La Unnoba arribó a su vigésimo aniversario y el rector Guillermo Tamarit dialogó con el rector organizador, Luis Lima, acerca de las ideas iniciales en cuanto a la creación de esta institución, así como de los hitos que marcaron estos veinte años de carrera de la Universidad y del significado que tiene en la vida de ambos.
Al respecto, Lima recordó la propuesta de organizar la nueva universidad. “No me lo esperaba para nada, pero lo había deseado toda mi vida. Me di cuenta después. Yo había rechazado un montón de cargos. Un día, me habló Guillermo (Tamarit) para preguntarme si quería ser rector y le dije que sí. Fue un amor a primera vista, digamos”, expresó Lima.
A su equipo de trabajo, se incorporó Guillermo Tamarit, con quien ya había trabajado en la Universidad de La Plata. Al respecto, Lima destacó la capacidad de trabajo y visión política de Tamarit y que ello fue muy útil para complementarse durante toda la etapa de desarrollo de la Universidad.
“Tener una idea de cómo debe ser una universidad es importante. Ahora llevar a la práctica esa idea, que fue lo que hizo Guillermo es mucho más. Buenas ideas hay pocas, pero buenas realizaciones casi no hay”, agregó Lima.
Universidad del siglo XXI
Pensar una universidad no es una tarea fácil, al concebir este espacio como un espacio institucional de poder, llegan las críticas sobre “por qué en tal momento se hizo tal universidad en tal lugar”.
En el caso de la Unnoba se ha legitimado gracias a la mirada, concepción y definición de Luis Lima sobre la universidad del siglo XXI.
“Las discusiones del fin de siglo de las universidades iban para todos lados. Sobre quién iba a financiar la universidad o si era una concepción más pública, como la nuestra. Luis lo que habilita es una conversación con el conjunto de la sociedad de Junín y de Pergamino respecto a la universidad que viene, la del siglo XXI. Y esto tiene un valor, no es solo la idea, es también como alguien que ha sido protagonista toda su vida de la educación superior puede ir organizando las cuestiones para que eso suceda”, explicó Tamarit.
Las principales carreras a las que se dedica la Unnoba son aquellas relacionadas con lo tecnológico y lo agroalimentario. “Toda la región del noroeste había decidido a qué se iba a dedicar hace 200 años atrás, no ahora”, argumentó Tamarit.
A lo que añade: “también hubo ideas que no funcionaron, como el tema del ferrocarril. Tuvimos 14 alumnos de inscripción en el primer año y 12 en el segundo. Después se pasaron todos a ingeniería porque cuando empezaron las materias específicas ya no teníamos alumnos. Hay un contexto que la universidad no puede manejar”.
Si bien la Unnoba fue creada en el 2002, fue en 2005 cuando presentó su propia oferta académica, año en el que hubo muy buena cantidad de inscriptos en 25 carreras diferentes.
“Es un pequeño milagro universitario, eso no pasa. En la mayoría funcionó muy bien, pero hubo otras cosas sobre las que tuvimos que retroceder y volver a discutir porque los demás juegan: la sociedad juega, los estudiantes juegan… y era ir conformando todas estas ideas e instinto sobre un conjunto de valores. Por eso fue un enorme desafío y, en el tiempo que se llevó adelante, realmente es una situación muy excepcional”, explicó Tamarit.
Un proyecto disruptivo
Al preguntar por los hitos que marcaron estos veinte años de la Unnoba, Tamarit responde que se trata de un proyecto disruptivo con un fuerte impulso en su origen, por eso es materia de debate a nivel nacional.
En esta misma línea, Lima cuenta que la idea inicial del proyecto era hacer una universidad “abierta a todos” y que eso implica que la universidad no solo pueda sacar buenos profesionales, sino que “tiene que poder transmitir conocimientos a los más chiquitos, a lo más grandes y a los que no van a la universidad. Los primeros diplomas que dio la Unnoba eran técnicos en manejo de instrumental para peones de campo. O sea, eso está marcando una inserción fuerte de la universidad en la sociedad”.
A lo que Tamarit añade que no había otra alternativa que “legitimar desarrollando educación superior de calidad”.
Medida de la esperanza
A esta altura, Lima se siente satisfecho con el camino recorrido y la labor realizada, aunque “siempre falta, uno siempre quiere hacer más cosas”.
Y, al respecto, asegura que el punto fuerte del progreso de las universidades en general y, de la Unnoba en particular está en la investigación, según Tamarit. “Va a haber infinidad de oportunidades de acceder a cursos o de cualquier tipo de relación educativa si se quiere. Ahora, la calidad va a estar asociada a la institución que genere conocimiento. Por eso, para mí el desafío de la Unnoba es tener mucho más desarrollo e investigación y en todos los niveles para que se la puede distinguir efectivamente como una universidad”, argumentó.
Para finalizar la entrevista, los entrevistados definieron qué significa la Unnoba a lo largo de sus vidas. “Para mí fue de las cosas más importantes que me pasaron en la vida. Yo voy a estar eternamente agradecido”, respondió Lima.
Para Tamarit, la Unnoba “fue algo más que un cambio profesional”, que implicó “nuevas relaciones, nuevas amistades y toda una dinámica personal que, como nosotros decimos, termina siendo una forma de vida de la Unnoba”.
A lo que añadió las dificultades de llevar a cabo “la tarea en un país con tanto conflicto. Yo creo que, tanto para Luis como para mí, es la medida de la expectativa y de la esperanza. Y, en otra dimensión, es la satisfacción del deber cumplido. Como grupo, nos dieron una tarea, crear una universidad que es algo excepcional, como él dice, algo mágico. Poder hacerlo, ver cómo se desarrolla y, especialmente, ver la potencialidad que tiene realmente es una satisfacción enorme”, finalizó el actual rector.
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