El concejal del Frente de Todos (FDT) José Bruzzone participó del ciclo político Reporte Especial, por TeleJunín, y consideró que el espacio tiene las mismas motivaciones que en 2019: impedir que vuelva el neoliberalismo al gobierno. Admitió que la política está dando malas señales a la economía, pero aseguró que la situación actual difiere de la crisis del macrismo.
“Nadie desea el déficit fiscal. De hecho, en los mejores años del kirchnerismo tuvimos superávit fiscal y comercial y fue cuando más soberanos fuimos en política económica, y hasta internacional. Siempre fue contraproducente en la Argentina bajar la inversión social y la asistencia. A lo mejor lo que hay que hacer es aumentar los ingresos presionando sobre los sectores que fueron más beneficiados con el festival de 2015-2019, que es lo que se está discutiendo en el Congreso”, afirmó.
“El ajuste no tiene que recaer sobre los de más abajo ni detener el crecimiento. Se pueden obtener recursos de guaridas fiscales donde se fugaron los dólares en el gobierno de Macri”, agregó.
Sobre un eventual aumento de las retenciones al campo, afirmó: “El objetivo es despegar el precio internacional del precio interno, sobre todo en condiciones anómalas, con una guerra. Si el trigo duplicó su precio internacional, un trabajador argentino no puede pagar el golpe de suerte que, a lo mejor, tuvo el productor”.
Inflación
“La inflación es un fenómeno multicausal, pero hay grupos económicos en guerra con el Gobierno, que están dispuestos a impedir que el Gobierno reparta el PBI en toda la escala social. Entre 2003 y 2015, el 10 por ciento de lo que se produce en la Argentina se le capturó a los grupos más concentrados y se distribuyó entre la clase media y las clases populares. Basados en esa experiencia, estos grupos, ya el 10 de diciembre de 2019, estaban en pie de guerra para impedir que eso pase ¿Cuál es la herramienta que tienen para hacerlo? La inflación. Tuvieron la pandemia y, sobre ese marco, cabalgan forrándose en plata con estos aumentos inflacionarios, mientras se hacen las víctimas.
-¿Pero por qué no ocurre lo mismo en otros países, donde la inflación es más baja?
-A lo mejor el grado de concentración no es el de acá, donde hay muy pocos actores que explican los precios de toda la góndola de alimentos. Son grupos de poder muy difíciles de enfrentar desde un gobierno, sobre todo con una conciencia social tan débil. Urge bajar la inflación, es cierto, y creo que gran parte de la clave es recomponer las reservas.
-La política no da las mejores señales para cambiar las expectativas.
-La política nacional está dificultando el desarrollo económico; tanto el oficialismo como la oposición no ayudan a calmar las aguas.
-¿Se discute poder o ideología en el Gobierno?
-Creo que se discute más poder, que ideología. Sin embargo, hay un país en marcha, que produce, que invierte, que le encuentra la vuelta incluso al salto inflacionario. Cuando me dicen que el país está peor que en 2019, digo bueno, ‘no sé qué país están viendo’, porque salgo de este estudio, camino por Rivadavia hasta la municipalidad y no encuentro locales vacíos, y lo mismo en Roque Sáenz Peña. Es cierto, con bajón de consumo, con cierta restricción en las ventas, pero comparado con 2019, que veníamos de un estancamiento espantoso, esto no es lo mismo.
-¿El Frente de Todos va a ir unido a las próximas elecciones?
-La motivación que nos unió en 2019 no desapareció, en ese momento fue no darle un nuevo período al neoliberalismo de Macri. Y esa amenaza no desapareció, está latente, con lo cual me parece que el Frente de Todos tiene su razón de ser y sería un suicidio nacional regalar ese espacio para que vuelva a gobernar la derecha.
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