Tal como adelantó Democracia, la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la provincia de Buenos Aires emitió una alerta roja por la presencia de cianobacterias en la Laguna de Gómez de Junín, y recomendó evitar el contacto con el agua.
La alerta emitida implica un riesgo alto, y según un comunicado de la Subsecretaría, el agua se ve como una masa verde oscura, amarronada o rojiza, con aspecto de nata espesa por lo que no deber ser usada para consumo de forma directa o para higiene personal.
Además, se indicó que se debe alejar a los niños y mascotas de la Laguna hasta que la floración desaparezca y no deben consumirse alimentos que provengan de ese espejo de agua.
Las condiciones pueden variar en relación a la situación meteorológica, por lo que se recomendó visitar la página www.gba.gob.ar/cianobacterias, y chequear la actualización diaria del cianosemáforo y el estado de la Laguna.
El comunicado, además, indicó que los municipios de la región capital se mantienen en alerta amarilla, información que también puede explorarse en el mapa, dado que se incluye un punto que determina el estado de la provisión de agua de red por parte de la empresa ABSA en relación a la situación de cianobacterias en la región capital.
Las cianobacterias son organismos que viven en el agua y generalmente presentan un color azul verdoso. Algunas especies pueden ser nocivas para la salud y provocar vómitos, diarrea, dolor de cabeza, debilitamiento muscular y alergias en la piel.
Desde la Subsecretaría de Recursos Hídricos se recomienda que en caso de sentir olor u observar color en el agua, no se debe tomar contacto y, ante una situación de intoxicación, consultar en el centro de salud más cercano.
¿Qué son las cianobacterias?
Vale recordar que las cianobacterias "son organismos que viven en el agua, generalmente presentan un color azul verdoso y se nutren de la materia orgánica alojada en el agua" y realizan fotosíntesis.
Según se indicó, las toxinas que liberan pueden provocar una amplia variedad de "infecciones gastrointestinales, respiratorias, neurológicas, de la piel, de los oídos y de los ojos" siendo los síntomas más comunes: diarrea, erupciones cutáneas, dolor de oído, tos e irritación ocular.
Favorecidas por fertilizantes y pesticidas
El secretario de Control y Monitoreo Ambiental de la Nación, Sergio Federovisky, explicó que “la floración de algas azul verdosas o cianobacterias está directamente relacionada con la presión de nutrientes orgánicos, principalmente de fósforo y nitrógeno en el agua en combinación con temperaturas altas", explicó el funcionario.
"Esto significa que son bacterias que se alimentan de esa materia orgánica con la que pueden realizar una fotosíntesis muy particular y el exceso de esos nutrientes en el agua permite una floración exagerada de esas algas, por eso las aguas se tornan de color azul-celeste o verdosa", indicó Federovisky, un biólogo especializado en ecología.
Federovisky contextualizó el fenómeno en la gran cantidad de desechos cloacales, industriales, fertilizantes y pesticidas que se vuelcan a los cursos de agua, que elevan el nivel de contaminación.
“Lo que yo consideraría más probable es que haya varias fuentes (motivos) que al sumarse hacen que el agua tenga una carga orgánica superior a lo normal", agregó.
Toxinas nocivas y otras afecciones
Evitar el contacto con el agua cuando presenta ese color verde azulado es muy importante. Cuando se dan las floraciones de cianobacterias, "el problema es que muchas de las especies que forman floraciones tienen la potencialidad de producir toxinas que pueden ser neurotóxicas o hepatotóxicas, muy peligrosas para la salud de las personas, especialmente de bajo peso o con afecciones hepáticas previas", explicó la investigadora Melina Devercelli del Instituto Nacional de Limnología (Conicet).
Entre otros efectos que pueden provocar a las personas, estos microorganismos -al poseer "un mucílago al cual también se asocian otras bacterias- producen todo tipo de irritaciones en la piel y en las mucosas como ardor de ojos, otitis, dermatitis, etc. Es importante conocer esto, ya que a veces llegan personas a las guardias médicas y es difícil asociar los síntomas con las causas para evitarlas a posteriori", precisó.
También sostuvo que algo importante para tener en cuenta es que "las toxinas no se eliminan mediante métodos tradicionales como la lavandina o la ebullición del agua, ya que requieren de temperaturas de más de 120° para degradarse. Estos procedimientos, por el contrario, aumentan el riesgo ya que al destruir los microorganismos se liberan las toxinas intracelulares".
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