Los vecinos de Junín buscan ofertas en las góndolas de supermercados.
PANORAMA ECONÓMICO

La inflación de alimentos no cede y preocupa la falta de productos en Junín y la Región

Un nuevo relevamiento de Democracia confirmó que se mantiene la tendencia alcista en los precios, en sintonía lo que ocurre a nivel nacional. Por las subas de costos de reposición, comienza a reducirse la disponibilidad de alimentos de consumo básico en comercios de la ciudad y la zona.

La escalada de precios en los alimentos de consumo básico no da respiro en Junín y la Región, en consonancia con los índices nacionales de inflación informados a mediados del mes por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), y comienza a crecer la preocupación en comerciantes del rubro y consumidores por la falta de productos en las góndolas, como consecuencia de los incrementos en costos de reposición y las entregas limitadas por parte de los proveedores.

En esta línea, un nuevo relevamiento de Democracia en los principales supermercados de la ciudad reveló que continúa la tendencia alcista en la ciudad, aunque con un leve estacionamiento en productos puntuales, como cortes de carne vacuna y verduras, mientras que otros, como el pollo y algunas frutas, experimentaron saltos bruscos, por motivos coyunturales.

De acuerdo con el último dato oficial del Indec, la inflación de marzo fue del 7,7%, lo que arrojó además como resultado un 104,3% interanual -es decir, el acumulado con relación al mismo mes de 2022- y un 21,7% total desde el inicio de 2023. 

Del incremento total registrado el último mes, el organismo nacional reconoció que el rubro "Alimentos y bebidas no alcohólicas" fue "el que más incidió en todas las regiones" al número final. Con un 9,3% con relación a febrero, el Indec reportó aumentos importantes en "carnes y derivados" y otras subas "de menor magnitud" en "verduras, tubérculos y legumbres", así como también en "productos lácteos, huevos y frutas".

En la región Noroeste, que incluye a Junín, la oficina conducida por Marcos Lavagna informó que el aumento fue del 8,3% en la categoría "Alimentos y bebidas no alcohólicas", apenas un punto por debajo del índice nacional. 

Sin embargo, el acumulado de lo que va de 2023 alcanza el 29,2% en la zona geográfica a la que pertenece Junín, es decir, casi 7 puntos por encima de la inflación general informada de manera oficial para la región Noroeste (22,5%).

Es decir, el incremento de alimentos continúa marcando el pulso del proceso inflacionario, aunque con una breve tregua tanto en marzo como en el arranque de abril, un universo limitado de productos. 

Los resultados

En distintas épocas del año, Democracia realiza un relevamiento propio de precios en los principales supermercados locales, teniendo en cuenta que son éstos los que marcan tendencia en cuanto a los precios del mercado y están incluidos en los programas de acuerdos de precios que rigen a nivel nacional.

El último informe realizado por este diario había sido publicado en la edición del 26 de febrero pasado. Con relación a aquel trabajo, un nuevo relevamiento territorial, realizado durante las primeras dos semanas de abril, evidenció un estabilización del precio de la carne vacuna y, en algunos cortes puntuales, incluso una sensible baja.

Ello se explica en el hecho de que hasta el 31 de marzo estuvieron en vigencia los precios acordados a través del Programa integral de impulso a la producción y el consumo de carne, en el marco del programa Precios Cuidados del gobierno nacional. A partir de entonces, los incrementos serán escalonados hasta el 30 de junio. 

En cambio, sí se registró un aumento marcado en el pollo (87%) con relación al último relevamiento), aunque se trató de coletazo de la crisis sanitaria desatada por la gripe aviar más que a factores inflacionarios vinculados con la economía. 

Entre las frutas y verduras, los incrementos más acentuados con referencia al último informe de Democracia estuvieron en la naranja (141%), el limón (37%) y la batata (39%), mientras que otros productos, como la papa o la zanahoria experimentaron subas menores o se mantuvieron estables.

Además, también registraron subas considerables la leche (13%), los fideos (16%) y la polenta (12%), mientras que el aceite se vio beneficiado en el circuito hacia el consumidor por el acuerdo de precios a nivel nacional.

En alerta

Diferente es la realidad de los pequeños y medianos comercios, o los almacenes de barrio, que no son favorecidos por los programas nacionales que alcanzan a supermercados e hipermercados del país.

En el caso de las empresas del rubro con anclaje exclusivo en el mercado local, el escenario comienza a complejizarse por el riesgo de faltante de productos en las góndolas tanto de la ciudad como de la Región, aunque las fuentes consultadas por Democracia aclararon que todavía dista de perfilarse como una crisis de desabastecimiento.

"La situación se va complicando día a día, mes a mes. Hoy, lo que está ocurriendo, es que empieza a haber productos que se entregan de manera limitada. Pasa con el arroz o el azúcar, por ejemplo, en los que no prácticamente no hay reposición", explicó Claudio Carboni, gerente de Supermercados Clacar, en Chacabuco.

"Esto se da porque no hay precios de referencia, entonces nos encontramos con aumentos importantes en un breve lapso de tiempo", agregó.

Por su parte, Roberto Elías, de Supermercado Don Enrique, advirtió a Democracia que "el panorama sigue siendo de incertidumbre, más allá de que algunos productos se mantienen estables". 

"Seguimos ordenados en cuanto a los aumentos. Los mayoristas, de una semana a otra, aumentan, en el caso de las empresas, tratamos de esperar una o dos meses", explicó.

Con respecto al ritmo de los precios, Elías señaló que "la carne sigue estable, mientras que las frutas y verduras van teniendo aumentos permanentes". "La gente está abocada a aprovechar las ofertas de descuentos de los bancos, pero esto es insostenible para el bolsillo del consumidor", señaló Elías. 

Por otro lado, el gerente de Don Enrique coincidió en que "si bien las fábricas no dejan de producir, se están entregando a los minoristas lo justo y necesario". "Ocurre que han cambiado también las condiciones de pago. Antes, podíamos tener un acuerdo con un proveedor de 15 días. Hoy no sucede, es más corto plazo", reconoció. 

En la misma línea, Elías coincidió en que, si bien se presente complejo, el panorama todavía no permite hablar de una situación de desabastecimiento. "Los argentinos hemos aprendido, tanto el fabricante como el minorista, que lo peor es quedarse sin mercadería. Entonces, mercadería hay, pero se entrega de manera limitada", describió.

"Se hace difícil, porque cuando vamos a reponer, ahí nos enteramos de si hubo aumento. El que logró stockearse, quizás mantiene cierto equilibrio. A la larga, todos vamos perdiendo, pero el más perjudicado siempre es el consumidor final, es el último en recibir un aumento de ingresos, pero el primero en percibir el aumento de lo que va a consumir", concluyó.