Piden no bajar la guardia

La Organización de Mujeres Viviendo con HIV lanzó un enérgico llamado a no bajar la guardia frente la enfermedad. La entidad que preside la militante Patricia Pérez teme que el último informe de Naciones Unidas sobre el retroceso de la epidemia repercuta negativamente en las medidas de prevención y cuidado que se consiguieron con los años en torno a ella.
Difundido la semana pasada en todo el mundo, el último informe de ONUSIDA (el programa conjunto de Naciones Unidas en VIH) sostiene que éste ha sido un año de cambio en lo que hace a la respuesta a la enfermedad. Según él, “gracias al progreso de la ciencia y el liderazgo político se ha logrado que las nuevas infecciones y muertes relacionadas con el sida hayan descendido hasta los niveles más bajos desde el pico de la epidemia en el año 2005”.
De acuerdo con los números del informe, las nuevas infecciones por el virus se habrían reducido un 21% desde 1997 y las enfermedades relacionadas con el sida habrían caído por su parte otro 21% desde el año 2005. Pero lo cierto es que estos datos, aunque festejados en todo el mundo, no tardaron en ser relativizados por distintas organizaciones que trabajan con la enfermedad.
“Quienes vivimos con VIH y ejercemos al mismo tiempo responsabilidades como dirigentes de la sociedad civil en sector del sida no podemos menos que felicitar a los funcionarios que reportan los avances. Pero a su vez debemos resaltar el costado medio vacío del vaso para ser consecuentes con lo que venimos haciendo desde los albores de la epidemia, cuando junto a muchos activistas que ya no están impulsábamos acciones que le abrieron las puertas a estos informes de hoy”, explicó Patricia Pérez.
Y es que así como presenta en algunos aspectos un panorama alentador, el informe de ONUSIDA “permite ver también que las infecciones han aumentado el 17 % con respecto al 2001 y que del total de las personas viviendo con VIH en el mundo, el 53% no recibe tratamiento. Esto significa que millones de personas que deberían acceder a medicinas específicas para frenar el virus en sus cuerpos no las reciben y tal vez jamás lo hagan”, destacó la presidenta de ICW Global.
“No menos preocupante es el hecho de que el informe también consigna que el financiamiento de programas para luchar contra el sida se redujo por la crisis financiera mundial en un 10%, y que la financiación de los países donantes ha disminuido en un 10%”, agregó Pérez, quien se mostró preocupada por el futuro de los recursos para hacerle frente a la epidemia en un contexto de crisis económica mundial.

“Todavía mata”

En el marco de un nuevo Día Mundial del Sida, la preocupación por los posibles efectos adversos del informe de Naciones Unidas vino a sumarse a otra que desde hace tiempo genera inquietud entre las organizaciones civiles vinculadas a la lucha contra el sida.
Se trata de “la peligrosa sensación que tiene la sociedad de que el VIH ya no mata, que es una infección controlada y que por ello podemos dejar de cuidarnos; un grave error de apreciación fomentado por la actitud pasiva de muchos gobiernos”, dijo Pérez.
“Lamentablemente -destacó-, el sida sigue siendo una infección mortal. Y lo es mucho más en países con sistemas de salud débiles. Pero ante todo, el sida sigue generando actitudes cargadas de estigmas, visiones discriminatorias y el pensamiento estereotipado que pretende hacernos creer a muchas mujeres, niñas y adolescentes del mundo, que esta enfermedad es un castigo divino por ser quienes somos”.