A las clásicas vacaciones fuera de la Región (en la costa del Atlántico, de recorrido por los típicos paisajes nacionales, las sierras cordobesas, las playas del Brasil u otros destinos del exterior) se le suma, como todos los años, la posibilidad de alquilar una casaquinta en alguno de los barrios tranquilos y arbolados de las afueras del casco urbano juninense.
Igual que en anteriores temporadas, la demanda en ese rubro de alquileres supera por mucho la oferta, lo que le agrega un plus en los valores ya de por sí elevados a raíz del contexto inflacionario y lo caro del dólar.
En estos días, se puede llegar a pagar por una propiedad en la zona de quintas más de 120.000 pesos la semana. Si el contrato es por día (y desde enero), modalidad de renta a la que se está tendiendo, el precio, proporcionalmente, es todavía más alto.
Una transacción inmobiliaria que se ha puesto de moda desde hace algunas temporadas (y que se reforzó tras salir de la cuarentena a la que obligó la pandemia) es la que demanda una casa con parque y piscina durante dos o tres días en torno a cualquiera de las fiestas de fin de año. En esos casos, los precios oscilan entre 10.000 y 15.000 pesos por jornada.
Al respecto, el martillero Hernán Pietrobón dijo a Democracia que a esta altura del año no se están recibiendo muchos pedidos, ya que la demanda “comenzó en agosto y septiembre. Se adelantó el pedido de quinta este año con la particularidad de que no piden por temporada, sino que son por pedido inferiores de tiempo”.
Si bien los vecinos salieron en busca de una casa con pileta hace unos meses atrás, el profesional reconoció que “es muy probable que en diciembre la gente salga a buscar”, pero que la “mayoría ya tienen acuerdos”.
Según dijo, la gente averigua por casaquintas para “reuniones particulares y fiestas; pasar una semana, o fin de semana largo. Se redujo mucho la temporada por los precios y también porque no hay disponibilidad. Este año no han ingresado muchas propiedades y la oferta es escasa, comparada a otros años por temporada”.
Además, explicó que los valores pueden ir en aumento según el mes que se requiera, debido a la inflación mensual, por lo que para febrero, por ejemplo, un día en una quinta puede llegar a costar 30 mil pesos, para festejar un cumpleaños. Cabe destacar que existe el factor ocupacional, ya que no va costar lo mismo una propiedad para hacer un evento multitudinario que para cuatro personas.
“Si a los precios de hoy le aplicás el incide inflacionario, quizás en enero tenés un 16 por ciento más de inflación por lo que los precios arranquen en un piso de 20 mil pesos”, indicó Pietrobón. “Los precios son elevados, la demanda se concentra en periodos más cortos y me atrevo a decir que hay valores que trepen los 30 mil pesos por día desde enero del 2023”, concluyó.
Por ahora, no hay mucha propiedad para alquilar y como consecuencia de eso, cuando surge algo, se alquila enseguida. La demanda se produce porque hay mucha gente que no va a viajar afuera porque “no le conviene”.
“Hay muy pocas de esas propiedades en el mercado, y se están destacando las operaciones con propietarios que viven allí todo el año y que cuando salen de vacaciones las alquilan”, explicaron de otra inmobiliaria.
Esa novedosa modalidad de irse de vacaciones y sacarle mientras tanto una renta a la casa se extiende cada vez más, y no sólo por el beneficio económico que se obtiene, sino que al mismo tiempo que se consigue un ingreso la propiedad no queda deshabitada, con el riesgo de que sea blanco de la delincuencia.
Como un fenómeno que se da desde hace un tiempo, pero que en esta permanente devaluación del peso se acrecienta, dentro del mercado de los alquileres temporarios puede que no se hable de moneda nacional sino de dólares. Y es que quien tenga como proyecto para este verano contratar una casaquinta en cualquiera de las zonas donde se ofrecen, inflación mediante, como se dijo, tendrá que pactar con la divisa estadounidense, ya que casi ningún propietario va arriesgarse a cerrar una operación en pesos en esta coyuntura económica.
“La oferta es para eventos”
Desde la Cámara Inmobiliaria de la provincia de Buenos Aires, su presidenta, Mirta Libera, coincidió con sus colegas en que en materia de alquileres para el verano “no hay mucha disponibilidad”. Esta situación se debe, según explicó, ahora la oferta es para eventos. “Los dueños han desistido de alquilarlas de manera tradicional”, puntualizó la titular de la entidad.
Dentro de la escasa disponibilidad de casas con amplio jardín, árboles, parrilla y piscina lo que más se encuentra, pero a precios que no son para la mayoría de los bolsillos, son inmuebles en el interior de countries o barrios cerrados. “En esos casos, tenemos que hablar de entre 1.500 y 2.000 dólares la temporada; puede haber otras con menos comodidades a valores un poco más bajos”, añadió Libera.
La operadora inmobiliaria resaltó que a raíz, justamente, de la poca oferta en esa porción del mercado del alquiler, “no hay una referencia concreta de los valores que se manejan”.
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