Con un promedio de lluvia caída de 30 milímetros, este sábado el campo volvió a respirar aliviado frente a la sequía que viene afectando a la agricultura y la ganadería, con fuertes pérdidas económicas.
En el partido de Junín las precipitaciones, que “vinieron muy bien” oscilaron entre los 15 y 40 milímetros, según la zona, lo que permitirá empezar a recomponer el perfil de suelo”, de cara a la campaña de trigo y cebada y las pasturas, afirmó a Democracia la titular de la Federación Agraria Junín, Rosana Franco.
En relación a estimaciones de que la siembra de trigo caería 50% en la región agrícola núcleo (según informe de la Bolsa de Comercio de Rosario), Franco manifestó que “no creo que caiga la intención de sembrar”.
“Creo que el productor apostará a sembrar trigo porque viene desfinanciado económicamente”, amplió.
Al respecto, Alejandro Signorelli, ingeniero agrónomo y jefe de la Agencia Extensión Rural Junín del INTA, explicó a este diario que “el principal impacto va a ser para todo lo que son verdeos de invierno y las pasturas que se venían sembrando”.
“Si bien es positiva la lluvia para la recarga del perfil, todavía falta mucha más humedad para poder pensar y tomar la decisión de sembrar trigo y cebada”, señaló.
“Con tres o cuatro lluvias más hasta mediados de junio va a estar asegurada la siembra de trigo, que es cuando arranca la campaña”, concluyó.
“La intención va disminuyendo”
Según planteó la BCR, durante abril solo se produjeron el 30% de las lluvias normales para dicho mes y no se esperan grandes precipitaciones hasta el 10 o 15 de mayo, por lo cual el escenario para la siembra de trigo se presenta como el más seco de los últimos 15 años para la región que comprende el norte de Buenos Aires y el centro-sur de Córdoba y Santa Fe.
"Por lo tanto, la intención de siembra en la región núcleo va disminuyendo acorde con la probabilidad de lluvias, por lo que, por el momento, se proyecta un área de 650.000 hectáreas. Esto es un 50% menos que hace un año atrás", cuando se implantaron 1,3 millones de hectáreas, indicó la entidad bursátil.
Así, "se estaría en un nivel de siembra que caería a los años previos del 2016", sostuvo el trabajo.
Esta caída en el área se da en un contexto donde "el productor necesita sembrar, pero no hay agua suficiente en los perfiles. La foto de hoy arroja una proyección de caída en la intención de siembra del 50%".
Revancha financiera
En San Gregorio, en el sur santafesino, los técnicos de la entidad explicaron que los productores “buscan una revancha financiera rápida con el trigo”, aunque consideran la situación actual como "arriesgada" porque “la campaña está muy complicada desde el inicio, no hay agua suficiente en los perfiles”.
En esta semana comenzaron la toma de muestra de agua útil y se estima que puede estar entre el 20% y el 30%, cuando, en un año normal, lo mínimo requerido para sembrar es un 60%.
“Recomendamos seguir el nivel de agua útil, porque ahí está la clave del riesgo que se quiera asumir. Nuestro límite va a estar en el 50% de agua útil”, marcaron los especialistas y acotaron que "si bien la fecha límite de siembra que manejan es el 10 de julio, saben que durante junio y julio el aporte pluvial es escaso, por lo que el límite real es fin de mayo".
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