La calle lindera al campo de deportes llevará el nombre de Carlos Washington Castro.
DIRIGENTE SOCIAL Y DT

El Club Atlético Independiente de Junín homenajea a “El Negro” Carlos Castro

Se impondrá el nombre de Carlos Washington Castro, inolvidable director técnico de divisiones inferiores del club, a la calle lindera al campo de deportes. El acto se llevará a cabo el sábado, a las 10.30, y se espera la presencia de directivos, autoridades municipales y exjugadores.

El Club Atlético Independiente de nuestra ciudad tributará un merecido homenaje a Carlos Washington Castro, con la imposición de su nombre a la calle lindera al campo de deportes de la Institución, ubicado en pleno Barrio Cielo.

El acto se llevará a cabo el sábado 1 de julio próximo, a las 10.30, y se espera la presencia de directivos de la entidad roja, autoridades municipales y también una amplia legión de exjugadores del “Rojo”, que a lo largo de décadas jugaron en los equipos de inferiores formados por Castro.

Es importante destacar, para las nuevas generaciones que no llegaron a conocerlo, que “El Negro” Castro fue director técnico de las divisiones inferiores de Independiente de Junín, a las que llevó durante más de cuarenta años a ganar decenas de campeonatos, convirtiendo a la entidad en un inagotable semillero de grandes jugadores a nivel local, zonal, nacional e internacional.

Sin lugar a dudas, una de las características salientes de este hombre íntegro, generoso y alejado de cualquier interés material, fue -además de su perfil bajo- que instó a los chicos y adolescentes de sus equipos a jugar bien, a divertirse responsablemente, pero sin sufrir presiones por el resultado. En esa línea, siempre alentó el espíritu creativo y el aporte talentoso de los jugadores, con esquemas ofensivos para buscar la victoria con las mejores herramientas, sin desdeñar el orden, y con el juego limpio como primera consigna. También generó, invariablemente, un clima de respeto que impuso desde el vestuario propio, que trasladó al trato entre compañeros de sus planteles y que proyectó hacia los adversarios, cualquiera fuera la circunstancia de un partido de fútbol.

Carlos Castro no limitó su enorme tarea en ganar torneos en las diferentes divisionales, en algunas temporadas consagrando con el título máximo de campeón a todas las categorías del club, y en repetidas ocasiones convirtiéndose en los equipos más goleadores y con menos tantos en contra recibidos, sino que fue un verdadero dirigente social. Empleado ferroviario, descartó ofrecimientos remunerados de otros clubes locales y zonales para dirigir sus equipos, porque siempre privilegió su sentido de pertenencia al club Independiente de Junín, donde en sus primeras vinculaciones con el fútbol vistió la camiseta roja como jugador.

Pero desde que asumió la conducción técnica de los planteles de inferiores, tomó la tarea con una responsabilidad que excedió la búsqueda de jugadores y la formación de los equipos del club, para convertirse en un trabajador incansable en la obtención de la indumentaria, en su cuidado y lavado, también en ofrecer calzado a los chicos que carecían de estos elementos.

Y en los tiempos de dificultades económicas, cuando las repetidas crisis del país dejaban a las entidades humildes sin dirigentes, porque debían ocupar su tiempo en generar recursos para sus propias familias, Carlos Castro se encargó de buscar ex jugadores para conformar las comisiones directivas y cumplir con todas las normativas legales e impedir que se perdiera la personería jurídica del club.

Castro tampoco dudó nunca en poner dinero de su bolsillo para afrontar gastos y erogaciones de la propia institución, sino que también contribuyó en incontables ocasiones a lo largo del tiempo -siempre de manera silenciosa- para que a sus jugadores no les faltara un plato de comida o asistencia médica.

Se sabe que la sociedad moderna suele reconocer inmediatamente como exitosas a aquellas personas que hacen notar los resultados de su tarea -por ínfima que sea- y que en estos tiempos banales se valora “ganar” como tarea suprema, muchas veces sin tener en cuenta los medios, porque la derrota no se toma como un aprendizaje, sino que se asocia con el fracaso.

Carlos Washington Castro Pineda, como con picardía decía llamarse, o simplemente “El Negro” Castro para todos, fue un Maestro precisamente porque se convirtió en la antítesis del hombre que se vanagloria de sus propios logros. Nunca festejó un gol, tampoco un título de campeón, jamás dio una nota periodística, eludió todas las fotos y prefirió siempre el anonimato, pero su extensa y enorme trayectoria lo rescatan para siempre del olvido.

Por eso, la calle que llevará su nombre de aquí en más, perpetuará por siempre su memoria. Y ojalá, que también -y sobre todo- su valioso ejemplo humano.

Obra del muro lateral

Conjuntamente con el homenaje a Carlos Castro, en los 102 años de la institución roja, se mostrará la etapa de construcción del muro lindero del campo de deportes del club, que se levantó con el aporte de socios, amigos de la entidad y parte de materiales de la construcción facilitados por la Municipalidad de Junín.