En un sondeo informal, realizado por Democracia, ayer, en la zona céntrica juninense, recabó que la mayoría de los consultados recortó gastos, especialmente en salidas a comer afuera, esparcimiento, combustible e indumentaria. También surgió de los testimonios recogidos las dificultades de muchos vecinos para afrontar el pago del alquiler.
Olga Alonso, jubilada del barrio Metalúrgico, afirmó a este diario: "Sí, he recortado sobre todo en salidas, como el cine o cenar afuera, y un poco en el uso del auto, ya que está cara la nafta". En la misma vereda, Evangelina Lizzadro manifestó: "Sí, me limito con las salidas a comer afuera. Antes iba todos los viernes. Ahora voy una vez por mes, con suerte".
En discordancia, Santiago Panziraghi manifestó a este diario: "No he recortado gastos, pero tampoco tengo muchos, cobro mi jubilación y tuve la suerte de alquilar un galpón de mi propiedad, donde ahora funciona una verdulería. Con esos dos ingresos me arreglo".
José Latorraca, vecino del barrio Las Morochas, comentó: "Por suerte no recorté, soy soltero, trabajo en el Hospital Interzonal. Por ahora no hice recortes, pero sé que es difícil para aquellos que tienen hijos".
"Comemos menos asado los fines de semana, el precio aumentó mucho”, señaló Alejandro, un jubilado del barrio Metalúrgico. “Se piensa antes de hacerlo", acotó. En sintonía, Nicolás Orellano manifestó que el recorte se profundizó a la hora de comprar comida. "El asado quedó en el pasado. Trabajo en una despensa situada sobre Rivadavia y el corte de la obra nos mató, esperemos que mejore la situación”, expresó.
"Hoy, solo alcanza para la comida, para el resto no alcanza. Soy jubilado, cobro la mínima y encima tengo que pagar alquiler”, expresó Martín Montaiuti. Además de la situación económica, otros vecinos fueron afectados directamente por la cuestión climática que afectó a gran parte de la producción agropecuaria de Junín y la región.
Es el caso del vecino y transportista Julio Mignacco. "Es un año difícil, no hubo cosecha prácticamente, no se viajó al puerto, uno tiene menos trabajo y, por ende, hubo que recortar, por ejemplo, en salidas a cenar afuera; ya no alcanza".
En tanto, la situación parece ser un poco más liviana para los jóvenes que trabajan y estudian, entre ellos Juan Franza, estudiante de la Unnoba, que manifestó a Democracia que su situación es bastante particular. "Al vivir con mis padres y tener trabajo no se siente tanto el recorte, si tuviera que alquilar sería más complicado", sopesó.
En la misma línea, Valentina Sayago, oriunda de Chacabuco, pero radicada en nuestra ciudad, que cursa y trabaja en la Unnoba, afirmó: "Se recorta en salidas o en ropa sobre todo".
La inflación, “por las nubes”
La inflación de los trabajadores trepó por encima de los dos dígitos en la variación mensual de agosto, alcanzando un 10,7%, y en lo que va del año totaliza un 81%, de acuerdo al índice elaborado por el Instituto de Estadística de los Trabajadores (IET) de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) y el Centro para la Concertación y el Desarrollo (CCD).
El indicador reflejó una aceleración de 3,5 puntos respecto a julio, lo que implicó que "por primera vez desde abril de 2002, la inflación mensual alcanzó los dos dígitos en Argentina". Además, el estudio precisó que "con este registro, la inflación alcanzó el 81% en los primeros ocho meses del año. En tanto, la inflación interanual (esto es, contra el mismo mes del año previo) alcanzó el 121,5%".
Al mismo tiempo, el informe del IET estimó que "si la inflación promediara el 10,7% mensual en los cuatro meses restantes del año, la inflación acumulada de 2023 sería de 171,8%. Si, por el contrario, la inflación siguiera el promedio de enero-agosto (7,7% mensual), la variación acumulada de 2023 sería del 143,5%".
Desde el IET explicaron en el documento que "la aceleración inflacionaria de agosto estuvo estrechamente asociada al salto devaluatorio tras las PASO (22%)", detallando que "en una economía con fuerte inercia inflacionaria y alta volatilidad, los traspasos a precios de la devaluación tienden a ser más rápidos, y es por ello por lo que se detectaron remarcaciones inmediatas en prácticamente todos los rubros".
En ese sentido, remarcaron que "vale tener en cuenta que en la primera mitad del mes (antes del salto devaluatorio) la inflación estaba corriendo a una velocidad relativamente similar a la de los meses previos (entre 7 y 8%). Ello permitió atemperar la magnitud de la suba de agosto, que en parte se computará en septiembre por arrastre estadístico".
Asimismo, los especialistas revelaron que "todos los capítulos de la canasta subieron por encima del 7% en agosto, algo que no se daba desde la salida de la hiperinflación de 1990". Según la medición del IET "el capítulo que más trepó es Recreación y cultura, con un 14%, impulsado por las subas en electrónica (las notebooks subieron 33% por ejemplo), ya que su cotización suele estar muy atada al dólar.
El segundo capítulo con mayores subas fue Transporte (13%), seguido por Salud (12,7%). Alimentos y bebidas, el de mayor peso en la canasta, subió 9,8%, impulsada por infusiones, carnes, lácteos y frutas, todos con alzas de dos dígitos.
Los sectores con menores subas fueron Comunicaciones (8,4%), Indumentaria y calzado (8,4%). El informe también analizó si la situación social actual, dado el marco inflacionario, es comparable a la de la crisis de 2001- 2002.
Al respecto, precisaron que "para ello, se analizan series históricas en variables como empleo, desocupación, salario real, pobreza y desigualdad" y aportaron que "la conclusión es que, si bien muchas de estas variables (principalmente, salario real y pobreza) han mostrado un claro deterioro en los últimos años, en ningún caso los niveles actuales son comparables a los de 2001-2".
En ese sentido, detallaron que "el desempleo es muchísimo menor y la pobreza y la desigualdad son significativamente inferiores. A su vez, el salario real es considerablemente mayor, al igual que la tasa de empleo, el empleo formal per cápita, la cantidad de empresas cada mil habitantes y el consumo per cápita de carnes".
Hasta las elecciones
La inflación seguirá corriendo a un ritmo de dos dígitos mensuales promedio por lo menos hasta las elecciones del 22 de octubre, según indicó la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL).
"De acá a las elecciones de octubre, la economía se moverá con inflación de dos dígitos mensuales, una recesión más acentuada y más incertidumbre", asegura FIEL en su última publicación "Indicadores de Coyuntura".
La editorial señala que "a medida que nos acerquemos al 10 de diciembre, empezará a tener cada vez más peso lo que se espere que haga el gobierno que asuma ese día". "Parece poco probable que los agentes económicos crean que se puede sostener el tipo de cambio oficial a fuerza de más restricciones y controles", advierte la entidad.
FIEL señala que "la mejora prevista en las exportaciones dará un alivio en el frente externo, pero ello no resuelve la necesidad de contar con pesos genuinos para que el BCRA o el Tesoro compren dólares sin presionar sobre la tasa de inflación, ni el hecho de que parte de esas divisas deberán usarse para cancelar las deudas que asumió la gestión actual". El precio de los alimentos registró en la primera semana de septiembre una leve baja de 0,3 puntos porcentuales si se compara con los siete días previos, según indicó un relevamiento de la consultora LCG.
"En la primera semana de septiembre la suba de precios de los alimentos promedió 1,6%, desacelerando 0,3% respecto a la semana anterior", señala el reporte privado. El trabajo señaló que "el índice de alimentos y bebidas presentó una inflación mensual del 10,4% promedio en las últimas 4 semanas y 10,2% punta a punta en el mismo período".
En ese sentido, el sondeo señaló que en los primeros días del mes en curso las frutas pegaron un salto de 7%; los condimentos, 3,9%; comidas listas para llevar 3%: panificados y pastas, 2,8%, lácteos y huevos 1,7; aceites, 0,9; carnes, 0,6, bebidas e infusiones, 0,2, y el azúcar y la miel registraron una baja del 0,5%.
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