Origen, historia y descendencia juninense. Al estilo de como se hace con determinados productos o también deportistas para hacer alusión a un lugar de procedencia. En este caso, un slogan que encaja a la perfección es “Made in Junín”: nieto de Benito de Miguel y padre de cinco hijos juninenses. José Luis escribió su propia historia y, en un diálogo con Democracia, realizó un repaso sobre su vida.
Crecido en la zona céntrica de la ciudad, en la calle Belgrano, entre Malvinas Argentinas y Alsina, De Miguel realizó sus estudios escolares en la Escuela N° 1 y en el Colegio Nacional, antes de continuar con su formación académica en Buenos Aires. En Capital, estudió Derecho y, para hacerlo, eligió la Universidad de Buenos Aires.
“Estudié Derecho en la UBA, un sitio emblemático, más allá de su prestigio histórico, por el momento de convulsión que atravesaba el país en cuanto a la inestabilidad política”, comentó. Pese a las adversidades, De Miguel se recibió en octubre de 1970 para dar comienzo al desandar jurídico donde, décadas después y en su ciudad de origen, encontraría la mayor satisfacción a nivel personal.
Acerca de la selección de tal carrera contó: “Mi papá era abogado y me atrapó la actividad que desenvolvía. Siempre me gustó poner la atención a los problemas de la gente. Ha sido la pasión de mi vida y me quise dedicar a otra cosa en paralelo, pero siempre volví al Estudio porque era mi lugar en el mundo”.
Sin embargo, lo profesional no es su único interés, sino que destaca el lugar ocupado por su familia. Para formarla, eligió como acompañante a Susana con quien, tal lo expresó, se han dedicado a criar a sus cinco hijos.
“Hubo que esforzarse muchísimo y nos resultó muy pesado criar a esa cantidad en la Argentina, pero intentamos darles lo mejor que pudimos consiguiendo los recursos económicos para que se puedan desenvolver”, comentó.
Con la impronta que buscó inculcarles, sus nombres son: María Cruz (veterinaria); Gloria (cocinera); Alejo (economista); Agustina (abogada y secretaria del municipio); y Delfina (abogada).
Sobre el presente de ellos, señaló: “Están muy bien. Son cinco ejemplares que nos llenan de felicidad y nos faltaría un sexto, porque falta más todavía para hacer. Son personas de bien y están haciendo bien las cosas cada uno en lo suyo”.
Bajo el análisis de su óptica política, José Luis, al ser consultado por la figura de su hija Agustina, quien ocupa un lugar central en el Municipio local, opinó: “La veo muy bien en su gestión. Sé que ella, en lo suyo, con el tiempo, limitaciones y potencial, va a dar mucho. La política es una actividad humana de perfiles complejos. Pablo Petrecca es una buena persona con ella y estamos felices por su presente”.
Mirada sobre Junín
Tal como indican los datos, nuestra ciudad no merma su desarrollo. El último censo (realizado por Instituto Nacional de Estadística y Censo) indica que se superó la línea de cien mil habitantes y, por otro lado, se espera, que haya más desde las distintas perspectivas: demográficas, edilicias y turísticamente.
Desde la experiencia de casi ocho décadas vividas, habiendo transitado distintos momentos de la historia, como el auge juninense en los talleres y del ferrocarril, De Miguel, opinó:
“Se ha transformado en una ciudad de servicios y de gran actividad comercial. También hay mucha actividad de talleres e industrial”.
“Es muy confortable para vivir, con muchos servicios que se están prestando. Vale la pena dar una vuelta en auto por Circunvalación, avenida Alvear, ver la longitud horizontal y urbana del desarrollo en su trazado”, describió.
Historia y afecto, los lazos que unen a De Miguel con Junín. Por ello, la sintetizó como “la ciudad donde siempre he querido vivir y donde quiero morir: mi ciudad en el mundo”.
Deporte como formación
“Mens sana in corpore sano” es una cita latina que se apropiaron varios clubes, a mediados del siglo XX, para definir su identidad y su idiosincrasia. En ese sentido, se puede decir que se inscribe la visión de De Miguel sobre el deporte.
Acerca de la definición que concibe, expuso que “es una actividad esencial en la vida del ser humano, ya sea en forma personal o colectivamente. Es buena tanto para la salud mental como física”.
Al destacar el rol del deporte, hizo mención a otras dos importantes relevantes de nuestra ciudad: “Rivadavia y Moreno son dos equipos muy importantes y ejemplares en la vida deportiva de la ciudad. Conozco todo el historial de ellos siendo dos clubes de gravitación indudable en la vida de Junín”.
Gestión en Sarmiento
Promediando el año 2023, al hablar de Junín es inevitable hacer referencia a Sarmiento: institución a la cual, De Miguel, supo defender como jugador e hincha, y luego como presidente.
“Es un lugar importante en mi vida. Tuve una gestión de seis años, en los ´70, ya que, en aquel momento, así lo marcaba el estatuto del club. Administrar un club como Sarmiento, para una persona activa, era una cosa más en paralelo al trabajo que se podía tener. Ahora es una cuestión plena. Los socios eran muy pocos y, así y todo, hicimos bastante”, reflexionó.
En tal sentido, una de las cosas que recordó de aquellos años fue la imposibilidad de “arreglar la caldera”, ya que no disponían del dinero para hacerlo.
Pese a ello, al recordar aquellos años de gestión hizo un balance y compartió: “Me quedo con tres cosas de lo hecho: por primera vez, la incorporación masiva de jugadores locales y la zona en el primer equipo ´profesional´ en Primera C, pudiendo competir abiertamente con ellos; la segunda, la elección del gimnasio deportivo y cancha de básquet con quienes logramos levantar, con piso de cemento, con Macario y Mata; y tercero, la compra de la sede social en calle Lebensohn que, en un período posterior, dirigentes irrespetuosos se dejaron para su patrimonio aduciendo que se habían pagado unas deudas en la institución, quedándoselo para sí y privando al Club de ese capital”.
Cuarenta años después, con un Sarmiento en la máxima división y con aspiraciones internacionales, la situación es totalmente distinta. De hecho, él mismo así lo reconoció al decir que “es el club más importante de Junín en cuanto a la consideración popular. Ha quedado muy por encima de los clubes locales y es natural que así sea. En aquellos años todavía estaba bastante en paridad, pero ahora ha despegado muy por encima”.
Pese a ser hincha, hoy le toca verlo a través de la pantalla. “En mi ocaso lo veo desde el televisor, he dejado de ir al estadio por razones de salud. Lo palpito y lo vivo diariamente; y leo intensamente Democracia para informarme del club”.
En tal sentido, abordando el presente del club, analizó: “Es una maravilla ver donde ha llegado y la estabilidad que ha adquirido”.
También hizo referencia a los jugadores y resaltó a Luciano Gondou, Manuel Mónaco y, al referente, Lisandro López, acerca de quien señaló que “siempre es un placer verlo jugar”.
Colegio de Abogados
Entre los años 2002 y 2006, presidió el Colegio de Abogados de Junín y, también, integró el Consejo de la Magistratura de la provincia de Buenos Aires.
Al respecto, señaló que fueron lugares plagados de recuerdos, experiencias y aprendizajes. Al respecto, indicó: “Me marcó a fuego. Nunca lo pensé, pero así pasó por las cosas que viví internamente: personas que recibís con lágrimas, con pretensiones, algunas que te tratan mal. Es muy interesante, satisfactoria y compleja la vida del Presidente”.
Y continuó: “Es el lugar que más aprecio. Le doy una gran importancia por los derechos que garantizó en momentos adversos”. “Fue una palanca muy importante en la resolución de muchos conflictos graves y carentes de sustentos jurídicos”, fundamentó.
Al hacer tal referencia, fue imposible no abordar lo vivido de cerca como así también la propia gestión. Por ello, recordó que “trabajamos para el crecimiento de la Unnoba, que justo llegaba a la ciudad, y en el armado del Poder Judicial con el Consejo de la Magistratura. Considero que hicimos mucho”.
“De todas las instituciones, en el Colegio de Abogados fue donde fui más feliz”, remató.
Sin embargo, no es todo pasado, ya que, en la actualidad, aún se mantiene en contacto con la institución. “Siempre voy, estoy con los empleados, hago algún trámite o me tomo un café”, comentó.
El contacto no es sólo social, sino también político. Acerca de esto, indicó: “Los chicos que vinieron después, y digo chicos con cariño: Gastón Caviglia, Lisandro Benito, Pablo Rasuk, y, ahora, Santiago Bertamoni; son todos jóvenes que posibilitaron un camino en el ejercicio de la profesión desde el Colegio de Abogados y todos han tenido un reconocimiento que me halaga muchísimo”.
“Es un hilo y un camino de conducción que se ha hecho desde 2002”, concluyó.
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