Masas de confitería de elaboración artesanal.
Masas de confitería de elaboración artesanal.
PASTELERÍA TRADICIONAL

Marcelo Calderón, cuarta generación de pasteleros que hizo base en Junín

Luego de haber estado en varias ciudades de nuestro país, por cuestiones de la vida, se enamoró de Junín y junto a su esposa puso una “patisserie” en nuestra ciudad.

Marcelo Calderón, de La Perla del Oeste patisserie, es un pastelero que aprendió el oficio de su familia, con raíces europeas, siendo el pionero su bisabuelo Arturo Calderón, que tenía una pastelería en Bilbao. Desde el local ubicado en General Paz 49 se elaboran verdaderas exquisiteces en materia de repostería y confitería artesanal, con los sabores de la pastelería tradicional.

“Yo soy cuarta generación de pasteleros. Mi bisabuelo era panadero y pastelero en Bilbao. El oficio en  mi familia se transmitió de generación en generación, y en 1950 aproximadamente, mis padres y sus hermanos comenzaron en Bahía Blanca y abrieron un local, puesto que ya habían aprendido de pasteleros franceses”, explicó Marcelo.

“Todas las recetas de esa época se fueron aplicando en distintos locales que integrantes de la familia fueron abriendo. En cada local se ponía un nombre especial al postre que lo caracterizaba y yo le puse El Juninense. Lo que hacemos es una pastelería antigua, que se elabora artesanalmente en base a recetas tradicionales, que en nuestro caso provienen de mi familia”, apuntó.

El entrevistado conoció Junín hace diez años aproximadamente, cuando quedó ‘flechado’ por la ciudad y su balneario en la Laguna de Gómez, pero residía en Capital Federal y ejerciendo como abogado. Desde hace dos años vive en Junín junto con su esposa. “Estuve internado con Covid muy grave y cuando me recuperé decidí quedarme acá para siempre. El Día de los Enamorados, 14 de febrero de 2021, puse una pastelería. Nos encantó Junín”, dijo. El nombre de la pastelería, en realidad hubiera sido La Perla del Noroeste, como le dicen a Junín, pero como era muy largo, Marcelo le puso La Perla del Oeste. “Para mi sorpresa, vecinos me comentaron que acá hace muchos años existió una confitería muy conocida que se llamaba La Perla y que hacía pastelería muy parecida a la nuestra”, comentó. 

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