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RECORRIENDO LOS BARRIOS

Vecinos de Larrory reclaman por más servicios

Completar la red de cloacas, extender el gas natural para el 50% que aún no lo tiene y asfaltar las calles que cuentan con mejorado son las principales demandas de los residentes de este pequeño sector de 8 manzanas ubicado al noroeste de la ciudad. El tránsito es otro tema de preocupación entre los lugareños.

A solo 15 cuadras del centro comercial de la ciudad se encuentra el barrio Larrory, delimitado por las avenidas Intendente de la Sota y Alberdi, y las calles Bozzetti y Lavalle.
Se trata de un vecindario de apenas ocho manzanas, ubicado al noroeste del Hospital Interzonal General de agudos “Abraham Piñeyro”, en el que gracias al esfuerzo y la constancia de sus residentes, se logró que muchos de los principales servicios básicos lleguen a ese sector.
Sin embargo, una cuadra quedó sin conexión a las cloacas, mientras que la mitad del barrio carece de gas natural, una situación que se traduce en permanentes reclamos a las autoridades competentes, a fin de alcanzar la totalidad de las prestaciones más importantes para todos los vecinos.
Adicionalmente, el asfalto también se constituye en un anhelo para la gran mayoría de los moradores del lugar, que aún no cuentan con este beneficio.

El barrio

Los vecinos más memoriosos recuerdan que hace un par de décadas este barrio estaba bastante despoblado y carecía de muchas prestaciones básicas.
“Yo estoy hace 30 años por acá y ahora se ha llenado, pero hace unos años esto estaba prácticamente abandonado”, señala una moradora de la zona.
Según dicen los “históricos”, mucha gente se fue a vivir para ese lugar en los últimos diez años y de hecho, hay muy pocos terrenos disponibles porque se hicieron numerosas construcciones nuevas.
Es por ello que la zona se fue poblando con muchas familias jóvenes, cuyos hijos concurren, en general, a las escuelas 41, 21 y 19, que son las más cercanas, aunque ninguna está a menos de diez cuadras del barrio. En este sentido, hay residentes que se lamentan por no tener una institución educativa más cerca.
De acuerdo al testimonio de un vecino de años en el lugar, “éste es un barrio tranquilo, la gente que vive acá es toda de primera, gente de trabajo”.

Agua y cloacas

La totalidad del barrio cuenta con el servicio de agua corriente y en referencia a la red de cloacas, más del 90% está conectado al caño maestro.
Daniel Carballo, presidente de la sociedad de fomento, cuenta que solamente falta esta prestación en una cuadra de la calle Telésforo Chávez, entre Lavalle y Larrory.
“Hace ocho años que la estamos pidiendo, ya se habló con todos los vecinos, nos prometieron que se iba a hacer una reunión, pero nunca se cumplió”, se lamenta el dirigente.
De acuerdo a su relato, fueron varios los encuentros con las autoridades para solucionar este asunto, aunque en todos los casos los resultados fueron nulos: “Yo tuve reuniones con (el jefe de Obras Sanitarias Municipales) Alberto Massa y la última vez me dijo ‘andá tranquilo que vas a quedar bien con la gente del barrio porque te vamos a cumplir y vamos a darle los caños a los vecinos de pocos recursos que los necesitan para hacer los cruces’, pero eso no llegó nunca. Es solamente una cuadra la que falta. Nosotros ya habíamos hecho el consorcio, se había hablado con los frentistas, se inició el expediente, pero no vienen. La última vez me dijeron que espere dos meses, y ya pasaron cuatro. Al final, el vecino se la agarra conmigo porque suponen que uno no va a hablar, que no hace fuerza”.

Otros servicios

La mitad del barrio -aproximadamente- tiene gas natural, y aunque se les había prometido que sería cubierto en su totalidad, esto no llegó a concretarse.
Ahora, deberán esperar la construcción de la tercera planta de rebaje para que este beneficio alcance a todos los moradores del lugar.
En cuanto al alumbrado público, todas las cuadras cuentan con luminarias colgantes, “pero cuando se rompe o se quema algún foco, demoran mucho en cambiarla”, advierte Carballo.
En tanto, el asfalto es otra materia pendiente en esta zona. Hace un tiempo se hizo una obra de mejorado y cordón cuneta en todas las calles y en ese entonces les explicaron que en una etapa posterior, llegaría el pavimento.
“Pero nos dieron tres cuadras -remarca Carballo-; insistimos mucho con este tema, pero no nos lo resuelven. De hecho, un grupo de vecinos fue por las suyas, porque pensaban que nosotros como sociedad de fomento no reclamábamos, y a ellos les prometieron dos manzanas, pero hicieron un par de cuadras y cortaron”.
Actualmente, hay asfalto en las calles que limitan al barrio: Alberdi, Intendente de la Sota y Lavalle. Dentro del barrio, hay una cuadra pavimentada, en Larrory entre de la Sota y Bentancourt, y otras dos en Bentancourt, entre Lavalle y Alberdi.
Carballo agrega que “uno ve que los barrios de alrededor están todos asfaltados, sin embargo nosotros no tenemos esa posibilidad, yo no sé si hay algo en contra de este barrio”.

Más temas de interés


En general, los vecinos coinciden en hablar de éste como un barrio “tranquilo”, aunque esa serenidad no impide que la inseguridad esté presente en el lugar, “como en todos lados”, según definen.
De hecho, se han producido algunos hechos que ponen en alarma a los lugareños, como el asalto a un almacén del vecindario no hace mucho tiempo.
Sin embargo, destacan que más allá de que existen inconvenientes, se advierte la presencia policial en la zona y desde que se adquirieron los nuevos móviles, se ven aún más patrullajes en el lugar.
Otro punto sobre el que los residentes del lugar manifiestan su preocupación, es el del tránsito. Es que al peligro que se observa en las avenidas Intendente de la Sota y Alberdi, donde los vehículos muchas veces desatienden las normas, hay que agregarle la calle Bentancourt en la que, después de haber sido asfaltada, los automóviles suelen circular a alta velocidad.

Sociedad de fomento


Desde la comisión directiva de la sociedad de fomento del barrio Larrory lamentan el hecho de que no cuenten con una sede propia donde poder desarrollar su actividad.
En varias oportunidades fue hecho el pedido al Municipio, pero al no haber terrenos fiscales en el lugar, la concreción de un lugar para que funcione la entidad está muy lejos.
Al carecer de un lugar físico, las reuniones se hacen en las casas de los fomentistas, los cursos y talleres promovidos por la Municipalidad no pueden llegar a los vecinos y, por todo esto, la institución no cuenta con socios que colaboren con ella. “No le podemos cobrar al vecino si no le podemos ofrecer nada”, explican.
Por todo, Carballo concluye: “Nos da impotencia el hecho de no tener un lugar en donde pudiéramos llevarle propuestas a los vecinos”.

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