Nació en Chivilcoy en el año 1922, su infancia transcurrió en el campo, fue la mayor de cinco hermanos, luego se trasladó a Buenos Aires junto con su familia y retornó a Chacabuco, donde vivió la mayor cantidad de años. Radicada con su familia en Junín desde el año 2011, recibió a Democracia en su casa, con mucha alegría y satisfacción.
“Estaba cerca de mi mamá, siempre. Antes era diferente, ahora mandan los hijos y no los padres. No eran muy rígidos conmigo, pero guardaban su lugar”, comparó.
María Irma se destaca por su excelente memoria y los nítidos recuerdos que atesora de su juventud. “Tengo todo en el tintero, me acuerdo de la época de la Segunda Guerra Mundial, veníamos a buscar el diario a la estación de trenes para enterarnos qué pasaba”.
“Nieve en el campo”
“Mi mamá me tuvo en el campo, en esa época iban las parteras a casa. En mi infancia recuerdo que amasaba los fideos ya con 10 años, sé hacer de todo gracias a esa época, aprendí junto a mi mamá, me dedicaba a los quehaceres de la casa”, recordó.
Y destacó que, en aquel entonces, la mercadería se compraba y se pagaba de cosecha a cosecha, pagando cada seis meses. “Una vez nos favoreció una cosecha de nabos, nació sola, vino con el trigo al que terminó tapando. Esa cosecha nos salvó económicamente”, señaló.
Y recordó sus años en la escuela, donde hizo hasta quinto grado inclusive. “Había tres maestras, la misma la tuve en primero y segundo, luego el resto de los años teníamos clases con la directora”, rememoró. Además, afirmó que, aún hoy, le gusta aprender. Su programa favorito es los 8 Escalones, en Canal Trece. “Me gusta quedarme de noche mirando televisión, al otro día me levanto más tarde”, dijo.
“Fríos eran los de antes”, entre esa frase, Tota recordó una nevada en el campo, durante el mes de octubre del año 1937, siendo uno de los mayores recuerdos.
En Buenos Aires estuvo 20 años, desde 1940 en adelante. “Había tranvía y un solo micro de ida y de vuelta pasaba por casa, el 83, lo tomábamos para ir a todos lados”, afirmó.
“Llegar a grande da trabajo”
Sobre su alimentación, Juancorena destacó que siempre su alimentación fue variada, pero nunca comiendo en exceso, “nunca fui de comer mucho, me gusta la sopa, los estofados, las pastas, principalmente los fideos amasados y los ñoquis”, aseveró.
“No creí nunca que podía vivir tanto, es mucho el cansancio de soportar pérdidas, perdí cuatro hermanos, mi marido y a mis padres, llegar a grande da trabajo, a veces tengo mis penas y mis llantos”, expresó, pero destacó que tiene muy buenas hijas, que la cuidan, al igual que su yerno y su nieto, y una familia que la visita con frecuencia.
Toma poca medicación Tota, solo para la presión. Es atendida en su casa de manera semanal por el médico José Idoipe Larraga. “Estoy cuidada, tengo cuatro personas que me cuidan, mi hija se preocupa mucho”, se emocionó.
Gustos y preferencias
Reconoció que extraña Chacabuco y contó que su música preferida es el tango y el folclore, sus tardes transitan con la música del canal “Argentinísima”. Su deporte favorito es el boxeo, aunque destacó que no le gusta cuando “castigan al rival”. Cerrando la nota para Democracia, su familia, empleadas que la cuidan y presentes le cantaron a Tota el feliz cumpleaños 101.
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