La petición fue receptada el lunes en mesa de entradas del Concejo Deliberante de Junín y está propiciada por el Comité Hipólito Yrigoyen de la Unión Cívica Radical.
La presentación
Sr. Presidente del H.C.D. de Junín
Dr. Gabriel D´Andrea
Tenemos el agrado de dirigirnos a Ud. y por su intermedio a los demás ediles y bloques que integran el H.C.D. de Junín, a efectos de elevar la siguiente petición por la que se propicia la designación de una vía pública de la ciudad de Junín, con el nombre de Dora Dana.
En efecto, a Dora Dana se la ha asociado junto al nombre de su esposo, el Dr. Moisés Lebensohn, pero, al igual que éste, su figura ocupa un sitial propio en los anales de la ciudad en virtud de aquellos hechos que la tuvieron como protagonista excluyente, y constituyen las obras y legados que la comunidad usufructúa como fiel testigo; son estos, los que la trascienden, perpetúan y catapultan a la elevada consideración ciudadana, para inmortalizarla en el ideario colectivo y formar parte de las personalidades que conforman el acervo histórico, cultural y político de nuestra comarca.
Su reseña indica que nació en Junín, el 22 de abril de 1912, en el seno de una familia de inmigrantes italianos. Cursó estudios en el Colegio Nacional y los profundizó en la música y el idioma francés. Infatigable lectora y conversadora, era amante de la poesía, acostumbraba a tener varios libros en su mesa de luz, que leía luego de sus largas jornadas de trabajo.
En 1946, en tiempos de postguerra, ya como esposa del recordado Moisés Lebensohn, supo ser el alter ego del líder político, estando a su lado, en un mismo frente, consecuente con los imperativos elementales del laborioso matrimonio, cuya amalgama cuajaba generosamente en dos espíritus afines y anhelosos de lo que llamaron "La Argentina Soñada".
Cuando el derrotero marcó exigencias en planos nacionales al Dr. Moisés Lebensohn para poner a consideración sus ideas, resultó fundamental e insoslayable el espíritu, templanza y sostén de esta mujer, que estuvo incansablemente a su lado. En ese año duro para las problemáticas argentinas, Dora Dana se rebautizó, cuando Democracia supo de su diaria presencia, de su voz, su optimismo y su incansable andar. Luego lo irremediable. En 1953, en un aciago mes de junio, desaparece tempranamente su esposo.
Es allí que se hizo realidad el legado que figura en el diario Democracia "Hay mucho que hacer en la República, hay que luchar, luchar, luchar...". Es entonces cuando aquella elección de intimidades comienza a surgir en plenitud de enseñanzas y de acuerdos: Dora Dana queda como Directora del periódico, al frente del duro y arduo trabajo del periodismo y su conducción. Y lo hizo con constancia, trabajo y fe en el futuro del país. Asumiendo un protagonismo que la constituyó en pionera de la prensa independiente del país.
Renegó de la figuración y declinó sin ambiciones personales a varias candidaturas electivas, algunas para altos cargos. Entendía que su lugar era Junín y para los juninenses, fue simplemente Dora. No obstante, en el plano político -cuando las circunstancias así lo posibilitaron- trabajó por una ciudad más grande.
En tal sentido, tuvo una decisiva participación para que se dictara la ley de creación del Departamento Judicial de Junín. En esa circunstancia, reunió a los dos bloques políticos que tenían representación mayoritaria en la Provincia y logró el voto favorable para la concreción de ese largo anhelo juninense.
Posteriormente, gracias a sus múltiples gestiones se pudo concretar la construcción del edificio que hoy se eleva frente a la Plaza 25 de Mayo y alberga al Palacio de Tribunales y al Banco de la Provincia de Buenos Aires.
Debe ponderarse, que toda su vida estuvo impulsada para lograr un Junín mejor, pluralista en lo político, económico y cultural. Siempre trató que en las páginas del diario se transmitieran las aspiraciones de la ciudadanía, sin resentimientos de ninguna especie e inspirada en el bien común; allí se manifestaban todas las voces. Estuvo en la intimidad de su hogar, agradecida por el acompañamiento del pueblo de la ciudad, aún en los momentos más duros.
Va de suyo, que el esfuerzo ininterrumpido que le demandó el periodismo, ejercido con vocación y el sentimiento de servicio a la comunidad como vía para sostener la educación y fomentar la cultura, han sido testigo varias generaciones de hombres y mujeres juninenses y otros muchos que viven en esta ciudad sin haber visto aquí la primera luz de la vida.
Pero encontraron en la tarea de Dora Dana el faro que orienta los mejores y encendidos ideales, comenzando por los de la libertad y la justicia.
Su trayectoria, vivencias, aportes e impronta merecieron que el Honorable Concejo Deliberante de Junín la declarara el 27 de noviembre de 1997, en Sesión Especial celebrada al efecto, “Ciudadana Ilustre” mediante Ordenanza N° 3698. Allí se congregaron figuras de todos los partidos políticos, gremios, autoridades municipales y legisladores provinciales y nacionales.
Falleció en Junín, la ciudad que la vio nacer, el 25 de junio de 2008.
Al cumplirse cinco meses de su fallecimiento, el 25 de marzo de 2008, el Concejo Deliberante de Junín le efectuó un homenaje donde se declaró el profundo pesar por la desaparición física de Dora Dana, oportunidad, con profundo y sentido respeto, adhirieron todas las bancadas del Cuerpo Legislativo.
En este sendero, cabe consignar, que si bien la declaración de Ciudadana Ilustre constituye la máxima distinción con la que una ciudad reconoce y homenajea a una personalidad que ha sido protagonista de los anales que conforman el patrimonio histórico, cultural y político con que se nutre, identifica y representa, dicho título inviste y se circunscribe mucho más al ámbito personal y familiar, y evoca hechos trascendentes en los antecedentes institucionales.
Por ello, en el caso de Dora, no cabe duda que la distinción honorífica también debe ser completada con la designación de su nombre a un espacio público de la ciudad.
En efecto, este último acto no es más que la representación del transcurso del tiempo que invita a la reflexión, donde afloran y perduran los nombres propios que permanecen presentes, aún en ausencia de las personas, porque es donde trascienden sus actos, acciones u obras, ya que son estos los que identifican a aquellos hombres y mujeres que atesoramos definitivamente, para pasar a formar parte del patrimonio histórico y cultural con que se distingue o referencia una ciudad y su comunidad.
Sin dudas, Dora Dana es protagonista de la historia de Junín, porque ha sido visionaria para su época, donde su figura de mujer emerge con determinación, pasión y fuerza de convicción para revertir cánones impregnados en su tiempo, marcar un camino y construir o propiciar acciones y obras que son un preciado legado que nutren a la ciudad y región.
Que, con la designación de espacios públicos queda plasmado para la eternidad el reconocimiento, homenaje y gratitud para con quienes marcaron y dejaron senderos y ejemplos de vida; así, se manifiesta e incorpora en la memoria e ideario colectivo de generaciones presentes y, sobre todo, futuras, la trascendencia y vivencia de quienes fueron hacedores de hechos y actos que generaron transformaciones que influyeron decididamente en el quehacer diario y progreso de una sociedad, transformándolos en protagonistas ineludibles de la historia política, social y cultural de una ciudad, ya que decididamente influyeron, forjaron y ayudaron a su construcción.
Por todo ello, es que desde el Comité de la Unión Cívica Radical “Hipólito Yrigoyen”, de la ciudad de Junín, se eleva la presente petición para que el Honorable Concejo Deliberante designe a una vía pública con el nombre de “Dora Dana”.
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