Hoy se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama. En nuestro país, según las últimas estadísticas publicadas por el Ministerio de Salud, se detectan más de 22 mil casos por año (60 por día), ubicándolo como el tumor con mayor prevalencia en las mujeres.
El diagnóstico temprano sigue siendo la mejor herramienta para evitar las casi 6 mil muertes anuales. Es el tumor más frecuente en la Argentina y el tercero que provoca más muertes. Sin embargo, los avances científicos permiten conocer en forma detallada las características de cada caso y personalizar las terapias.
Tratamientos
La cirugía, la radioterapia y la quimioterapia no perdieron importancia: siguen siendo pilares fundamentales del tratamiento para el cáncer de mama. La diferencia se da en que, durante décadas, las decisiones terapéuticas estuvieron basadas únicamente en factores pronósticos tales como la edad, el tipo y tamaño tumoral, el número de ganglios comprometidos y la presencia o ausencia de metástasis. Pero ya no.
En los últimos años, el avance de la biología tumoral fue modificando paradigmas ya que no solo contribuye a identificar el mejor tratamiento para cada paciente, sino que permite orientar apropiadamente la secuencia de terapias a desarrollar. Si bien, muchas pacientes a las que se les detectó un tumor muestran cierta ansiedad por ser operadas, esa puede no ser siempre la mejor opción: en algunos casos conviene empezar por el tratamiento sistémico y luego pasar a la cirugía. Del mismo modo, recibir quimioterapia es una alternativa válida, pero no para todos.
Riesgo y prevención
Este año el objetivo es fortalecer las acciones destinadas a mejorar el acceso a una atención de calidad, incluido el tamizaje, la detección temprana, el tratamiento y los cuidados paliativos. En este contexto, es crucial la difusión de los factores de riesgo (que pueden ser modificables o no) y las medidas que se pueden tomar como forma de prevención.
“Entre los factores de riesgo no modificables, tenemos la raza y la etnia, siendo mayor en la raza blanca a edades más avanzadas y en pacientes de color a edades más jóvenes.
La historia familiar y los cambios genéticos ocupan un porcentaje menor en el riesgo de contraer cáncer de mama, pero debe ser investigado, ya que de ser detectado, contamos con terapias quimiopreventivas y cirugías de disminución de riesgo que podrán ayudar a evitar la enfermedad”, explica el doctor Luciano Cassab, presidente de la Sociedad Argentina de Mastología.
El uso de anticonceptivos a lo largo de la vida también puede incrementar ligeramente el riesgo. Otros factores modificables tienen que ver con el estilo de vida. La falta de actividad física, la ingesta de comidas con alto contenido graso, la obesidad y el consumo de alcohol o de tabaco también aumentan el riesgo de la enfermedad.
En cuanto a los que se denominan modificables, el experto señala la nuliparidad o el primer embarazo después de los 30 años. “Se sabe que cuanto antes las células de los tejidos mamarios alcancen su máximo grado de diferenciación, estas estarán menos proclives a mutaciones (cambios en su información) y a la generación de neoplasias. Lo mismo ocurre con la lactancia, que tiene un cierto nivel protector. La densidad mamográfica es algo constitucional, una característica propia, pero puede modificarse con los embarazos y la lactancia, volviéndose menos densa que en la paciente nulípara”, agregó el médico.
Antes de los 35 años, durante el control ginecológico anual se realizará el examen físico y, cuando el médico lo considere, se pedirá una ecografía mamaria, como primer estudio. En mujeres sin antecedentes ni síntomas, se indica una mamografía de base a los 35 años y anualmente, a partir de los 40. Cuando la mujer presenta síntomas o algún tipo de anormalidad en las mamas, puede ser necesario comenzar antes la rutina de estudios con imágenes o realizar un seguimiento más continuo.
En mujeres con antecedentes de primer grado (madre, hermana o hija con cáncer de mama) se recomienda realizar el primer control diez años antes de la edad de detección del cáncer del familiar más cercano, que por lo general es a los 30 años. El cáncer de mama es fundamental detectarlo a tiempo para llegar antes de que la enfermedad se anuncie por sí misma ya que los tumores de menos de un centímetro son curables en un 90%.
COMENTARIOS