el mundo”, agregó. A la hora de pagar Caizza elige utilizar la tarjeta de débito para el reintegro del 21% correspondiente al IVA y elige comprar los días con descuento con Cuenta DNI.
Aumentos desde febrero a la fecha
En el relevamiento realizado periódicamente por Democracia en supermercados locales, se observaron incrementos de más del 100% en algunos productos. Entre los alimentos con mayores aumentos se encuentran las carnes. El pollo subió un 137% con respecto a febrero de este año. Además, se encontró faltantes de productos de primeras marcas lo cual reduce la oferta de alimentos como galletitas, arroz, azúcar y puré de tomate.
En la sección de verdulería la papa pasó de costar $399 el kilo en febrero a $892 en septiembre de este año, aumentando más de un 123%. Esta verdura de consumo masivo, viene en aumento sostenido desde hace un año. Entre las razones del aumento figuran la sequía y las heladas que dificultaron su cultivo y provocó un menor rendimiento.
Entre los alimentos de consumo masivo, la yerba pasó de costar $925 el kilo en octubre del año pasado, a más de $2.000 para esta fecha. En el caso de los fideos que a fines del año pasado estaban a $192, hoy ya cuestan más del doble superando los $400 y registrando una gran diferencia entre marcas. Por ejemplo, algunos paquetes de 500 gramos de fideos tirabuzón pueden costar $800.
Entre los lácteos se observan fuertes subas: la leche de 1 litro que costaba en octubre del año pasado $293 hoy sale $450 el sachet. En cuanto a la manteca, los precios sufrieron un gran aumento: de $345 en octubre de 2022 a más de $800 para este mes.
¿Cuánto cuesta llenar un carro en Junín teniendo en cuenta los precios actuales?
Aceite de un litro $700 en oferta; leche $450; fideos $400 aproximadamente dependiendo de la marca; arroz $531; papas $892 el kilo; asado $2859 el kilo, pollo $949 el kilo, naranjas $800 el kilo; yerba $2.109; papel higiénico $600; galletitas $475 y yogurt $325.
Sumando estos productos llenamos un chango chico por $10.690 y aún faltan artículos de limpieza y de higiene personal.
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