Los juninenses tienen depositados en los bancos más de 49.000 millones de pesos
Los fondos se encuentran colocados en su mayoría en certificados a plazo fijo, en busca de una renta por tasa de interés que atenúe la pérdida de valor del peso frente a la inflación. De ese volumen de dinero, el 51% está en entidades públicas
Los bancos que operan en el ámbito local tienen en su poder más de 49.000 millones de pesos de los juninenses, fondos que están colocados en su mayoría en depósitos a plazo fijo y, en menor medida, en cuentas a la vista, como cajas de ahorro y cuentas corrientes.
De ese volumen de dinero, el 51% está depositado en el Banco de la Nación Argentina y en el Banco de la Provincia de Buenos Aires, ambas entidades con una sucursal en el centro de la ciudad y otra en el Barrio Belgrano, estratégicamente ubicadas para atender al público más alejado de la zona bancaria tradicional.
El 49% restante de los ahorros e inversiones de los juninenses se reparte entre los bancos Credicoop, Galicia, Santander Río, HCBC, Francés, Macro, Hipotecario y Patagonia, las ocho entidades bancarias privadas que actualmente operan en Junín.
Ese volumen de depósitos, cercano los 100 millones de dólares “blue”, muestra claramente la importante capacidad de ahorro de la comunidad local, teniendo en cuenta que, según datos emanados del propio Banco Central de la República Argentina, Junín tiene más depósitos en los bancos que otras ciudades de similares características y potencialidades.
Qué buscan los ahorristas
Quienes tienen excedente de pesos, en un contexto de alta inflación con la consiguiente pérdida del valor adquisitivo de la moneda nacional y frente a la imposibilidad de refugiarse en una moneda fuerte como el dólar, recurren a los bancos para obtener una renta con tasas de interés a plazo fijo, para atenuar los efectos de la devaluación constante.
La tasa nominal anual del 75%, llevada a la tasa efectiva anual, que implica la capitalización de intereses, llega al 154,28%, lo que permite de alguna manera pelear contra el índice inflacionario, que para el año en curso se estima que llegará al 140%.
De esa manera, tanto pequeños como medianos ahorristas obtienen una renta que les permite vivir un poco mejor, hacer pequeñas inversiones o bien capitalizar y aumentar nominalmente su capital inicial, pero- sobre todo- defender sus ingresos de la creciente inflación que devora el poder adquisitivo.
La banca oficial lidera
De los diez bancos que existen en la ciudad -con doce oficinas al público si se cuentan las bocas al público de Barrio Belgrano- la banca oficial, que está representada por el Banco de la Nación Argentina y el Banco de la Provincia de Buenos Aires, es indudablemente la gran protagonista en la pulseada por la competencia, por la mayor seguridad que generan en los ahorristas.
Más allá de las críticas que invariablemente se suelen formular a la calidad de atención de estos bancos, la confianza que despiertan en los ahorristas es determinante a la hora de escoger dónde guardar el dinero. Precisamente por esa circunstancia no resulta extraño que, entre ambas entidades, con sus casas centrales y sucursales en Barrio Belgrano, concentren más del 51% de los depósitos de Junín.
De todas formas, es conveniente aclarar que de esa suma hay una porción de depósitos variable, que corresponde al sector público no financiero, que siempre es volcada a los bancos oficiales. En el Banco Nación existen depósitos de la Dirección General Impositiva, del Pami, del Ejército Argentino, de Anses, de obras sociales y sindicatos, entre otras.
En tanto que en el Banco de la Provincia se resguardan fondos del Departamento Judicial, de la Dirección de Rentas, también de obras sociales bonaerenses, de la Municipalidad de Junín, de la Policía, del Servicio Penitenciario y de la Dirección de Escuelas entre otros organismos oficiales del territorio provincial.
La banca privada acompaña
Los ocho bancos que quedan, todos ellos con varias sucursales en distintas regiones del país, se disputan arduamente el resto de la porción de depósitos y en este rubro no puede decirse que alguno se esté adjudicando una supremacía o que haya alcanzado una ventaja sobre los demás.
La competencia, por los poco más de $ 24.000 millones que quedan, no se da en el terreno de las tasas ni en el de las seguridades que otorga cada banco, porque esta legión de inversores está integrada en su gran mayoría por un segmento de medianos y pequeños ahorristas, cuyos depósitos se fraccionan invariablemente, para que estén preservados por la garantía que otorga la ley. La diferencia la marca la calidad en la atención del público, la calidez humana y la contención que cada cliente reciba en el banco donde concurre habitualmente.
Esto es así porque los niveles de tasas pasivas son iguales en todas las entidades, con un piso fijado por el Banco Central de la República Argentina, medida establecida y regulada por la autoridad monetaria que siempre busca ubicarla por encima de la inflación, para evitar la fuga de ahorristas hacia el dólar blue.
¿Y los créditos?
A la hora de otorgarle un destino a los fondos captados, cada una de las entidades aplica políticas que resultan compatibles en toda la órbita nacional donde desarrollan sus actividades. Están los bancos que prefieren atender a los segmentos concentrados, como el Santander Río, el Galicia, Francés, Hipotecario y, en menor medida, el Macro y el Patagonia, y los que se inclinan por atomizar sus carteras, bancarizando a una mayor cantidad de gente y asistiendo con preferencia a las pymes, como el Banco Credicoop.
Precisamente este último, por su carácter cooperativo, en su estrategia prioriza junto con el otorgamiento de los créditos a las pymes la colocación de una vasta línea de servicios, que incluye seguros, pago de sueldos a la nómina de empleados, planes de ahorro, tarjetas de crédito, aseguradora de riesgo del trabajo y otras prestaciones, que terminan anclando por varios años a sus clientes con el banco.
En ese sentido, también los bancos oficiales Nación y Provincia aplican parte de los fondos captados en créditos con tasas subsidiadas, tanto para sectores productivos como el agro y la industria, como así también para el comercio, los prestadores de servicios y las personas físicas, entre ellos los jubilados, como mecanismos para sostener el consumo en este tiempo de crisis.
Sin embargo, se sabe que las tasas siguen siendo una barrera importante para los tomadores de crédito, sobre todo los de ingresos fijos, mientras que buena parte de los fondos tomados por los bancos a los ahorristas es absorbido por el propio Estado para financiar sus cuentas.
Tasas activas muy altas
Si las tasas efectivas anuales para los depósitos superan el 154%, es impensable que los particulares puedan obtener préstamos personales y las empresas créditos para capital de trabajo o inversión a un interés adecuado que no limite o dificulte y hasta impida la capacidad de pago en el tiempo.
Precisamente, por las altas tasas activas, hoy no existen -por ejemplo- los préstamos hipotecarios para ampliación, refacción o compra de viviendas, porque créditos a largo plazo, con estas tasas de interés, no solo hacen imposible afrontar una cuota mensual para un asalariado o profesional, sino que además distorsionan el sentido mismo de la asistencia crediticia.
Claro que todo es producto del nivel de inflación, sin dudas, un flagelo recurrente de la economía argentina que condiciona la vida de la población y el desarrollo de todas las actividades.
Cajas de seguridad y colchón
Los especialistas aseguran que los argentinos, por desconfianza en el sistema financiero -caída de decenas de bancos- y en medidas de gobierno a lo largo de la historia, ponen la mayor parte de sus ahorros en cajas de seguridad y también en “el colchón”.
En esa línea, afirman que si en las sucursales bancarias que operan en territorio juninense hay alrededor de 100 millones de dólares, fuera del circuito hay otros 300 millones guardados en cajas de seguridad y en los domicilios particulares, bien lejos de la lupa de la AFIP.
Cuánto crecen los depósitos
Si se toman los $ 49.000 millones depositados en los bancos locales y considerando que la tasa de interés anual es del 97% anual, si todos esos fondos se colocan a plazo fijo por el término de 30 días, se genera un crecimiento nominal mensual de $ 3.906 millones.
Cuánto rinden $ 100.000 a 30 días
Si un ahorrista dispone de la suma de $ 100.000 y la coloca en un plazo fijo a 30 días y con una tasa de interés del 97% anual en cualquiera de los bancos que operan en la ciudad, tendrá al cabo de un mes una renta de $7.972,60, monto que se agrega al capital invertido.