Cambiar los cuatro neumáticos del auto ya equivale a más de un salario promedio
Según un relevamiento de Democracia por las gomerías, para un vehículo estándar, el juego de cubiertas supera los 130 mil pesos. Y si se trata de un rodado mayor, asciende hasta los 200 mil pesos. Faltan segundas marcas y aún no se normaliza el stock.
“A ver ¿quién te puede prestar un par de cubiertas?”. El diálogo, entre un mecánico y un cliente, por más insólito que parezca, ya es frecuente. Es que, por los altos precios, en Junín ya se prestan neumáticos para poder pasar la Verificación Técnica Vehicular (VTV), una situación que se replica en varias ciudades, donde hasta se llegan a alquilar.
Según un relevamiento de Democracia en las gomerías juninenses y cadenas nacionales del rubro, cambiar las cuatro cubiertas de un auto estándar (rodado 13 o 14) ya equivale a más de un salario promedio completo, en la Ciudad y el resto de Argentina, donde el precio en dólares es de una a tres veces más de lo que cuestan en otros países.
Por ejemplo, para un Peugeot 207, el juego supera los 130.000 pesos (más de $30 mil cada una), “siempre hablando de primeras marcas, ya que ahora, a diferencia de antes, no se consiguen de segunda”, destacaron.
Este valor corresponde a más de un sueldo promedio en nuestro país ($100 mil), cuando en 2017 representaba un poco más del 30% del salario, ya que cada cubierta tenía un importe de entre 800 y 1000 pesos, lo que da un incremento del 3 mil por ciento, superando por mucho a la inflación oficial que fue de un 300%, en los últimos 5 años.
Y si se trata de un auto con un rodado mayor, por ejemplo, de 195-60-15, las cuatro cubiertas trepan hasta los 200 mil pesos, aunque con rebajas en efectivo se consiguen por 186.000 pesos y también se puede financiar, en algunas gomerías, con tarjeta de crédito, en doce cuotas (Ahora 12), con una tasa anual del 32 por ciento.
Recapado, alquiler, aprovechar un viaje a algún país limítrofe para hacer el cambio en el exterior, con un precio significativamente menor, son distintas opciones que barajan los automovilistas para no sufrir tanto el impacto en el bolsillo.
Los altos costos
Así están los valores de los neumáticos en el país y no son precisamente por la incidencia de la cadena comercial que, por el contrario, sufre esta situación al competir contra una creciente informalidad, sino por el precio al que los fabricantes nacionales y las marcas que importan los colocan en el mercado.
Lo que ocurre con el valor de las cubiertas es algo único que contradice, inclusive, las leyes de una economía devaluada en otros rubros. Como se conoce, en términos de dólares la Argentina está “regalada”.
Ello explica el contrabando de mercadería en las fronteras, pero en el caso de las gomas se da todo lo contrario: los precios llevados a moneda dura sorprendería inclusive a bolsillos con mucha mayor capacidad de compra que el de los argentinos. El costo de los neumáticos volvió a estar en el tapete a partir del prolongado y duro conflicto entre los afiliados al gremio Sutna y los tres fabricantes nacionales: Fate, Pirelli y Bridgestone.
En el fragor de la pelea, el sindicato dejó trascender que los salarios tenían una incidencia menor en el costo de cada neumático, mil pesos por unidad (otros hablan del 2 por ciento) un mensaje directo a un consumidor que desespera cada vez que tiene que cambiar dos o cuatro bandas de rodaje en sus vehículos.
La problemática del precio dispara varias consecuencias: la principal para los conductores es asumir el riesgo de circular con neumáticos deteriorados; otra, intentar adquirirlos por fuera del circuito (los conocidos viajes de compra a Paraguay o Chile) y, finalmente, adquirir gomas usadas, en mejor estado, cuya procedencia se desconoce, aunque las compañías aseguradoras lo presienten en sus cuadros financieros.
Diferencias enormes en dólares
En este sentido se cotejó el precio de lo que se paga en la Argentina para los seis rodados más utilizados en automóviles y camionetas, con el valor de los mismos productos o de similares prestaciones, en EEUU (el mercado más competitivo de América) y Brasil, donde varias marcas tienen fábricas desde donde proveen a nuestro país.
Los resultados son sorprendentes. Salvo en una línea de productos donde la distancia de precios se ubica en el 57% en dólares, para el resto la diferencia va del 100 al 300 por ciento, sin que medie una explicación razonable, salvo por el hecho de que la Argentina es un mercado prácticamente cerrado para este tipo de bienes. A punto tal es que las marcas vienen sugiriendo a las gomerías que se respeten los precios mínimos de venta.
La situación se complica todavía más cuando se compara el poder adquisitivo del salario mínimo en el país contra el valor de las cubiertas. Ese ingreso medido a dólar turista se ubica en los 176 dólares, mientras que el neumático más económico, en el rodado 185/60/15, utilizado por una amplia gama de vehículos, alcanza los 184 dólares.
En Brasil, con el salario mínimo situado en 225 dólares, alcanzaría para comprar 1,2 neumático de esas características, pero al valor de la misma cubierta en ese país en realidad un asalariado podría adquirir dos unidades. En Estados Unidos, donde los salarios se pagan por hora, para un trabajador con ocho horas de trabajo por 22 días (2.500 dólares) compraría 28 unidades del modelo más barato y 21 del más costoso en ese tamaño.
Peor para camionetas
Pero el caso descripto es en realidad “el mejor de los casos” para un asalariado argentino. En el resto de la gama de cubiertas la relación es todavía más desproporcionada.
En un neumático de fabricación nacional rodado 205/55/R16, el costo en la Argentina es de 380 dólares. Vale casi 100 en EE.UU. y también en Brasil. En las cubiertas de gama alta, que se utilizan para las camionetas, las distancias son, asimismo, significativas. El modelo 265/65/R17 tiene un precio coincidente de unos 240 dólares en EE.UU. y Brasil. En Argentina, ese precio va de los 449 a los 602 dólares.
Extrañamente, el actual gobierno desde que asumió en 2019 no ha puesto la mirada sobre el precio de los neumáticos cuando sí lo ha hecho en el valor de los alimentos, bebidas y artículos de higiene, tal como lo indican las distintas y fracasadas versiones del programa Precios Cuidados.