Marianela Mucciolo, presidenta interina de la Sociedad Comercio e Industria de Junín (SCIJ), afirmó a Democracia: “Las pymes no pueden manejar la macroeconomía, ni la pobreza, ni la inflación. Sea cual sea el gobierno que asuma después de octubre, tendrá una materia pendiente con la inflación, que es la madre de todos los problemas. La gente dejó de consumir”.
Sobre la aceleración de los aumentos de precios, señaló que los incrementos no se dan en todos los productos, porque “la gente dejó de consumir, no hay salario que aguante”.
“El comercio cuida su fuente de trabajo, trata de absorber todo lo que puede, pero este contexto o espiral inflacionaria de alrededor de un 10 por ciento mensual no nos llevará a buen puerto”, alertó.
Por su parte, Daniel Reus, presidente de la Federación del Nucleamiento Empresarial del Noroeste Bonaerense (FNENB), afirmó a este diario: “Los aumentos siguen, pero no de la misma forma que en agosto, cuando pegó un salto muy importante. Estamos volviendo a los meses anteriores, a lo que pudo haber sido junio o julio, con una inflación que se va a notar”.
Y añadió: “Con respecto al bono, prácticamente la totalidad de nuestros asociados lo está pagando, por más que se reclamó y se verá de qué forma se puede recuperar, se ha pagado casi en su totalidad”.
Roberto Elías, dirigente de la SCIJ, afirmó a Democracia: “No hay tanta aceleración de los precios. Si bien hay productos puntuales, como los vinos, aceite de oliva, que están teniendo aumentos todos los meses, por ejemplo, la carne bajó, porque no hay demanda. La verdura tuvo aumentos, porque se mueve por la estación, pero ahora algunos productos se mantienen. Las gaseosas de primera marca retrocedieron en los aumentos”.
Y amplió: “Puntualmente, lo que pasó fue que hubo un aumento muy fuerte, pero la gente no consumió. Y eso hizo que tuvieran que retroceder con los precios. Hoy el comercio está más pendiente de la demanda, que de subir los precios para protegerse de la inflación, este es el panorama que estamos viviendo”.
Canasta alimentaria
La canasta alimentaria se disparó a un récord del 17% en agosto, muy por encima del 12,4% de inflación informado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
En tanto, la canasta básica creció 4,3% y así, una familia tipo necesitó $284.687 para no ser pobre y $130.590 para no ser indigente.
Ambas canastas crecieron a un ritmo muy por encima del costo de vida, como consecuencia del impacto de la fuerte alza en los precios de alimentos y bebidas.
Estos índices preanuncian una suba de la pobreza durante el segundo semestre del año.
Un grupo familiar de cuatro personas necesitó en agosto ingresos mensuales por $284.687 para no caer en la pobreza y por $ 130.590 para no encontrarse en situación de indigencia.
Desde diciembre pasado la Canasta Básica Total (CBT) aumentó un 86,7% y la Canasta Básica Alimentaria (CBA) un 94,4%, ambas por encima del ritmo inflacionario del 80,2% en ese período.
La CBT acumula en los últimos doce meses un crecimiento del 137,7% y se ubica catorce puntos porcentuales por encima del aumento del costo de vida en ese período, en el que llegó al 24,4%.
Los artículos de la canasta alimentaria aumentaron desde agosto del año pasado un 146,4%, y supera por veintidós puntos porcentuales al aumento de los precios minoristas en la misma comparación.
En ambas canastas impactó en agosto el aumento de precios de los alimentos y bebidas del 15,6%, que es el principal componente que las integran. Según el Indec, para una familia de tres miembros, propietarios de la vivienda que ocupan, el costo de la CBT llegó en agosto a $226.643 y para un grupo familiar de cinco integrantes ese valor se eleva a $299.428.
En el caso de la CBA, una familia de tres integrantes, para no caer en la indigencia necesitó en el mismo mes ingresos mensuales por $103.965, mientras que para una de cinco el costo subió a $137.352.
Para una persona adulta el costo de la Canasta Básica Total se ubicó en agosto en $92.131 y el de la alimentaria en $ 42.262.
El costo de CBT cuadruplica el salario mínimo vital y móvil de agosto de $47.850, en medio del reciente llamado del ministerio de Trabajo al Consejo del Salario Mínimo Vital y Móvil, para actualizar esa cifra el 27 de septiembre próximo.
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