Natasha Kasianenko nació en Rusia, cuando formaba parte de la Unión Soviética. Pero durante su adolescencia, vivió en Ucrania. Hija de padre militar, tiene amistades y vínculos familiares muy estrechos en ambos frentes de este conflicto que parece no tener freno.
“La situación me tiene muy angustiada”, dice Natasha a Democracia, que hace 22 años llegó a Argentina y hace cinco está radicada en Junín.
Al respecto, Natasha contó que: “Nací en Rusia Soviética. Y en mi adolescencia viví en Ucrania. De niña y adolescente mis vacaciones de verano las pasaba en Crimea y en Poltava (Ucrania) y también en Siberia, con mis abuelos, tíos y primos”.
“La situación me tiene muy angustiada”, dice Natasha a Democracia, que hace 22 años llegó a Argentina y hace cinco está radicada en nuestra ciudad.
La entrevistada, con angustia, expresó: “¿Cómo ser de algún lugar si tengo mis primos y mis sobrinos que viven en Ucrania y pueden ser llamados a cumplir el servicio militar y deberán pelear contra mis primos, sobrinos y mis excompañeros de jardín que están en Rusia? Es una guerra que enfrenta familias y amigos. Una guerra absurda”.
“Cuando yo visitaba a mis abuelos en Ucrania me contaban sobre la Segunda Guerra Mundial, yo pensaba: qué horror que vivieron, cómo lograron sobrevivir, ojalá que no vuelva a suceder… y ahora está pasando”.
Además, con preocupación, señaló que en Rusia dan una información distinta a la real. “Allí hablan de que la situación es de peligro para ese país”, manifestó.
Su relación con ambos países
Emocionada, contó su relación con ambos países, tanto Ucrania como Rusia, y otros países de la región. “Mi hermano nació en Kazajistán -una ex república soviética. Viajamos mucho por ser mi padre militar”. Y agregó: “Por ser hija de un militar, tengo compañeros de colegio y jardín en distintos países del mundo”.
Sobre su genealogía, destacó: “Mi abuela es de Siberia (Rusia), y mis otros abuelos de Ucrania”. Y se pregunta “¿Cómo mi mamá puede estar con algún lado específico -Siberia-, si vive con su marido, ucraniano, hace 50 años en otro país?”.
El derrumbe y la desaparición de la Unión Soviética, disuelta en la Navidad de 1991, desarticuló por completo la geopolítica de bloques armado por Stalin. En 1991, cuando se derrumbó la Unión Soviética (URSS), ese gran territorio que ocupaba se dividió en 15 repúblicas independientes. Ucrania es una de ellas: en julio de 1990 había declarado su soberanía.
En ese momento, la familia de Natasha Kasianenko tuvo dos opciones: irse a Rusia o quedarse en Ucrania. Su padre, militar, optó por la ciudadanía ucraniana. Lo mismo hizo Natasha.
“Estoy muy triste, mi familia está allá”, concluyó emocionada.
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