El último informe del INTA advierte que la sequía sigue siendo severa en la región.
PANORAMA AGRÍCOLA

El campo espera lluvias importantes para recuperarse de la grave sequía en la Región

Rosana Franco, de la filial Junín de FAA, afirmó que se sembró trigo, pero advirtió que el productor rural “está desfinanciado” por las severas pérdidas económicas que ocasionó el fenómeno climático. Para Rodrigo Esponda, el Gobierno “no hizo nada”.

Las lluvias de otoño fueron insuficientes y los efectos de la sequía siguen siendo severos en Junín y la región, según se desprende del último informe del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el cual consigna a su vez que esta situación generó fuertes impactos en la producción y bajos rendimientos en la cosecha.

En el noroeste bonaerense, como en el extremo sur de Córdoba y Santa Fe y en el norte de La Pampa, el impacto se siente “fuerte” en los sistemas productivos y hubo un “fin de la cosecha con valores bajos de rendimientos y volumen”, además de “poca implantación de verdeos de invierno”, alertó el estudio. 

Rosana Franco, presidenta de la filial de Junín de la Federación Agraria Argentina (FAA), afirmó a Democracia: “La falta de lluvias no se sufre tanto porque estamos en invierno. Con las últimas lluvias se empezó a sembrar trigo y ojalá las lluvias empiecen aparecer con milimetrajes importantes”.  Y agregó que “el productor sigue trabajando, y con muchas esperanzas, a pesar de la sequía y la pérdida de la cosecha pasada”.

Con respecto a la situación financiera de los productores, afirmó que “hubo quebrantos” por la sequía, al tiempo que advirtió que el chacarero “está totalmente desfinanciado”. 

Rodrigo Esponda, productor agropecuario, afirmó en diálogo con Reporte Especial (TeleJunín): “En la cuestión agropecuaria hay que separar la coyuntura del mediano plazo. La seca fue muy impactante y el Gobierno no tomó ninguna medida, cuando sabíamos lo que iba a pasar, porque ya habíamos perdido el trigo”. 

Y ahondó: “De la coyuntura de la lluvia seguramente podemos salir, todos los pronósticos dicen que va a volver a llover y eso va a hacer que vuelvan a sembrarse la cantidad de hectáreas que se sembraban e incluso un poco más. Pero si queremos incentivar la producción hay que realizar una simplificación tributaria, con una progresiva baja de impuestos, porque necesitamos extender las fronteras agropecuarias. Cuando se habla de zonas marginales, es porque el Estado no lo permite, por lo impositivo, no por la capacidad del suelo”. 

“Las retenciones son un impuesto completamente distorsivo, por lo que se tiene ir a una eliminación gradual, que permita crecer en cantidad de hectáreas”, sostuvo. 

“Esta seca ha dejado a muchos productores, contratistas y prestadores de servicios en una situación económica muy mala. Por eso hay que ver cómo hacemos para que estos actores, que le ponen el lomo todos los días, no se caigan, que puedan seguir en el sistema”, alertó. 

Pérdidas económicas

El impacto de la sequía en el sector agropecuario bonaerense podría alcanzar pérdidas por US$ 8.466 millones para la provincia como consecuencia de la caída en la producción de granos y efectos adversos en la ganadería y lechería, estimó, ayer, la Sociedad Rural Argentina (SRA) en un informe.

Según el trabajo presentado hoy durante una Reunión de Delegados, Directores y Socios de los distritos 1, 2 y 3, que componen la provincia de Buenos Aires, la mayor merma la presentaría la agricultura, con pérdidas calculadas en US$ 6.475 millones, mientras que la caída en ganadería sería de US$ 1.774 millones y en lechería de US$ 217 millones.

“La provincia es la más afectada tras 10 meses de seca, en tiempo y cobertura”, sostuvo el director de la SRA, Tomás Palazón, quién marcó que “desde agosto, la producción de Buenos Aires estuvo afectada en su totalidad por la sequía, especialmente la región del este, que desde noviembre hasta febrero sufrió sequía severa”.

En el caso de los granos, la entidad rural estimó que la cosecha de soja cerrará en 6,68 millones de toneladas, la mitad de los registrado en el ciclo anterior y la producción más baja desde la campaña 2001/02, mientras que la de maíz sería de 7,64 millones de toneladas, el peor volumen obtenido desde hacía una década.

Por su parte, la caída en la producción de trigo fue de 5,6 millones de toneladas, un 40% menos que el volumen trillado del año pasado y el más bajo desde 2015/16, mientras que la cebada, el sorgo y el girasol tuvieron mermas menores.

El informe marcó también que “los puertos de Buenos Aires están recibiendo entre un 50% y 55% menos de camiones que el año pasado”. En ganadería, la sequía repercutió en un aumento de la mortandad, menor peso logrado por los terneros vendidos, venta forzosa de vacas y menor cantidad de terneros en 2024 por una caída en la preñez, como consecuencia de la pérdida de las pasturas.

En cuanto a la lechería, se dio una caída en la producción y aumento de costos. Las consecuencias a nivel nacional fueron de una pérdida en el volumen de cosecha para la campaña 2022/23 de granos de 55 millones de toneladas, una afectación durante diez meses de sequía extrema en el 32% del rodeo bovino nacional, una caída de US$ 26.400 millones en exportaciones y una merma en la percepción de derechos de exportación de US$ 6.500 millones.

Para recomponer el sistema productivo, desde la entidad entienden como necesario "aliviar la carga y tomar decisiones urgentes como: política tributaria provincial, caminos rurales y cuencas hídricas; políticas para la planificación de inversiones y gestión del mantenimiento y mejoramiento de los caminos", entre otros puntos.