Emilia Cicoria, diseñadora gráfica y creadora de “María Semilla”.
CREADORA DE “MARÍA SEMILLA”

Emilia Cicoria: “Me gusta dar un mensaje de amor e inclusión, eso me interpela mucho”

La diseñadora gráfica es reconocida por sus trabajos en redes sociales, en donde tiene miles de seguidores. A su vez, vende sus productos y transmite un mensaje con humor gráfico. Tras el lanzamiento de su libro, visitó la redacción de Democracia para dialogar sobre su presente y sus proyectos.

Emilia Cicoria supera las fronteras físicas y digitales con su humor gráfico y mensaje conciliador. Oriunda de Junín, la diseñadora gráfica recorre cientos de kilómetros con sus obras publicadas en sus redes sociales, en donde tiene más de 59.000 seguidores.
En diálogo con Democracia, la artista desanduvo sus propios pasos, adelantó sus proyectos y dio detalles exclusivos del lanzamiento de su primer libro, ya a la venta en las librerías del país.

Cambio radical
María Semilla marcó un antes y un después en la vida de Emilia. Al hablar de su pasado, la artista decide trazar una tajante separación a partir del nacimiento de su marca registrada.
Según explicó, de joven siguió al pie de la letra lo dispuesto para una persona de su edad. “Era una chica común”, detalló Emilia, quien, tras finalizar el colegio secundario se mudó a Capital Federal a iniciar sus estudios universitarios. En la gran ciudad eligió Diseño Gráfico, y abandonó su hobbie, dibujar. 
“Me habían dicho que si me gustaba dibujar, esa era la carrera para mí”, destacó Emilia. Sin embargo, el plan de estudios no se adaptaba a su pasión, y la academia era poco coherente con sus ambiciones.
“No me podía proyectar trabajando de eso, y no entendía para qué era la carrera”, admitió.
La situación la impulsó a tomar una decisión, acompañada por su familia: dejó sus estudios temporalmente y se embarcó en un viaje de trabajo a Australia. Fue precisamente en dicha travesía, que duró un año, donde desplegó su arsenal creativo y comenzó a generar ilustraciones humorísticas, tal como acostumbraba en su adolescencia.
Confiar en sí misma fue determinante. “Antes me sonaban chistes en la cabeza y me daban ganas de dibujarlos, pero no me animaba”, detalló Emilia que luego creó una marca y la patentó. “Capitalicé todo lo que había aprendido en la carrera y creé un concepto”, explicó. Así nació María Semilla.
La progresión de los sucesos fue vertiginosa, al igual que los tiempos en Internet. Cuando los trabajos de Emilia comenzaron a circular en las redes sociales, la popularidad no tardó en llegar, lo que decantó en el volumen de seguidores que hoy tiene la cuenta, y la demanda de los productos y obras de María Semilla.

Una semilla para la inclusión
En su perfil de Instagram, la artista se presenta como “profeta de la risa y la inclusión”. El humor gráfico no es la única arista de su trabajo, y según explicó, sus obras apuntan a dejar un mensaje diferente.
En dicho sentido, ampliar el horizonte de sus producciones fue un cambio importante en su trabajo. “Hacía reír a la gente, pero sentía que me faltaba algo”, detalló la artista.
En 2017, una seguidora le escribió un mensaje que a Emilia le significó un viraje particular en su carrera. Se trataba de una madre de un nene con diagnóstico de autismo, que le explicó que él podía comprender ciertas frases a través de los dibujos de María Semilla, que estaban en su casa pegados en la heladera.
Particularmente, el mensaje rezaba: “No suelo escribir por acá. Pero quiero agradecer tus dibujos, tengo imanes de tus ilustraciones y te descubrimos. Mi hijo tiene síndrome de Asperger y se ríe con tus chistes. Y me dice que son tal cual él los visualiza cuando escucha algunas palabras. Y usa tus ilustraciones para explicarnos como él ve las cosas.”
Al respecto, la artista se mostró muy gratificada: “Sin saberlo me había cambiado la vida para siempre”. El mensaje de su seguidora la impulsó a interiorizarse en la materia. “Tenía que aprender qué era el autismo y qué hacer con mis proyectos”, detalló. 
De esa manera, Emilia comenzó a investigar, participar en marchas del 2 de abril (Día Mundial de Concientización sobre el Autismo) y colaborar con ONG’s. En ese ámbito también ganó reconocimiento, porque, según detalló, “es sorpresivo que alguien que no tenga familiar con autismo se interese en el tema”.

El libro
En enero del 2018 conoció a Matías Cadaveira, psicólogo especialista en autismo, quien le recomendó escribir un libro de actividades. “Él ya usaba muchos de mis dibujos en consultas para trabajar con los pacientes”, explicó.
Hoy, María Semilla tiene su primer libro a la venta en las librerías del país. Se titula “Todas las respuestas son correctas”, y contiene actividades destinadas a todas las personas en proceso de aprendizaje, con una mirada inclusiva. Emilia recordó los inicios de su proyecto, cinco años atrás: “Lo que desencadenó todo fue ese mensaje”.
La investigación, trabajo continuo en la materia y supervisión de Matías le permitió contar con las herramientas necesarias para el lanzamiento del libro. Sin embargo, el proceso fue largo y requirió de apoyo y confianza. “Al principio me sentía una loca”, explicó Emilia, quien agradeció el acompañamiento de sus allegados, fundamental para llevar adelante su proyecto.
La pandemia también obligó a Emilia a levantar un pie del acelerador respecto de su trabajo. Previo al inicio de la emergencia sanitaria, la artista explicó que “ya tenía listas 12 páginas del libro”, y estaba en búsqueda de una editorial. Por lógicas razones, el proyecto fue paralizado, lo que también significó una oportunidad para su autora de barajar nuevas posibilidades. 
Un año y medio más tarde el libro fue editado, y, tras el anuncio en las redes sociales, Emilia adelantó que “está llegando a las librerías más grandes del país”. En numerosas localidades, incluido Junín, ya está a la venta.

Proyectos
Tras realizar uno de sus desafíos más importantes, Emilia continúa trabajando en nuevos proyectos. “Mi cabeza va a mil, ya estoy pensando nuevas ideas”, explicó.
Asimismo, afirmó haber conseguido “la fórmula deseada” para llevar a cabo su trabajo, que consta de adentrarse en un tema, investigar y, a partir de ello, generar un producto, como es el caso de su libro.
“Ahora estoy interiorizándome en el mundo sordo”, adelantó. La artista aprendió lengua de señas y explicó que “inevitablemente va a terminar en un nuevo proyecto”, en donde, de seguro, conocerá a más personas y especialistas, un aspecto que destacó de su labor.
Sin embargo, tras cinco años de dedicación y trabajo constante en su libro, que le generó incertidumbre y obligó a un esfuerzo adicional, la artista adelantó que su objetivo más próximo es irse de vacaciones: “Me quiero regalar unos días de descanso”, destacó.