La sequía provocada por
La sequía provocada por "La Niña" ya acumula tres años consecutivos.
CONSECUENCIAS DE "LA NIÑA"

En la Región aseguran que la lluvia no revertirá los daños, pero permitirá atenuar el efecto de la sequía

Referentes del agro de la zona celebraron las precipitaciones del viernes y aseguraron que plantean "un panorama más alentador para las siembras tardías". No obstante, aclararon que no habrá posibilidad de recuperar las pérdidas ya consumadas.

La llegada de la lluvia del viernes pasado fue recibida con alivio en la Región por los referentes del agro, en un contexto de pérdidas económicas ya consumadas y un panorama incierto respecto al futuro inmediato del fenómeno de la Niña, que por tercer año consecutivo ocasiona fuertes sequías en el Noroeste bonaerense.

Lejos de aventurar un final exitoso de la campaña 2022-2023, en el sector agrícola de la zona sostienen que las precipitaciones caídas en la víspera del fin de semana -y la posibilidad de que se repitan la semana entrante- perfilan un panorama algo más alentador para la cosecha tardía, pero, particularmente, siembra mayores expectativas de cara a 2024.

En Pergamino, la Estación Experimental Agropecuaria registró un total de agua caída de 45 milímetros, pero aclararon que se trató de un evento "irregular", teniendo en cuenta que algunas mediciones reportaron un total de 70 milímetros en el casco urbano.

"Fue algo irregular, pero es una lluvia importante, porque hacía varios meses que no teníamos este milimetraje", confirmó a Democracia Ignacio Terrile, ingeniero agrónomo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y director de la Estación Experimental Pergamino.

En esa línea, el profesional consideró que el agua caída "va a impactar positivamente en cultivos que se sembraron de manera tardía, como algunos maíces y soja de segunda, maíz", aunque descartó que se puedan "revertir los daños" ocasionados por la Niña.

"Esto le va a dar una ayuda, no digo que se reviertan los daños, pero todavía se puede contener el impacto de la seca en los cultivos tardíos", explicó.

"Ojalá sea el camino para lograr un rendimiento algo más favorable y que no sea tan dramático el efecto de la sequía", insistió Terrile, a la vez que confió en que el efecto positivo también alcanzará a las pasturas.

"No quiero decir que inmediatamente va a haber kilos de pasturas, pero sí nos da la posibilidad de comenzar un proceso de recomposición, de generación de biomasa para pastorear y prepararse para el otoño", insistió Terrile, quien trazó el horizonte de la campaña 2023-2024 como la posible recuperación del sector.

"Para la semana que viene esperamos otro evento similar. Confiamos en que se concrete y se vaya revirtiendo este panorama tan negativo, para prepararnos para una campaña 2023-2024 de mejores características", resumió.

En Chacabuco, desde la Sociedad Rural saludaron las precipitaciones, aunque mantuvieron su pronóstico respecto a que el futuro se presenta "errático", por la falta de certidumbre respecto a la evolución del escenario de la sequía.

"Hoy ya tenemos perdido entre un 15% al 30% del potencial de la cosecha, siempre considerando la siembra que se realiza a tiempo. Ese potencial rendimiento se fue perdiendo a medida que no llovía", afirmó a Democracia Alberto Pasquini, titular de la entidad.

"Lo que se perdió, se perdió. El futuro sigue siendo errático, porque las lluvias son alicientes, pero el perfil de suelo ha perdido humedad", agregó.

Similar es el pensamiento en el distrito de General Pinto, en donde representantes rurales definieron al panorama como "desolador" y cuestionaron que el municipio no gestionó ante la Provincia la Declaración de la Emergencia o Desastre Agropecuario.

"La lluvia caída esta semana, si bien ayuda mucho, lo que está perdido, ya no se puede recuperar", lamentó ante Democracia Horacio Volpe, médico veterinario y productor agropecuario local. 

Con respecto a la situación política y económica del sector, Volpe informó que los productores mantuvieron "reuniones con las entidades rurales y, en particular, con Marcos Evans, presidente de la Sociedad Rural de General Pinto, para aunar esfuerzos para que el distrito sea declarado en Emergencia o Desastre Agropecuario y también para solicitar una prórroga del vencimiento de la primera cuota de la Red Vial, que para este año tiene previsto un aumento exorbitante".

En Bragado, las lluvias también fueron recibidas con beneplácito, aunque la conclusión es similar para los representantes locales del campo. "Bienvenida sea el agua, aunque llegó un poco tarde para muchos cultivos, que lamentablemente ya se perdieron", admitió a Democracia Walter Malfatto, productor y referente en la comuna de la Federación Agraria Argentina (FAA). 

"La soja prácticamente se cocinó (sic), se perdieron muchos kilos. Lo mismo pasó con el máiz. En cuanto a la soja de segunda, también se perdieron algunos lotes, aunque quizás algunos puedan reaccionar. Necesitamos que siga lloviendo para la soja de segunda", aseguró Malfatto, quien también guarda expectativas respecto a que se puedan repetir las precipitaciones la próxima semana.

En Junín, también subrayaron que la lluvia se demoró más de la cuenta y la suerte de algunos cultivos ya está sentenciada. “Para las siembras tempranas, esta lluvia que cayó no es suficiente, aunque sí ayuda a la soja y el maíz tardíos. Hay algunas pérdidas que son irrecuperables”, afirmó en comunicación con Democracia Rosana Franco, de la FAA Junín.

La situación de los cultivos

Según un informe de la asociación civil CREA, integrada por unas 2.000 empresas agropecuarias del país, un total de 8.997.000 hectáreas se vieron severamente afectadas en su productividad por el impacto de la sequía, en el período noviembre-diciembre 2022.

El dato surge del informe "Impacto de la sequía sobre la productividad. Período noviembre-diciembre 2022. Seguimiento Forrajero Satelital", difundido por la organización. De acuerdo con el documento, una decena de distritos de la Región están afectados en más del 50% de su territorio por anomalías en la productividad, producto de "La Niña": Chacabuco (83%), Salto (81%), Colón (78%), Rojas (78%), Pergamino (78%), General Arenales (70%), Leandro N. Alem (68%), General Pinto (58%), Junín (57%) y General Viamonte (51%).

Los efectos negativos de la sequía, según el informe, son identificados como "zonas rojas" en el mapa del Noroeste bonaerense y se manifiestan como "Producción de materia seca baja o muy baja" y "Retraso de siembra de cultivos agrícolas".

Por otro lado, un informe elaborado por el INTA Junín para la reciente reunión de la Mesa del Agua, que tuvo lugar la semana pasada, analizó la situación de los principales cultivos, pasturas y plantaciones tanto en el distrito juninense como en los vecinos partidos de Leandro N. Alem, General Arenales y General Viamonte, en el presente escenario de Niña. 

De acuerdo con el documento, presentado de manera previa a las lluvias del viernes, se confirmó "un menor registro de precipitaciones en relación a los promedios históricos de 1010 milímetros anuales (1944-2022) en Junín o de 990 milímetros anuales en Vedia, que se reiteran por tercera campaña consecutiva". 

"Esto obligó a modificar el manejo de los cultivos de maíz y soja, y resultó en una merma en los rendimientos y resultados de la cosecha de trigo", advirtió el informe, que llegó a manos del intendente de Junín, Pablo Petrecca.

Con respecto a la soja de primera, según relevó el informe, hasta el 19 de enero pasado, con un total de 148 milímetros de lluvia acumulados en suelo juninense, entre noviembre de 2022 y la fecha antes señalada, "se encuentra en plena floración, con síntomas de estrés hídrico y con potencia aborto de flores, avanzando hacía el período crítico de formación de vainas". 

En ese contexto, el documento del INTA concluyó que "se observan hojas 'quemadas' por el sol, hojas con síntomas de estrés hídrico y dificultad para cerrar el entresurco". 

Sobre la situación del maíz, la presentación de la entidad agropecuaria recordó que "la sequía invernal y primaveral retrasó la siembra de maíz temprano", por lo que "en la mayoría de los casos se realizó una siembra tardía, la que continuó inclusive hasta mediados de enero 2023". 

"En los pocos lotes de maíces tempranos, se pueden observar claros síntomas de déficit hídrico. Los mismos están entrando en floración, la cual es una etapa crítica determinante del rendimiento", advirtió el INTA en su trabajo.

En referencia a los lotes de siembra tardía, el informe concluyó que "a la fecha, presentan síntomas de estrés hídrico y acartuchamiento de hojas",  aunque aclaró que "se recuperan a partir de las precipitaciones de fin de año y enero 2023".

No obstante, en sus consideraciones finales, el documento afirmó que tanto las lluvias del último viernes como las que se esperan para "las próximas dos o tres semanas" serán "fundamentales para el desarrollo de los cultivos y su impacto real (tanto en los cultivos como en los perfiles edáficos) podrá evaluarse durante los primeros días de febrero".

En esa línea, el INTA Junín depositó su confianza en "los pronósticos a mediano plazo" respecto del fenómeno Niña, que "indican una paulatina normalización hacia la neutralidad, a medida que transcurre el período estival y la llegada del otoño". Un escenario cercano en el horizonte que el sector agrícola-ganadero anhela que se concrete tal y como lo preanuncia el informe.

Preocupación por los coletazos de la sequía

Pese a las lluvias que trajeron cierto alivio en la Región, perdura el temor en los distintos sectores económicos por los posibles coletazos económicos de la sequía.

Días atrás, la Sociedad Rural de Pergamino (SRP) difundió un informe en el que estimó que, como consecuencia del fenómeno de la Niña, las pérdidas económicas para 2023 podrían rondar los 190 millones de dólares, es decir, un equivalente a 3,58 presupuestos anuales de la Municipalidad, según el dólar oficial.

A partir de allí, una consulta a empresarios y comerciantes regionales realizada por diario Núcleo reveló la preocupación de los referentes de las actividades directa o indirectamente ligadas al agro. 

Matías Di Camillo, titular de la empresa Di Camillo Maquinarias Agrícolas, que tiene sucursales en Pergamino, Junín y Lincoln, subrayó que "hasta mediados de 2022, fue un buen año”, pero "la perspectiva para este año es totalmente diferente". 

“La dificultad más grande que tenemos es poder conseguir productos por las trabas que hay en las importaciones. Con el cambio del ministro de Economía (a partir de la llegada de Sergio Massa) se elevaron las tasas a niveles privativos y eso frenó la demanda en nuestro rubro”, admitió Di Camillo a Núcleo.

Con la sequía, el empresario con fuerte presencia en la Región, augura un panorama más complicado para 2023. “Es necesario trabajar de manera conjunta para llegar a la próxima campaña y poder revertir esta situación. Ojalá el clima se ponga más benévolo, aunque sabemos que las cuestiones macroeconómicas van a seguir difíciles y no podemos esperar mucha ayuda”, resumió.

Otro rubro con fuerte dependencia del agro es el inmobiliario, que también sigue de cerca la evolución la situación meteorológica. "El mercado inmobiliario se mueve en función de lo que sucede con el campo. Este 2023 será un año terrible", vaticinó Fabio Acerbo, presidente del Colegio de Martilleros y Corredores Públicos de Pergamino, en diálogo con Núcleo.

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