La soja alcanzó un nuevo récord, pero en Junín los productores aseguran que no impacta en el precio que reciben “por las distorsiones”.
EL CAMPO, CON POCAS EXPECTATIVAS

Sube el precio de la soja, pero en Junín el sector rural relativiza el impacto

La cotización de la oleaginosa en el mercado de Chicago superó ayer los 653 dólares, lo que representa un nuevo récord histórico. Sin embargo, productores agropecuarios y dirigentes de entidades afirmaron que no se traduce en beneficios para los chacareros.

La cotización de la soja en el mercado de Chicago superó ayer los USD 653, lo que representa un nuevo récord histórico. El dato es una muy buena noticia para la Argentina, uno de los principales jugadores mundiales en el negocio sojero. 

Sin embargo, los productores rurales de Junín consultados por Democracia aseguran que esta situación no representa necesariamente un beneficio para el sector, ya que el Estado se queda un porcentaje elevado de la rentabilidad.  

Por cuarta jornada consecutiva el precio de este commoditie operó en alza. Este jueves creció casi USD 14 y alcanzó los USD 653,20, con lo que rompió la marca histórica de USD 651 del 4 de septiembre de 2012. Desde que comenzó este año, el valor de la soja subió 31%, según surge de los datos del sitio Agrofy.

Andrés Moutous, presidente de la Sociedad Rural de Junín (SRJ), afirmó a Democracia: “Siempre que suba el precio de la soja, beneficia a todos los productores, sobre todo con el problema que tenemos por el diferencial del tipo de cambio, del dólar real al oficial, y las elevadas retenciones. En realidad, beneficia al país, por el mayor ingreso de divisas, con la cantidad de divisas que nos hacen falta, ya sea para la economía interna como para poder afrontar las importaciones”. 

Rosana Franco, titular de la Federación Agraria Argentina (FAA) Filial Junín, afirmó a Democracia: “Con este precio el primer beneficiado es el Estado, por los derechos de exportación”. Y amplió: “El productor buena parte de su cosecha la vendió para pagar insumos, alquileres, bienes de uso. Además, se cosechó menos de lo normal. Mayor precio no significa mayor rentabilidad, porque además los insumos están dolarizados y cuestan un 300 por ciento más que el año pasado”. 

Rodrigo Esponda, productor agropecuario y concejal de Juntos, afirmó a este diario: “No impacta en los productores, porque la soja sigue valiendo 51 mil pesos, con lo cual las subas no se reflejan a nivel local, por las distorsiones, no solo por el precio del dólar sino también por las retenciones. De los 653 dólares que tocó la soja, en la Argentina valen 51 mil pesos. Evidentemente, la diferencia entre lo que recibe un productor en Brasil, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Perú, es completamente diferente de lo que recibimos los argentinos. Por eso insistimos tanto en que los precios ya están desacoplados, es solo un discurso que no ayuda ni a bajar los precios ni a aumentar la producción”. 

Alejandro Barbieri, productor agropecuario de Junín, afirmó a este diario que “de esos 650 dólares, el productor llegar a convertir en dólares reales 240, o sea que 410 dólares se los queda el Estado entre retenciones y diferencial cambiario; ahí está el gran robo del siglo”. Y agregó: “Por otro lado, a esos 240 dólares tenés que restarle todos los demás impuestos, como Ganancias. Y el otro gran problema que tenemos hoy es la falta de insumos, la falta de gasoil en plena siembra de la fina y los demás insumos, que están aumentando en demasía y cuesta conseguirlos”.

Analistas indicaron que las subas se fundamentan en la expectativa de los operadores en ver hoy un nuevo ajuste de las existencias finales estadounidenses 2021/2022 en el informe mensual del USDA. Ese convencimiento se basa en las buenas ventas de las semanas precedentes y en la ralentización de las exportaciones de Brasil, indicó la consultora Granar. A eso se sumó el informe semanal sobre las exportaciones de los Estados Unidos, en este caso para el segmento del 27 de mayo al 2 de junio.

El USDA relevó ventas de soja 2021/2022 por 429.900 toneladas, por encima de las 111.600 del reporte anterior y dentro del rango previsto por los operadores, de entre 100.000 y 500.000 toneladas. Las ventas 2022/2023 fueron relevadas en 595.300 toneladas, por encima de las 284.000 de la semana pasada y dentro del rango esperado por los privados, de entre 200.000 y 700.000 toneladas.

Incentivo
La suba en los precios puede ser un incentivo para que los productores vendan el existente de soja actual, calculado en unos USD 9.000 millones de exportaciones. El productor solamente recibe 32% del precio lleno debido a las retenciones -del 33%- y la brecha cambiaria.

El principal complejo exportador en el último año fue el sojero, que alcanzó en total despachos al exterior por USD 23.719 millones, y superó en 62% la marca del 2020. De esta forma, registró su mejor desempeño de la historia contra el récord previo del 2014, con USD 20.814 millones, indicó la Bolsa de Comercio de Rosario. El complejo de soja por sí solo representó el 30% de las exportaciones argentinas en 2021, incrementando su participación respecto de 2020 (27%) y alcanzando su mayor proporción desde el 2016 (33%).

La proyección para este año es de USD 41.499 millones, USD 3.450 millones por encima del 2021, y el complejo sojero será otra vez el más importante. Generará divisas por USD 24.000 millones, USD 380 millones más que hace un año. Esto se da pese a que la producción caerá 12% con relación al ciclo pasado, cuando se había trillado 48 millones de toneladas. La harina de soja (principal producto de exportación) aportaría USD 12.400 millones; el aceite de soja, USD 8.200 millones; el poroto, USD 1.700 millones; y el biodiésel, USD 1.700 millones.

Retenciones 
La participación del Estado en la renta agrícola llegó al 61,5% este mes, para el promedio de los cultivos de soja, maíz, trigo y girasol. Esto quiere decir que por cada $100 de renta que genera una hectárea promedio, $61,50 se va en impuestos, sean nacionales, provinciales o municipales, de acuerdo con un informe elaborado por la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de la Argentina (FADA). Ese trabajo reveló además que mientras que el promedio ponderado de cultivos a nivel nacional es de 61,5%, la participación del Estado en soja es del 68,4%, maíz 53,9%, trigo 50,4% y girasol 44,8%.

Sin embargo, FADA aclaró que la participación del Fisco en las ganancias el agro fue en junio 3,4% más baja que en marzo de este año, a raíz de la suba de precios y de los rendimientos, ya que en el tercer mes del año se esperaban mayores impactos por la sequía de los que finalmente se registraron. Así, los dos factores hacen crecer la renta agrícola y la participación de los impuestos baja, en este caso del 64,9% al 61,5%.

No obstante, la entidad explicó que si bien la participación porcentual de impuestos en la renta baja, la cantidad de impuestos en pesos que pagó una hectárea promedio entre la estimación de marzo y junio se incrementó. En el caso de soja, los impuestos nacionales que paga una hectárea pasan de $74.250 a $89.986, en maíz de $45.316 a $54.480, en trigo de $26.209 a $38.069 y en girasol de $22.306 a $42.693.

"Aquí queda claro que una mejora de precios o una mejora en los rindes, se traduce automáticamente en un mayor nivel de recaudación fiscal, principalmente de impuestos nacionales como derechos de exportación y Ganancias, que tiene una correlación directa con los ingresos y la rentabilidad", evaluó FADA.

Por otra parte, señaló que el tipo de cambio se ha atrasado respecto a la inflación, incrementando los costos de producción al medirlos en dólares: "Un escenario malo para cualquier actividad exportadora", alertó la Fundación. En ese sentido, ejemplificó que el costo de la cosecha se incrementó un 83% en pesos en los últimos 12 meses, mientras que el tipo de cambio oficial solo subió 26,7% en el mismo período; esto significa que ese costo aumentó un 44,5% en dólares.

 

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