Mientras se aguarda por la publicación de los datos oficiales con respecto a la inflación de abril, en los comercios de productos alimenticios de Junín ya dan por descontado que habrá nuevos incrementos en las próximas horas.
Esta semana, el pan será uno de los bienes de consumo básico de las familias juninenses que sufrirá un importante salto en el precio, que incluso podría rondar entre un 10% y 15%, según coincidieron distintas fuentes consultadas por Democracia.
De esta manera, el kilo de pan, que actualmente orilla los $600, podría llegar hasta los $700. Lo propio ocurre con la docena de facturas, que hasta el momento se consigue por $1200 y podría costar $1380, si se concretan los pronósticos menos alentadores del sector.
Así como ocurre con los panificados, las últimas semanas también hubo aumentos en pastas y cereales, es decir, derivados del trigo y la harina. Según coincidieron mediciones privadas, el alza de los precios de dichos productos en abril estuvo en el orden del 7,7% y la tendencia se mantiene en el arranque de mayo.
"Al aumentar la harina aumenta todo, aumentan las grasas y sus derivados, la manteca, la margarina y todo lo que se necesita para hacer facturas", admitió en comunicación con Democracia Pablo Giles, propietario de la panadería Santa Teresita.
"Todos los meses venimos teniendo aumentos, primero un 6%, después un 8% y después un 12%. La situación se va complicando", lamentó.
En Pérez Con Pan, otra de las panaderías reconocidas de la ciudad, confirmaron un incremento del 10% a partir de hoy. De esta manera, el kilo de pan pasará a costar $700, aunque desde el comercio aclararon que se trata de una suba que está "muy lejos de la inflación real".
"Lo que sucede es que no solamente sube la harina, sino que los incrementos están en todos lados. Hay una realidad y es que no se puede aumentar de manera desproporcionada, porque los clientes no pueden afrontar las subas", explicó a Democracia Natalia Soto, de la citada panadería.
"Tratamos de ser empáticos con el cliente y entender la situación, pero, a la vez, nosotros tenemos toda una estructura que mantener. Entonces, se hace difícil. Subieron mucho los derivados, la manteca aumentó de manera demencial. Para comprar un kilo de manteca buena calidad, hay que hablar de $3000", insistió.
Por otro lado, Soto puso la lupa en otros ítems que también experimentaron subas que indefectiblemente se trasladarán a los precios de los productos.
"Con el incremento de combustible, aumentó todo lo que es descartable, como las bolsas y los envoltorios. También subieron la luz y el gas", afirmó.
Finalmente, hizo hincapié en el impacto social de los incrementos, que se traducen en "cambios de hábitos de consumo".
"Dentro de todo, es un rubro fundamental y la gente sigue consumiendo, pero se van modificando los hábitos de consumo. Mientras que antes los clientes llevaban una docena de facturas, ahora compran ocho. De media docena, pasaron a llevar cuatro o tres. Hay personas que siguen comprando $100 de mignones, pero cada vez alcanza para menos", advirtió.
Contexto desfavorable
El incremento del pan, por otro lado, se da en un escenario de subas generalizadas de alimentos, que se deja ver tanto a nivel nacional como también en Junín, tal como viene reflejando Democracia en las últimas semanas.
Los saltos permanentes de precios, por otra parte, comienzan a generar un ciclo negativo que impacta de lleno en los costos de reposición, lo que arroja como resultado la falta o escasez de algunos productos de consumo básico en las góndolas.
De acuerdo con el último dato oficial publicado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), la inflación de marzo fue del 7,7%, lo que dio como resultado un 104,3% interanual -es decir, el aumento acumulado con relación al mismo mes de 2022-, mientras que el aumento total en lo que va de 2023 fue del 21,7%.
En ese mapa, el organismo nacional conducido por Marco Lavagna reconoció que el rubro "Alimentos y bebidas no alcohólicas" fue "el que más incidió en todas las regiones" para la conformación del número final.
En total, el Indec reportó una inflación del 9,3% con relación a febrero en el casillero de alimentos, con saltos marcados en "carnes y derivados" y otros "de menor magnitud" en "verduras, tubérculos y legumbres", así como en "productos lácteos, huevos y frutas".
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