Se hará entrega hoy del premio Azucena Villaflor al profesor y documentalista juninense Pablo Torello por su documental Historias de aparecidos y su impecable labor en defensa de los derechos humanos.
El acto se llevará a cabo en el Museo del Bicentenario, y contará con la presencia del presidente de la Nación, Alberto Fernández, y la vicepresidenta Cristina Fernández.
A dieciséis años del estreno del documental Historias de aparecidos, una pieza fundamental que no solo ayudó sino que complementó en la causa de los cuerpos desaparecidos en los trágicos “vuelos de la muerte”, el docente reafirmó las bases y los ideales de la educación universitaria pública y su papel fundamental en la reconstrucción de la memoria y pasado de nuestra nación.
En una entrevista exclusiva con el diario Democracia, Torello remarcó que este premio es una distinción tanto para él como para la Universidad Nacional de La Plata y su área de comunicación, y resaltó las dificultades que se le presentaron a la hora de poder culminar con el rodaje del documental en esos años.
-¿Cuál fue el punto de partida para encarar un documental de esta magnitud?
-En principio, soy profesor y director en la Universidad Nacional de La Plata, en donde me encuentro dando cátedras en el Centro de Producción Audiovisual de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social, en donde uno de los ejes principales en el marco teórico siempre fue esa tendencia a revisar doctrinas y hechos basados en la memoria de nuestra nación y sobre todo en las distintas dictaduras por las que hemos atravesado como país. A finales del año 2001 y junto con alumnos que provenían del Partido de la Costa que se acercaron a la Universidad, fue que me llegaron las historias sobre los cuerpos que habían encontrado en aquellas costas y que afirmaban no pertenecer a los vuelos ejercidos en la dictadura del 76’. Estos testimonios fueron acreditados por bomberos locales, que, junto con el acta de defunción solicitada en el juzgado, fueron vitales para poder acceder a causas y actas digitales de algunos de los 30.000 desaparecidos. Llevar a la mesa todo lo propuesto nos abrió un panorama distinto y nos hizo dar cuenta de que estábamos ante un caso bastante importante. Luego de que la causa formulada a raíz de los hallazgos propuestos en el documental develara la identidad de los cuerpos, se comprobó que eran pertenecientes a los distintos grupos de Abuelas de Plaza de Mayo. Entre ellos se encontraban Azucena Villaflor y María Ponce de Bianco (líderes y fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo), Ángela Auad (activista social argentina del Partido Comunista Marxista Leninista), el juninense Gabriel Horane (dirigente nacional de la tendencia universitaria orientada por Vanguardia Comunista), junto a otros cinco cadáveres.
-¿Cómo fue vivir la filmación y producción de este documental?
-Fue una producción muy dura. En 2003 me encontraba con una película que parecía no tener final, teníamos algunos datos, pero la gente no nos hacía caso. Al final dio sus frutos, esa obra es la metáfora explícita de una sociedad que no quería exhumar esos cuerpos. Lograr que este proyecto muestre a la Universidad pública como algo que abreva a la sociedad y que sepa que comparte y conforma su mismo entorno social, es algo para valorar y remarcar.
-¿Qué se siente ser parte de este reconocimiento como lo es el premio Azucena Villaflor?
-La verdad que me llena de orgullo esta distinción, tanto a mí como a la UNLP, ya que la veo como un premio a la comunicación y toda su labor. Si bien esta entrega podría entenderse y verse con un enfoque más electoral, yo lo interpreto como el reconocimiento de la sociedad y el pueblo más preferentemente. Y con esto último vuelvo a insistir en que las sociedades son parte vital del proceso de construir memoria.
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