El local de Joyería Biondini 1964, ubicado en Roque Sáenz Peña 178, es uno de los locales tradicionales en nuestra ciudad, con 58 años de trayectoria. En sus inicios, precisamente en 1964, la joyería estuvo atendida por Néstor Fernández y José Biondini. Pasaron los años y actualmente está dirigida por Claudio y Alicia Fernández.
En diálogo con Democracia, con motivo del Día del Joyero y Relojero, Julián Clarke manifestó que la actividad en el local se centra principalmente en la relojería y venta de joyas como cadenas, anillos, pulseras, realizados en plata, plata y oro, acero blanco y oro. Entre los artículos con más salidas están los relojes smartwatch, de la marca Garmin, que tiene GPS, y una amplia variedad de lo que es relojería tradicional de las principales marcas, los relojes análogos a pila también relojes automáticos, aunque ya hay muy poco de ese tipo.
Vale destacar la tecnología aplicada a lo que es relojería, con distintos usos para la vida diaria y con diseños de calidad y de distintos estilos. En Joyería Biondini están a la venta joyas de plata, plata y oro, acero blanco, oro. Allí se pueden encontrar aros abridores para los bebés, alianzas de casamiento de plata, plata y oro, oro, además de atractivos conjuntos joker con dijes.
Todo lo que es relojería viene con garantía que dan las marcas y las que da la propia joyería como casa de confianza de tantos años en Junín. En el lugar también hay compra de oro, ofreciendo posibilidades a los clientes que realizan consultas al respecto. Cabe mencionar que Joyería Biondini 1964 está abierta de lunes a viernes de 9 a 12.30 y de 16.30 a 19.45. Sábados, de 10 a 13. Consultas al 4630535 (fijo), 154664810 o por Instagram biondinijoyeria.
La fecha
El 3 de noviembre es el Día del Joyero y Relojero, fecha del natalicio de Benvenuto Cellini, uno de los orfebres más destacados del Renacimiento italiano.
Cellini fue inicialmente discípulo de Miguel Ángel con quien desarrolló sus habilidades como medallista, escultor, cincelador y joyero. Pero fue durante su trabajo para los Médicis, la famosa familia florentina que patrocinó a varios artistas notables. Gran parte de su trabajo lo reseñó en el "Tratado de orfebrería y escultura" que escribió poco antes de morir, en Florencia, en 1571.
Entre las obras más importantes de Cellini se pueden mencionar:
El salero de oro y de esmalte que realizó para Francisco I de Francia (una pieza elaborada entre 1539 y 1543 que está en el Kunsthitorisches Museum, de Viena); el relieve en bronce de la Ninfa de Fontainebleau (puede verse en el museo del Louvre, en París); y el busto en bronce de Cosme I (Museo Bargello, Florencia).
Si bien la fabricación de joyas se remonta a tiempos muy antiguos, fue en la Edad Media cuando esta actividad adquirió renombre. Por esa época se comenzó a llamar "orfebre" a la persona que desarrollaba esta actividad. El término que proviene del francés orfèvre (artífice), que, a su vez, deriva del latín auri (oro) y faber (arquitecto).
Los orfebres eran aquellos artistas cuyas creaciones estaban realizadas con metales preciosos, como oro y plata, o sus aleaciones. Y, para no ser acusados de alquimistas creadores de piezas falsas, empezaron a montar talleres con grandes ventanales a la calle, así la gente podía ver lo que hacían.
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