Cuando tenía 28 años, Élida Luchelli se convirtió en mamá de Mónica, dos años después tuvo a Gustavo. La familia tipo que, por años, fue deseada por muchas parejas estaba realizada. Luego, comenzaron a llegar los nietos. Fueron seis que, para su sorpresa, la convirtieron rápidamente en bisabuela. “Nunca imaginé tener una familia tan grande y con tantos chicos, la verdad es que estoy encantada, porque me gustan mucho”, expresó Élida y agregó “por más que vengan y me den vuelta la casa, soy muy feliz de tenerlos a todos”.
En ese sentido, esta abuela tan particular, que recuerda el cumpleaños de cada integrante de la familia y es la primera en llamar cuando ocurre un acontecimiento importante, reveló que cuando Brisa, su bisnieta más grande le contó que estaba embarazada se emocionó muchísimo y se puso muy feliz, porque “me enloquecen los chicos”. Así, el pasado 14 de junio, cuando la llamaron a las ocho de la mañana para contarle que Margarita, su primera tataranieta había nacido, “inmediatamente me alisté y llamé a un remise. A las nueve menos cuarto ya estaba saliendo para la clínica”, afirmó y agregó “es una hermosura, no me la iba perder, así que me fui enseguida para allá”.
Al respecto, su hija Mónica sostuvo que Élida “siempre fue una mamá y abuela muy presente” y agregó “es muy compañera y está en todos los detalles. Fue siempre la primera en llegar a la clínica cuando nacieron todos sus nietos y bisnietos”. Así, agregó que, aunque a veces, le quisieron ocultar cosas para que no se emocione, “ella siempre se las rebuscó para enterarse de todo”.
Reuniones familiares
Élida detalló que su casa siempre fue el punto de encuentro, que le gustaba amasar los domingos y reunirlos a todos. Pero que, actualmente, “como ya somos un montón y nos falta espacio, lo hacemos de mi hija”, reconoció y agregó “ya saqué la cuenta, y para la próxima navidad vamos a ser 30 integrantes porque tengo a otro bisnieto en camino”.
Así, expresó que le encantan cuando todos se reúnen para contar anécdotas y llenar la casa de risas, gritos y alegría. “Todos me hacen muy feliz, gracias a Dios pude estar presente en todos los partos y en todos los acontecimientos importantes”, afirmó y agregó “realmente no me faltó nada, porque también soy bisabuela de mellizas, por parte de mi primer nieto Juan Ángel”.
Por último, Élida manifestó que “los disfruté y sigo disfrutando muchísimo a todos, los cuidé, los fui a buscar al jardín, a la escuela; la verdad que fue todo muy hermoso”, y cerró “si Dios me da más vida, quizá puedo llegar a tener más tataranietos”.
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