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EL NUEVO MAPA INMOBILIARIO

Junín: una ciudad que crece mirando al sur

A partir del boom de la construcción que se dio en los últimos años, los barrios ubicados en este punto cardinal fueron los que adquirieron un mayor desarrollo. De esta manera, Gregorio González es el vecindario que más progresó, en conjunto con sus espacios aledaños y las zonas de quintas del Camino al Balneario y Cerrito Colorado.

A partir del boom de la construcción que comenzó en 2003 y que, con mayor o menor intensidad, continúa hasta la actualidad, el mapa inmobiliario de la ciudad se modificó notablemente.
Desde entonces, la zona sur adquirió un desarrollo muy marcado, cuyo principal beneficiario fue el barrio Gregorio González y sus aledaños, Nuestra Señora del Carmen y Eusebio Marcilla, además de 9 de Julio y Nuestra Señora de Fátima, sumado a las zonas de quintas, principalmente en el Camino al Balneario y Cerrito colorado.
Esta situación muestra que el sur de la ciudad es el área que más progresó y en ello influyeron una serie de factores concurrentes que originaron este panorama.
El martillero Mario Garzillo explica que “en general, las ciudades están programadas para crecer hacia el norte y acá las primeras casas quintas y el Country Club se hicieron rumbo a Roca, porque ese era el proyecto inicial. Pero pasaron dos cosas: la Laguna de Gómez se transformó en un centro de miniturismo muy importante, y además está la gran obra del padre Gregorio González, que hizo que llegaran los servicios y el asfalto al Padre Respuela, lo que le fue dando mucha más vida a ese sector. Y hoy los servicios llegan casi hasta el Barrio Real”.
Su colega Hugo Retta agrega que otro punto que incidió para que esto se dé así es que “una de las principales rutas del país pasa muy cerca y, además, porque históricamente el casco de la ciudad, el centro, estuvo asentado en la zona sur. Porque primero fue en el Cerrito Colorado y después se trasladó para donde está hoy, aunque siempre prevaleció el sur donde están las vías hacia la Capital Federal. Además, la obra de infraestructura del Canal del Norte colaboró para que la gente se interesara más en ese sector que tenía menos desarrollo y eso contribuyó para que ahora se vean construcciones en las dos bandas del Camino al Balneario, cuando antes se veían solamente de un solo lado -que es el derecho-, yendo en dirección al Parque Natural”.
A esto hay que sumar el hecho de que “se trata de barrios que tenían lotes libres”, como especifica el martillero Cristian Márquez.

Otros sectores

Los profesionales consultados por DEMOCRACIA coinciden en que otros sectores que han tenido desarrollos importantes son los barrios El Picaflor, Pueblo Nuevo, y barrio Belgrano, especialmente en las calles más cercanas a los cruces de las vías del ferrocarril, como Roque Sáenz Peña, General Paz, Juan B. Justo, Padre Ghío, Siria y República Libanesa.
En esto tuvo una gran influencia la consolidación de la universidad como centro educativo de referencia en la región.
Es por eso que se dio en los vecindarios antes mencionados una notable proliferación de complejos de departamentos de uno y dos ambientes, producto de la demanda de ese tipo de vivienda por parte de los numerosos estudiantes que vienen a la UNNOBA.
Adicionalmente, este escenario hizo que se achicara la diferencia de precios entre los inmuebles de uno y otro lado de la vía, que anteriormente era muy marcada y hoy en día es menor.
En tanto, las zonas de quintas, que antes eran espacios de fin de semana, se han convertido en muchos casos en viviendas permanentes, principalmente en Camino al Balneario y Cerrito Colorado.

Qué pasa en el norte


En este marco, no hay zonas de la ciudad que no hayan crecido, aunque están las que lo hacen de manera más lenta. Ellas son las que se ubican -como contrapartida al progreso sureño- en el norte.
Retta señala que hacia ese lado “se crece menos, a un ritmo más pausado, los barrios como La Celeste o General San Martín son de lento crecimiento, porque también le falta algo de infraestructura”.
Para Garzillo, una de las causas de esta diferencia radica en que hubo una planificación gubernamental que hizo que “en la zona norte de la ciudad proliferaran los barrios de viviendas sociales y eso le dio otro perfil al sector”, y agrega que “todos los barrios, a un ritmo más lento o más rápido, crecieron. Tal vez el sector más relegado sea el que está delimitado por Rivadavia, Ruta 188, Italia y Dulbecco o Sanabria”.
En tanto, el área de quintas del lado norte tampoco tuvo un desarrollo parejo como el que tuvo el sur. Márquez comenta que “esa era una zona de quintas, huertas, viveros y chacras”, y aún se pueden ver algunos de estos emprendimientos, por lo que el desarrollo inmobiliario es menor.

Oportunidades


Actualmente, dadas estas circunstancias, resulta difícil elegir un barrio económicamente accesible para quien quiere construir su casa -por fuera de los inversionistas del negocio inmobiliario-, puesto que los lugares más desarrollados son muy caros, y los menos costosos suelen contar con una menor  infraestructura de servicios.
En este contexto, Retta considera que la zona que comprende Villa del Parque y el Junín Golf Club es un espacio con una proyección relevante: “Hay una hondonada que no favorece a ese sector y además por ahí hay algunos asentamientos precarios que la gente trata de evitarlos a la hora de la inversión. Sin embargo yo creo que la zona del Golf y Villa del Parque se va a poner interesantes en el futuro. Sabemos que por Lartigau se están haciendo algunos loteos importantes y me parece que, a pesar de algunas dificultades puntuales, hay interés”.
Garzillo agrega otro sitio de interés en la misma zona, que es el barrio Rincón del Cielo, ubicado al sur del Golf, una zona “que también se está poblando, de a poco, porque hay todavía muchos terrenos libres, pero llevaron el gas natural, pasa el recolector de residuos, y es un lugar en el que se puede adquirir un lote de mil metros a unos 18 mil dólares”.
Aunque si se trata de buscar “una perla”, Garzillo tiene otra idea: “Si yo tuviera entre 26 y 32 años, me compro un lote de mil metros en Agustín Roca por 12 o 13 mil dólares, con todo el apoyo del pueblo, en donde tengo el gas natural y la electricidad en la puerta, y estoy a sólo 10 kilómetros de Junín”.

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