Con la caída de los contagios de Covid, este año la gripe ha recuperado protagonismo presentándose de una forma poco común. Y es que no sólo lo hizo en forma temprana, con un primer brote antes del inicio del otoño, sino con una mayor cantidad de casos graves, sobre todo en niños pequeños. Sin embargo, como explican especialistas, no es que el virus de la influencia se haya vuelto más fuerte sino que se trata de otro de los efectos de la pandemia sobre el sistema inmunológico de la población.
Al haber sido desplazada junto a otras enfermedades respiratorias por el coronavirus, aumentó la cantidad de personas con menos inmunidad frente al virus de la influenza, por lo que toda la población se volvió más vulnerable a él.
De ahí la importancia particular que tiene este año la campaña de vacunación antigripal, que el Ministerio de Salud resolvió adelantar justamente para hacer frente a este escenario mientras sus epidemiólogos vigilan expectantes su evolución.
Incluso en muchas localidades aseguran que creció la demanda de vacunas antigripales por parte de personas que no pertenecen a los grupos de riesgo.
Atilio Villani, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Junín señaló que esperan más partidas: “No nos llegaron todas las vacunas que deberían llegar. Hay escasez de vacunas, respecto de otros años. Van llegando por tanda”.
Un virus impredecible
Si bien tras un arranque temprano y sorpresivo los casos de gripe -que habían aumentado durante la primera quincena de marzo- disminuyeron a lo largo de las últimas dos semanas en todo el país, lo cierto es que hoy nadie se anima a asegurar cómo van a seguir.
“Los casos de influenza disminuyeron. Es un comportamiento bastante común de los virus respiratorios pero es difícil predecir qué va a pasar teniendo en cuenta que circuló en un momento del año que nunca había circulado antes”, explica Analía Rearte, directora de Epidemiología e Información Estratégica del Ministerio de Salud.
“La influenza es impredecible. Estuvimos dos años muy aislados, con una baja circulación viral. Ahora, esta cepa está afectando a los más chicos, los niños menores de cinco y, particularmente, menores de dos que son los que estuvieron en casa y prácticamente no tuvieron contacto con el virus. Esto realmente ha generado una población bastante desprotegida en cuanto a la inmunidad previa”, coincide en señalar Gabriela Tapponier, secretaria de la Sociedad Argentina de Infectología Pediátrica y miembro de la Sociedad Argentina de Pediatría.
Ya en febrero pasado, tras la sorpresa un primer brote temprano de gripe en todo el país, el Ministerio Salud salió a alertar a la población sobre el aumento de casos con complicaciones en menores de 5 años, un fenómeno que si bien aparece asociado al aislamiento de la pandemia sería multicausal.
Niños sin defensas
“Los niños no generaron defensas y por eso es grande el impacto en el número de contagios”, dice la médica pediatra Angela Nakab, quien asegura que la gripe no es la única enfermedad viral estacional que afecta a los niños por estos días. “Lo que se está viendo es lo esperable luego de dos años de poco contacto social. Tenemos muchos casos virales estacionales como rinitis, bronquitis, faringitis, y también gripe, todos derivados del virus de la influenza”.
“Vemos en las últimas semanas predominancia de consultas por casos de Influenza A en niños. Es un estado viral, que puede durar entre 7 y 10 días y que en algunos casos severos puede terminar con la internación”, cuenta su colega, Luciana Bellone al detallar que “los niños pueden presentar fiebre, náuseas, complicaciones para respirar y molestia corporal”.
“La sintomatología es recurrente: fiebre, decaimiento, dolor corporal, resfrío; y la devolución médica es similar, cuadros virales respiratorios que en algunos casos se analizan y en otros, cuando son leves, se transitan con antifebriles y reposo”, agrega Nakab.
Instan a vacunarse
Dado el riesgo particular de que se presenten complicaciones tanto en niños como en adultos con factores de riesgo, el Ministerio de Salud instó nuevamente a las personas comprendidas entre los grupos más vulnerables a aplicarse la vacuna antigripal.
Se indica para personal de salud, adultos mayores de 65 años y lactantes, que reciben su primera dosis cuando tienen entre 6 y 24 meses y la segunda dosis 4 semanas después de la primera.
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